Capítulo 17

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En el cuartel de los Vengadores, se encuentran Natasha Romanoff y Steve Rogers conversando, este último, siempre optimista, trata de animar a su amiga devastada por lo ocurrido. Repentinamente, recibieron un mensaje de Scott Lang, a quien habían dado por muerto por el chasquido. Estuvo atrapado en el Reino Cuántico y gracias a una rata salió de ahí. Se entero de todo lo sucedido en su ausencia y le surgió una idea algo alocada para recuperar lo perdido. Les propuso usar el Reino Cuántico como una máquina del tiempo para revertir los daños ocasionados por Thanos. Sin embargo, había un pequeño inconveniente, no hay una forma para navegar. 

—...Sí, una máquina del tiempo. Lo sé, es una locura, una locura. Eh, eh, pero no dejo de pensar en ello. Tiene que haber una... Una mane... Ah—negó con la cabeza—. Es una locura—aceptó el castaño.

—Recibo e-mails de un mapache. Nada suena loco para mí—comentó Natasha.

—Entonces, ¿con quién hablamos de esto?

Steve y Natasha saben quien es la persona indicada para la difícil tarea, no hay nadie mejor que él para resolver el problema. Es la persona más calificada, es un genio. Sin embargo, están inseguros que acepte, lo conocen tan bien y, como hombre de ciencia, lo racional y lógico que puede ser. Además, se suma el hecho que no perdió a nadie especial, alguien que lo motivará a emprender aquella locura. Tiene mucho que perder y poco que ganar. Las probabilidades de que acepte unirse a su locura no están a su favor. Aún así, lo intentaron. Después de todo, no tienen nada que perder. Deben hacer algo por resarcir el daño ocasionado, por recuperar a sus amigos. 

Llegaron al lugar, dandole una no muy grata sorpresa a Tony, quien los recibió a regañadientes. Scott fue quien le planteo la idea al ingeniero que, como es de esperar, no lo tomo nada bien.

—...para que me entiendan, significa que no volverán—concluyó Stark.

—Yo regrese—objetó Scott.

—No, viviste por accidente—hizo un ademán con su mano—, la probabilidad es una de millones. Ahora, propones un... Ah, ¿cómo dijiste?

—Ah... Atraco al tiempo.

—Sí, atraco al tiempo. Claro, ¿por qué no lo habíamos pensado? Ah, ¿por qué es risible? ¿Por qué es imposible?

—Las gemas están en el pasado—habló Steve—, las encontraremos y volvemos.

—Podemos tronar los dedos, podemos revivir a los demás—agregó Natasha con mucha esperanza.

—O hacer algo peor de lo que él hizo, ¿no?

—Dudo mucho que pase—dijo el rubio optimista.

—En serio que a veces extraño ese alegre optimismo. Sin embargo, la esperanza no ayuda si no hay un modo lógico y tangible para poder ejecutar sin riesgo ese—tomo asiento—, atraco al tiempo. Para mi el resultado más probable, será una muerte grupal.

—No, si obedecemos las reglas del viaje en el tiempo—afirmó Scott, sentándose a un lado de Tony—. Ya saben, no hablar con nuestros yo del pasado, no apostar en juegos deportivos...

—Te voy a detener justo ahí, Scott—lo interrumpió—. En serio, ¿me estas diciendo que tu plan para salvar al universo se basa en Volver al futuro? ¿En serio?

—No.

—Gracias, ya me habías asustado, porque es absurdo. Así no funciona la Física Cuántica.

—Tony, debemos luchar—expresó la rusa.

—Eso hicimos y míranos ahora—comentó devastado.

Una extraña relación (IronStrange)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora