Capitulo 7

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Sigo moviendo mi mano, controlando en el aire el libro de historia

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Sigo moviendo mi mano, controlando en el aire el libro de historia. Bufo y la bajo, haciendo que el libro caiga al suelo.

Nunca en mi vida estuve tan aburrida.

Es un sabado y yo aun encerrada. Y no puedo ir a ningun lugar por el maldito de Teo. Entrecierro los ojos.

Ya vera, de alguna manera me las va a pagar.

Mientras tanto, seguire molestandolo. Me levanto del suelo y salgo de mi habitación.

Ya va un mes. Un mes de infierno, crei que seria facil controlar su contraataque. Pero no lo fue. Ahora no puedo ir a ningun lugar después de clase, no puedo escaparme porque me prohiben la entrada a cualquier club. Y lo peor de todo, es que el les advirtió lo que yo era. Asique no puedo entrar a sus mentes porque se aseguran de alejarse de mi.

Frunzo mas el ceño mientras bajo las escaleras. ¿Lo que escuche fue una risa?, sonrio de lado y me acerco al living.

Me cruzo de brazos mientras lo observo, de espaldas y con el teléfono en sus manos.

— Oye.— Me mira— ¿De que te estas riendo?, ¿las caras de poker se pusieron de moda?— Endurece su mandibula

— No.— Gruñe murmurando. Sonrio de lado— Octavia esta embarazada.

Borro mi sonrisa y parpadeo. Bajo mi mirada hacia sus pies y luego suspiro, volviéndolo a mirar.

— Genial.—Me encojo de hombros, colocando ironia en mi voz— Pronto tendremos a un cachorro pelirrojo correteando por aqui.— Su rostro se suaviza. Posiblemente esperó un comentario peor de mi parte.Y de seguro ya esta armandose una película, debo remediarlo— Se nota que la estan pasando bien en el Caribe. Deberias ir, se te quedaria la cara de vinagreta que tienes. — Vuelvo a sonreir de lado, vuelve a apretar su mandibula

Su mano en el telefono se aprieta. Levanto mi mandibula y coloco mi mirada desafiante.

— Disculpate.— Ordena. Levanto mas mi comisura

— Obligame, chucho.— Digo lentamente. Su mandibula se aprieta mas y luego deja bruscamente el telefono en la mesa

Camina a grandes zancadas hacia a mi y sonrio. Empiezo a correr, mientras escucho sus pasos seguirme.

— ¡Ven aqui!— Sonrio mas

— ¡Atrapame, chucho!— Lo escucho gruñir, doblo una esquina

— ¡Te dije que no me llames chucho!— Entro a la cocina y me coloco delante de la mesa, se coloca del otro lado y nos miramos fijamente

— De acuerdo.— Digo lentamente — ¿Que tal perro?— Golpea la mesa y me mira mal. Sonrio y camina hacia a mi

Rodeo la mesa y hace lo mismo, se detiene. Me detengo igual y lo miro. Me mira unos segundos mas y luego empieza a correr. Hago lo mismo, lo tengo detras mio mientras rodeamos la mesa, hasta que salgo de la cocina.

DesafiameDonde viven las historias. Descúbrelo ahora