Desafiame

Epilogo

Muevo mis caderas al ritmo de la musica mientras agito mis brazos.

Uh, creo que sere profesora de salsa.

— ¿Mamá?— Escucho la voz de Ruby— ¿Otra vez?— Giro mi cabeza hacia ella

— ¿Acaso no sientes la musica entrar por tus venas?— Ladea la cabeza y frunce el ceño

— No creo que eso sea posible.— Me detengo y la miro

— A tu edad yo ya habia dado dos conciertos.— Levanta sus cejas

— ¿De verdad?

— Si.— Sonrio— En la ducha.— Frunce el ceño, se escucha el sonido de la puerta y ambas miramos hacia alli

— ¡Papi!— Sonrío al ver a Ruby correr hacia Teo, abrazando sus piernas

Recuerdo la primera vez que lo llamo asi, fue una de sus primeras palabras y casi se desmaya. Ahora con siete años la emoción se sigue notando en sus ojos.

— Mi niña.— La toma con un brazo y se acerca a mi— Mi mujer.— Ruedo los ojos aun sonriendo y me besa— Y mi niño.— Toca mi panza crecida

— ¿Cuando vendrá mi hermanito?— Miramos a Ruby. Suspiro

— Pues espero que este mes, de no ser asi me dara un brote psicótico.

Por que de verdad, tener una panza de casi tres metros no es nada lindo. Ni comodo. Pero aveces, cuando siento las patadas, hace que valga la pena.

— ¿Octavia confirmó que viene?— Camino hacia la cocina

— Claro, solo falta Grace y Elian. Aunque, ya sabes. Su segundo embarazo solo la concentra en comer, asi que si vendra.— Sonrio y niego con la cabeza

Hace unos meses organizamos que cada mes nos reuniriamos, haciendo una gran cena. Este mes toca nuestra casa.

Y sera un estreno, porque nos mudamos hace unas semanas.

— Espero que no pase como el mes pasado, que vinieron retrasados por andar haciendo quien sabe que cochinada.— Asiente y Ruby frunce el ceño

— ¿Qué es cochinada?— Pregunta ladeando la cabeza, Teo y yo compartimos una mirada y luego me hace seña

Frunzo el ceño y yo hago una seña. Frunce el ceño y niega con la cabeza. Tomo la cuchara de madera y la agito en el aire. Entrecierra los ojos.

— Cochinada es..— La mira— Algo que me tienes que preguntar en veinte años.— La baja— Ve a cambiarte, tienes que ir a la escuela.

Lo mira intrigada y luego corre hacia las escaleras.

— Tu lo dijiste, tu tenias que decirlo.— Se acerca a mi

— Tu la tenias mas cerca.— Aun con el ceño fruncido rodea mi cintura. Sonrio y rodeo su cuello— No puedes alejarte de mi.

— Si puedo.— Levanto una ceja y espero a que se aleje, se queda mirándome sin moverse— Demonios.

Rio y hago puntitas besando sus labios.

— ¡Mami!, ¡mami!— Me separo y me giro hacia Ruby— Hay una cucaracha en mi habitación.— Me mira asustada

Me separo de Teo y antes de que me acerque a ella, el me detiene.

— No.— Lo miro— Yo me encargo.— Sonríe. Levanto una ceja mientras se acerca a Ruby— Ven, yo te enseño a vencerla.— Sube las escaleras con ella atras

Me cruzo de brazos y observo como desaparecen.

Me quedo pacientemente parada hasta que se empiezan a escuchar gritos.