Capitulo 19

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Abro la puerta, levanto la cabeza y frunzo el ceño al no ver a Karen

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Abro la puerta, levanto la cabeza y frunzo el ceño al no ver a Karen. Camino mas y busco en la habitación, ni siquiera esta la bebé.

Hago una mueca y camino hacia la ventana, saco mi teléfono y noto un mensaje de voz. Coloco el teléfono en mi oreja, mientras miro las gotas de lluvia caer por el vidrio.

¡Hola, Liz!, probablemente estes en la escuela, por eso no te llame. En fin, hoy me reencontre con mi madre en la cafeteria, ¿y adivina que?, esta totalmente arrepentida. Y mas cuando vio a Ruby, me ofreció volver a casa, ¿no es genial?, ya no tendria que trabajar. Claro, puedes venir a visitarme cuando quieras. Como sea, estamos de compras, asi que probablemente llegue algo tarde. ¡Te veo luego!

Y cuelga.

Quito lentamente el telefono de mi oido y lo miro.

¿Se ira?, no, no puede irse. No puede llevarse a la bebé. La madre la trató como perro, ¿como es que quiere volver con ella?

Frunzo el ceño y marco su numero. Gruño, cuando no contesta. Camino hacia su cama y me recuesto, suspiro mirando hacia el techo.

Supongo que me quedare sola, esta vez de verdad. Pero ya lo dije antes, me acostumbrare.

●○●

Tomo una bocanada de aire, mientras me incorporo en la cama. Cierro los ojos unos segundos y suspiro. Las pesadillas siguen.

Bufo y me levanto de la cama. Camino fuera de la habitacion y frunzo el ceño al no notar a Karen. ¿Todavía no volvió?

Me muevo nerviosa, tengo una extraña sensación en el pecho. Tal vez porque no estoy acostumbrada a que no esten.

Marco su telefono y hago una mueca al ver que no contesta. Tal vez se quedo a dormir con su madre.

Me quedo parada unos segundos en la oscuridad y luego camino hacia mi habitación. Me siento en la cama y miro el cajon. Suspiro y lo abro, tomo la hoja arrugada, el dibujo que le regale a Teo.

Lo miro unos segundos y luego deslizo mis dedos suavemente por este. Cierro los ojos y me concentro.

— Este es mi poni Lili. Y este es su esposo Kevin.

Que tierna es.

— ¿Y cómo se llama ese?

— Oh, ese es su hijo. Pero aun no lo saben, asi que, shh.

Rio junto a ella. Sus ojos celestes miran iluminados sus juguetes, y yo la miro iluminado a ella. ¿Como es posible que sea tan pequeña y me haga sentir cosas tan grandes?

— Tu tienes que tener esto. Es un dibujo de nosotros. Mira, te dibuje una capa, como lo tienen los principes.

— ¿Crees que soy un principe?— Su sonrojo me hace sonreír mas

DesafiameDonde viven las historias. Descúbrelo ahora