Capitulo 9

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Golpeo el lapiz contra la mesa, mientras apoyo mi mano en mi barbilla

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Golpeo el lapiz contra la mesa, mientras apoyo mi mano en mi barbilla. La escena con Liz no sale de mi cabeza.

Debiste besarla.

Frunzo el ceño.

¿Y dejar que nos vea su hermano y despues le diga todo a Octavia?, si, muy inteligente.

Al menos no soy un cobarde. Ya todos saben perfectamente que ella es tu mate, verlos besarlos es algo completamente normal.

Pero ella aun es joven. Ademas de que si se entera saldra huyendo. No puedo dejar que eso suceda. Tengo que controlarme lo mas que pueda hasta que sea el momento.

¿Porqué mientras tanto no te diviertes?

Ruedo los ojos.

Se que estas ansioso, pero aun no.

Escucho la puerta de mi oficina ser abierta, y luego ver entrar a Carla, mi secretaria.

— Necesito que firmes estas autorizaciones.— Tira una pila de documentos sobre mi escritorio — Y tu primera junta es a las nueve.— Termina, cruzandose de brazos

Suspiro mientras la miro.

— Carla.— Levanta una ceja— Tu que sabes de mujeres, ¿cómo logro entrar a el corazón de una, que no tiene corazón?— Entrecierro los ojos. Me mira confundida, suspira, mientras se sienta en la silla del frente

— De acuerdo.— Dice lentamente — Primero que nada, debo suponer que encontraste a tu mate.— Asiento — No te hagas la cabeza con esto. Si no demuestra sentimientos no es porque no los tenga, sino porque no quiere que los demas sepan que tenga.— Frunzo levemente el ceño— Es tu mate, sentira la conexión. Solo..— Se encoje de hombros— demuestrale cariño.

— ¿Cariño?

— Si. Si las palabras no funcionan, intenta acercarte a ella de otra manera.— Suspiro

— ¿Hablas de abrazarla y esas cosas?— Entrecierro los ojos

— Si. O otras cosas.— Levanta una ceja con una sonrisa. Frunzo mas el ceño

— Tiene diecisiete años.— Dieciocho en unos meses, pero igual. Levanta las cejas, pero luego rueda los ojos

— Por dios, terminaran juntos de todas maneras.— Se levanta de la silla

Eso espero.

— Ademas, la generación de hoy en día no es para nada inocente.— Me mira — ¿Crees que ella sigue siendo vírgen?— Abro mis ojos en par en par

— Por supuesto que si.— Trago saliva. Sonrie

— No seas iluso.— Tararea, mientras sale de la oficina

Miro hacia otro lado. Demonios, ahora estoy en duda. Porque ahora que lo pienso, su actitud no parece ser de alguien, virgen. Pero no quiero pensar en que no lo es.

DesafiameDonde viven las historias. Descúbrelo ahora