El camino de Liz Smith fue desviado desde muy pequeña. Le toco vivir algo que ninguna niña merece, tuviendo repercusiones en su futuro, en su personalidad. Con un carácter algo soberbio e egoista, vuelve a su hogar. Pero a diferencia de antes, a Liz...
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Suspiro, mientras giro suavemente la silla.
Ya es pasada la medianoche y no puedo dejar de pensar en la conversación con Liz. Casi se me escapa el hecho de que es mi mate. Y tuve tantas ganas de decirselo.
Ella piensa que aun no la he encontrado. Y me decepcionó cuando no se inmutó a la hora de recordarmelo. Claramente no siente nada por mi.
Eso no lo sabes, sabes como es ella. De seguro no quiere admitirlo.
Tal vez. De igual manera aun hay tiempo. Asi que tengo que avanzar.
Me levanto de mi silla y camino fuera de la oficina, me dirijo a las escaleras y subo.
Dudo mucho que este dormida.
Llego a su puerta y la abro suavemente, veo en la oscuridad el brillo de su celular, iluminando su rostro. Gira su cabeza y me mira.
— ¿Qué haces aqui?— Frunce el ceño. Suspiro y me adentro
— Lo siento. No debi actuar asi. Tienes razon, entre nosotros no hay nada. Y solo es diversión.— Repito sus palabras
No quiero que lo nuestro sea asi, es decir, no para siempre. Me da tanto fastidio tener que esperar, pero tengo que entrar lentamente a su corazón. Si hago todo de golpe no lo tomara bien.
Suspira suavizando su rostro y levanta las sabanas, invitandome.
— Liz..
— Solo dormiremos.— Habla, rodando los ojos. Suspiro y cierro la puerta
Desajusto mi corbata y me quito los zapatos, mientras camino hacia la cama. Me adentro dentro de las sabanas y suspiro por la comodidad.
Apaga el telefono, la luz de la luna atravesando la ventana me deja ver algo de su rostro. Hago amago de abrazarla pero me detiene.
— No.
Frunzo el ceño. Se acerca a mi y coloca su cabeza en mi pecho, pero sin abrazarme. Iba a poner mi brazo en su espalda pero lo descarto.
Suspiro y estiro mi brazo, mientras miro hacia el techo. No quiere que la abrace, pero quiere mi cercania. Me deja algo confundido, pero aprovechare el momento.
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Froto mis ojos sin poder evitarlo y trato de concentrarme en los papeles que tengo en mi mano. Escucho la puerta de la oficina ser abierta, miro de reojo a Carla.
— ¿Qué hay en la agenda de hoy?— Pregunto, sin mirarla
— Richard Johansson canceló la junta. — Suspiro. Menos mal, de seguro me dormiria— Y un cartero te trajo esto.— Frunzo el ceño y levanto la cabeza
Tomo la carta blanca que me tiende y la miro unos segundos, la abro y la leo.
"Usted esta cordialmente invitado a la fiesta de dieciocho años de;
