22.

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NARRADOR.

Los villanos en la Isla miraban la transmisión de la coronación desde sus televisores. Toda la gente ya estaba reunida en el castillo, esperando la llegada del príncipe Ben.

El carruaje donde venían Ben y Mal se acercaba al castillo. Ambos saludaban a las personas a su alrededor mientras el carruaje avanzaba. Mal se veía triste, por lo que Ben la tomó de la mano  y ambos sonrieron. Mal tenía una pequeña caja azul en las manos.

Ben: No te preocupes, solo tienes que sentarte y verte bonita. No es problema para ti.

Mal: Gracias.

Ben: Mal, ¿usarías mi anillo? -se quitó el anillo de el dedo e intentó ponérselo a Mal, pero esta alejó la mano.

Mal: Ahora no -sonrío- Creo que probablemente se me resbalaría -miró la pequeña cajita y habló- Tengo algo más para ti -le extendió la cajita.

Ben: ¿Para mi?

Mal: Sí. Guárdalo y cómelo cuando necesites tus fuerzas. Servirá para mantener la energía.

Ben abrió el regalo y vio un pequeño muffin de chocolate. 

Ben: Que considerada -sonrío- Lo comeré ahora.

Mal: ¡No!

Ben le dio una mordida al muffin.

Ben: Está bueno.

Mal: Tú, ¿te sientes bien? -dijo nerviosa.

Ben: Estoy bien.

Mal: ¿Dirías que aún sigues... que aún estás enamorado de mí?

Ben: No lo sé, a ver. Dejemos que la poción anti amor haga efecto.

Mal: Okey -dijo más relajada, pero luego captó lo que Ben había dicho- ¡¿Qué?! -Ben empezó a reír - ¿Lo sabías?

Ben: ¿Sobre el hechizo mágico? Sí, sí claro.

Mal: Yo puedo explicártelo...

Ben: No, está bien. Te enamoraste de mí y yo estaba con Audrey. No creíste que pasaría algo, ¿no es verdad?

Mal: Sí, tienes razón. ¿Desde cuándo sabías todo?

Ben: Desde nuestra cita. Desapareció tu hechizo en el Lago Encantado.

Mal: Entonces, ¿estabas fingiéndolo todo?

Ben tomó su anillo, se lo puso a Mal y besó su mano.

Ben: No he estado fingiendo nada.

La carroza se detuvo frente a las escaleras que llevaban a la entrada del palacio.

En la Isla, los villanos seguían pegados a sus televisores, viendo como Mal descendía de la carroza acompañada del futuro Rey.

Reina: Pero si es...

Maléfica: Mi hijita, que ahora parece una...

Blancanieves: Princesa -dijo desde el otro lado de la pantalla.

Mal y Ben subieron las escaleras hasta reunirse con los padres de Ben y Lizzie. Mal hizo una reverencia que el Rey y la Reina respondieron con una sonrisa y Lizzie solo se limitó a desviar la mirada. Mal aún no entendía porque Lizzie no había advertido a Ben sobre su plan de obtener la varita, pero debía aprovechar esa oportunidad.

Mal: Sobre el otro día -dijo mirando al Rey Adam- Yo...

Adam: Le dije a Ben que esto no sería fácil.

Ben: Y también que un Rey debe confiar en sí mismo, aunque no sea sencillo

Adam: ¿Lo hice? -Bella le dirigió una mala mirada y golpeó su brazo- Si, bueno, que sabio de mi parte.

Bella: Ben, estamos orgullosos de ti. Siempre escucha a tu corazón.

Ben: Gracias, mamá.

Lizzie: Lo hiciste bien, hermanito.

Ambos se sonrieron y se abrazaron. 

Lizzie, Mal, la Reina Bella y el Rey Adam entraron y se colocaron en sus lugares correspondientes, esperando la entrada de Ben.

El resto de los VK's estaban en la zona del balcón, esperando el momento indicado para actuar, aunque no muy convencidos de lo que iban a hacer.

Ben entró y recorrió el pasillo, que estaba cubierto por una fina alfombra azul, hasta que llegó al frente, junto a sus padres, el Hada Madrina y la varita. Todos se inclinaron ante el futuro Rey.

Lizzie, que estaba en primera fila al lado de Mal, pudo ver las expresiones de Evie, Carlos y Jay. Se veían tristes. Miró a Mal y notó que tenía un par de lágrimas que amenazaban por salir. Entonces Lizzie comprendió que de verdad no querían robar la varita, y se sintió estúpida por haberles gritado y haberse enfadado, en lugar de intentar comprenderlos y ayudar.

El Hada Madrina se levantó de su lugar y quitó la corona de la cabeza del Rey Adam, para colocarla en el nuevo Rey. Después retiró la cúpula de cristal que cubría a su varita y la tomó. Lizzie notó la mirada que Mal les envío a los otros VK's y entendió que era tiempo. Ella estaba preparada para enfrentarlos y hacerlos cambiar de opinión.

Hada Madrina: ¿Juras solemnemente gobernar al pueblo de Auradon, con justicia y piedad, durante todo tu reinado?

Mal miró detenidamente la varita, mientras su madre miraba con impaciencia a la misma desde el otro lado del televisor.

Ben: Lo juro solemnemente.

Hada Madrina: Entonces, con mucho honor y mucha alegría -dijo llevando la varita de un hombro a otro hasta terminar en la cabeza- Te nombraré nuestro Rey.

En ese momento, la varita fue arrebatada de manos del Hada Madrina, provocando los gritos de alegría de los villanos en la Isla. Quien tomó la varita, la apuntó al cielo y le hizo un pequeño agujero a la barrera que rodeaba la Isla, suficiente para dejar salir a Maléfica, quien tomó su cetro y desapareció de la Isla.

Hada Madrina: ¡Hija, ¿qué estás haciendo?!

Jane: Si no vas a hacerme hermosa, yo misma lo haré -dijo intentando tomar el control de la varita- Bibidi Babidi Boo.

Ben de inmediato se puso frente a Lizzie y Mal para intentar protegerlas.

Adam: ¡Busquen refugio!

Mal apartó a Ben e intentó arrebatarle la varita y lo logró. Jane se apartó y, de inmediato, los demás VK's bajaron del balcón.

Ben y Lizzie se colocaron frente a frente con los VK's.

Ben: Mal, dame la varita.

Mal: Aléjate Ben.

Lizzie: Mal, tranquila, ¿si?

Mal: ¡Aléjense de una vez!

No Debo Enamorarme (Jay & Lizzie) TERMINADADonde viven las historias. Descúbrelo ahora