Capítulo 2

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Pepper lo sujeto del hombro antes de que hiciera alguna tontería, mientras que Palmer tomo del brazo a su colega y lo llevo afuera, pidiendo disculpas. Si hubieran estado solos, otra historia sería, probablemente el doctor hubiera terminado con un mal golpe en la cara.

En el pasillo del hospital una enojada Palmer camina junto a su colega.

—No hacía falta que lo humillarás ante todo el mundo.

—Y salvar a su tan importante paciente, claro—recalcó estas últimas palabras—. ¡Guau, doctora Palmer! ¿Desde cuándo tiene pacientes así de importantes?

—Ah, y tampoco tenías que hacer eso—reprochó.

—Lo siento, pero es algo que a veces yo... No logro evitar.

—¿A veces? Yo diría siempre. Siempre eres un arrogante de primera.

—Bueno, pues este arrogante le salvó la vida a su paciente. ¿Cómo es que dejas tan importante caso en manos del idiota de West? Imagínate si el señor Stark se enterará del diagnóstico erróneo, seguro mandaba a clausurar este hospital.

—Sh, shh, ¿puedes ser discreto con el tema? Por eso te busque, ¿de acuerdo?

—Sí, te hacía falta una opinión competente—rió.

—En serio—dejo escapar un suspiró—,­ no puedo creer que le hayas hablado de esa forma al señor Stark. Él tiene mucho poder y... Pudo haberte hecho papilla.

—No le tengo miedo—bufó.

—Me di cuenta, bueno, todos en aquella sala nos dimos cuenta.

—¿No te parece ridículo? Salvo a su protegido y me quiere golpear.

—Conozco a más de uno que también ha querido golpearte, incluida yo—dijo agobiada dando por terminada la conversación.

En otro lado de la sala, un agitado Tony está maldiciendo e insultando.

—Maldito engreído, egocéntrico, idiota.

—Tony, ya cálmate.

—¿Qué? ¿Estás ciega o sorda, mujer? ¿No viste como me hablo? A mi, el gran Tony Stark. ¿Qué no sabe con quién diablos se mete? No, si sabe, ¿quién no sabe de mi? —menciono agitado y alterado—. ¿Qué quería ese imbécil? Que me hincará ante a él y le dijera: Oh, gracias señor Doctor.

—Creo que un gracias bastaba y ni siquiera eso hiciste, no sé de que te quejas. Haces mucho drama.

—No le iba a dar el gusto.

—Que orgulloso y arrogante eres.

—¿Arrogante yo? ¡Por favor, Pepper! Él es el arrogante, no yo. Se le nota a kilómetros.

—Mmh, tú no quedas atrás, eh.

—Debes admitir, que ese doctor idiota me gana y por mucho.

—¿No crees que le estás dando demasiado importancia al asunto? Tranquilo, estás paranoico. Siéntate un momento—le pidió al notar que no para de caminar y caminar de un lado a otro—. Sé que estas agobiado por todo lo que ha pasado y que cualquier cosa te pone muy mal.

—Estoy harto—suspiró y se recostó en la silla—. Sólo falta que un mugroso perro venga y se haga pipí en mi.

—Piensa positivo. Lo importante es que el joven está bien.

—Sí, afortunadamente lo está, pero aún así no puedo dejar de sentirme tan... Culpable por haberlo arrastrado en aquello.

—Lo que paso no fue culpa tuya.

Una extraña relación (IronStrange)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora