11.

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LIZZIE.

Estaba en clase de Química, sentada junto a Doug, como siempre, y junto a él estaba Evie. Frente a nosotros estaba Chad. Pude notar que a lo largo de la mayor parte de la clase Evie no dejaba de mirar a Chad.

Evie: ¿Hay chances de que herede algún trono? -nos preguntó mientras miraba a Chad- ¿De qué sea un heredero?

Doug: Chad. El Príncipe Encantador Jr. El hijo de Cenicienta.

Lizzie: El idiota más grande de todos. Heredó el encanto, pero no tiene lo necesario, ¿entiendes?

Evie: Tiene lo necesario y más -dijo embobada y yo rodé los ojos.

Sr. Deley: Evie -dijo llamando su atención- Tal vez este sea un repaso para ti. Dime, ¿cuál crees que sea el peso atómico promedio de la plata?

Evie: ¿El peso atómico? -dijo nerviosa- No tiene que pesar mucho, porque es un átomo ¿no? -reía de nervios y Chad también río, provocando que Evie sonriera.

El señor Deley le hizo señas a Evie para que pasara a la pizarra. Ella se levantó de su asiento y, creyendo que nadie la había visto, tomó su espejo mágico. El señor Deley le tendió la tiza y ella la tomó.

Evie: Entonces -colocó su espejo donde el profesor no lo viera y habló en voz bastante alta- Necesito saber cuál es el peso atómico promedio de la plata.

Supongo que el espejo le dio la respuesta porque rápidamente se puso a escribir.

Evie: Sería 106.905x0.5200+108.905x0.4800.

Doug y yo la mirábamos sorprendidos. Yo ya sabía que estaba haciendo trampa, pero no podía creer que un pequeño espejo pudiera darle toda esa información.

Evie: Lo cual, señor Deley, nos da 107.9 UMA.

D y L: ¿UMA? -dijimos a la vez.

Sr. Deley: Lo olvidé. Es un gran error subestimar a una...

Evie: ¿Villana? -completó- No vuelva a hacerlo -dijo sonriente y le devolvió la tiza antes de volver a su asiento.

Cuando pasó frente a Chad, este le tendió una pequeña nota doblada y ella la recibió sonriente.

Cuando se sentó al lado de Doug, abrió la nota de Chad y los tres la leímos. "Te veo bajo las gradas a las 3".

Miró a Chad y asintió. Evie suspiró y Doug y yo rodamos los ojos.

Cuando la clase terminó los tres salimos juntos del salón. 

Evie: Tengo que arreglarme un poco antes de ir a ver a Chad.

Se fue sin siquiera despedirse de mi o de Doug.

Doug: Chad es un idiota. Temo que lastime a Evie.

Lizzie: Ves como si te gusta.

Rodó los ojos y sonrío.

Lizzie: No te preocupes, hablaré más tarde con Evie. Debo irme, ayudaré a Ben con algo. Te veo después.

Me despedí de Doug y me dirigí al campo de tourney.

Cuando llegué Ben y Carlos ya estaban ahí. Ben se había comprometido a entrenar a Carlos para el tourney y me pidió que lo ayudara. Carlos se encontraba en cuclillas en un extremo del campo y Ben y yo en el otro. Ben tenía una tabla para apoyar su hoja de entrenamientos, un silbato colgado del cuello y un cronómetro en la mano. Yo llevaba mis pompones para animar a Carlos.

Ben: Carlos, correrás un poco, ¿listo?

Carlos asintió. Ben encendió el cronómetro y comenzó a tomar el tiempo. Carlos comenzó a correr como si no hubiera un mañana. Lo hacía bastante bien.

Ben: ¡Bien! -gritó y detuvo el cronómetro, pero Carlos seguía corriendo.

Lizzie: ¿Carlos? -entonces vi a Chico corriendo detrás de él y entendí- ¡Carlos! 

Ben también lo notó y ambos corrimos detrás de Carlos. Se adentró en el bosque junto al campo y trepó hasta la mitad de uno de los árboles. Chico solo se sentó frente al árbol y lo miró.

Carlos: ¿Ben? ¿Lizzie? ¡Ayúdenme! Se que es un asesino -dijo señalando a Chico, me agaché y lo levanté en brazos- Va a perseguirme y a morderme el cuello. Es un animal feroz, rabioso y salvaje.

Ben: Hey, ¿quién te dijo eso?

Carlos: Mi madre.

Ben: ¿Cruella?

Lizzie: No me sorprende.

Carlos: Si, ella es experta. Es entrenadora -me miró- ¿Lo tienes en brazos? Te atacará seguro.

Lizzie: Me aventuraré a decir que nunca había visto un perro antes, ¿o me equivoco?

Carlos: Claro que no.

Ben: Chico, te presento a Carlos. Carlos, él es Chico, nos acompaña siempre.

Carlos: Ahora ya no es un animal feroz, salvaje y rabioso -dijo bajando del árbol- Eres un chico bueno -dijo acariciando su cabeza, se lo entregué y lo recibió sin miedo- Eres un buen chico.

Lizzie: Entendemos que fue duro vivir en la Isla.

Carlos: Si, bueno, las caricias en la barriga no eran habituales.

Ben: Se nota que eres buen corredor, eres rápido -dijo dándole una palmada en su hombro.

Carlos: Gracias.

Ben: Vamos a darles espacio. Vayan conociéndose y ven a buscarme luego, ¿si?

Carlos: Okey, nos vemos.

Ben me tomó de la mano y me jaló para que lo siguiera. Salimos del bosque y me fui directo a mi habitación.









No Debo Enamorarme (Jay & Lizzie) TERMINADADonde viven las historias. Descúbrelo ahora