El camino de Liz Smith fue desviado desde muy pequeña. Le toco vivir algo que ninguna niña merece, tuviendo repercusiones en su futuro, en su personalidad. Con un carácter algo soberbio e egoista, vuelve a su hogar. Pero a diferencia de antes, a Liz...
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
Suspiro entrecortado, mientras lo sigo mirando, frunzo levemente el ceño.
Pero que estupida.
— Estupida.— Susurro para mi, retrocedo y coloco una mano en mi cabeza— ¡Estupida!, ¡estupida!, ¡estupida!— Golpeo varias veces la mesa con mis manos
— ¡Liz!, calmate.— Apoyo mis manos aun en el escritorio
— Por supuesto que soy tu mate.— Froto mi frente — Ahora todo tiene sentido.— Me pongo de frente y lo miro— Esa es la unica razon por la cual te mantuviste cerca mio desde que llegue. La unica razon por la cual nunca me mandaste a la mierda cada vez que te hacia enojar.
Suspira.
— Pero..— Trato de calmarme— ¿porqué desapareciste diez años?— Entreabre la boca, mira hacia otro lado— Si yo soy tu maldita mate, ¿donde estuviste todos esos años?— Me acerco a el, sigue sin mirarme— ¿No se supone que tienes que estar pegado a mi?
— No podía.— Susurra
— ¿No podias?— Frunzo el ceño— ¿Porqué carajos no podías?— Traga saliva y me mira. Levanto lentamente mis cejas— ¿Porque en lo que me converti?, ¿es eso?
— Liz, no..
— ¿No podías soportar el hecho de que ya no era una niña?, ¿que?, ¿se te fueron las ganas de tenerme?— Frunce el ceño. Abre la boca pero lo interrumpo— ¿No tuviste los huevos para mantenerte firme?, ¿no se supone que debias aceptarme como soy?
— Lo siento, Liz.— Susurra, intentando acercarse
— Diez años.— Murmuro. Lo miro unos segundos mas y luego suspiro— No interesa. De todos modos esto ya es una mierda.
Paso por su lado, dirigiendome a la puerta.
— Liz.— Lo ignoro y subo rapido las escaleras— ¡Liz!
Entro a mi habitación y cierro la puerta en su rostto. Coloco la cerradura y me deslizo, hasta sentarme.
— Liz, abre por favor.— Rodeo mis piernas, suspiro— Liz, tenemos que hablar.
— Alejate.— Murmuro. Tengo que pensar
Escucho su suspiro y segundos después como se aleja. Llevo una mano en mi cabeza.
Cada vez que pienso en el hecho que acabo de descubrir, mi cuerpo tiembla. Y no se si es de nervios o de rabia.
Todo se conecta ahora. No hay otra razon por la cual el estaria conmigo. Pero, ¿porqué volvió si estuvo desaparecido diez años?
El se alejo por mi, y porque no podia aguantar verme. ¿Porqué volveria?, nada cambió. Y tal vez, las cosas si hubieran cambiado si el se hubiera quedado.
Porque ahora lo estan haciendo.
Sacudo la cabeza.
Eso no es lo mas importante. Nunca en mi vida imagine estar pegada a alguien para siempre. Siento un sabor amargo cada vez que pienso en eso.
