Capítulo 30

2.9K 361 181
                                    

No puede creer su "suerte". ¿Qué clase de maldición carga que en sus fiestas aparece ese sujeto? Como si no tuviera suficiente, la aparición del agente sólo lo tenso más. Inseguro de lo vaya a suceder, la única seguridad con la que cuenta es que si el señor Ross no se comporta, esta vez sí le romperá la cara. 

La velada transcurrió con normalidad y sin problemas, en parte, porque no hubo una escena de celos, nadie tuvo que recurrir a los golpes y cierto agente no se acercó a el hechicero porque... el susodicho nunca apareció. Aunque eso lo entristeció, trato de pasarse un buen rato para agradecer los esfuerzos de Peter en organizarle esa fiesta.

Steve y Bruce hicieron llegar un gran pastel, redondo y de color rojo con toques dorados. En el centro tiene una figura con un parecido a Tony portando el traje de Iron Man.

—Está cosa no se parece a mí—bromeó viendo la figurilla—. Yo soy más guapo.

—Sí, Tony, una figura jamás podrá competir con tu belleza—mencionó Rhodey burlonamente.  

Acto seguido, soplo el número considerable de velas enterradas en la superficie del pastel. Antes de que pudiera partirlo, empezaron a corear: Mordida mordida. El ingeniero, por supuesto, se negó a la petición alegando que no tiene cinco años para hacer eso. Sin embargo, debido a la insistencia, se vio obligado a aceptar darle una pequeña mordida. Cuando su boca estuvo lo suficientemente cerca, muchas manos hundieron la cara del millonario en ese espacio, entre ellas las de Bruce, Rhodes, Happy, Clint, Scott, incluso, el recto y bien portado Steve Rogers también se les unió. 

Tan pronto despego su cara del pastel, comenzaron a fotografiarlo, preservando el recuerdo de divertido momento. Por supuesto, su cara quedo embarrada de crema batida y por demás graciosa. Le entro pastel hasta por la nariz. Pepper, risueña, le acercó un pañuelo para que pudiera retirarse la crema batida de su rostro.

—Ni se les ocurra subir esas fotos a las redes, idiotas—advirtió.

—Steve, mala palabra, dile algo.

—Bruce, ¿tú también?

Partió el pastel y el mecánico fue lo bastante perezoso para servirlo el mismo, por lo que puso a Happy y Pepper a realizar la tarea que le correspondía. La fiesta culmino con eso. Todos se retiraron una vez finalizada la celebración. Estando solos, la rubia abrazó a su pareja por la espalda y le susurró a el oído:

—Podemos seguir celebrando, tú y yo... en nuestra habitación. 

—Ahorita voy, necesito un momento. 

—Bien, te espero—accedió, dejando un dulce beso en sus labios.

En cuánto se quedo solo, busco una botella para seguir bebiendo. Si quiere continuar la "celebración" cree necesario que este un poco ebrio, porque de lo contrario nada sucedería.

—La fiesta ya termino, Tony—dijo una voz detrás suyo.

—Para Tony Stark la fiesta nunca termina—detuvo su búsqueda, reconociendo aquella voz.

—¿Todo bien?—preguntó aún en el marco de la puerta con los brazos cruzados.

—Claro, todo en orden—respondió sonriente.

—Tú dices que todo está bien, pero... veo la tristeza en tus ojos. 

—Pff, ¿sabes? Eso sonó demasiado ridículo y cursi. No me digas que por las noches te pones a escribir cursilería y media.  

—Y curiosamente no vi a un extraño sujeto que suele visitarte—agregó, ignorando su peculiar e innecesario comentario.

—¿En serio? Creo que fuiste el único que lo noto, porque yo ni enterado. Al parecer alguien está muy pendiente de cierta persona—espetó con tono insinuante y molesto.

Una extraña relación (IronStrange)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora