La playa

819 41 43
                                    

Pov Fuyohiko

Estoy feliz de al fin traer a mi familia, recuerdo que me encantaba venir pero ahora quería que Peko disfrutara, porque recuerdo que cuando veníamos a la playa ella solo me protegía, jamás la ví disfrutar, y nuestra pequeña Natsumi es su primera vez que viene, quiero que sea especial.

Al llegar Natsumi corrió con su flotador y Peko solo mostraba su sonrisa mientras caminaba junto a Natsumi, ambas se veían muy felices, eso me hace muy feliz a mi.

Una gota de sudor surcó mi sien hasta bajar a mi mandíbula. Hacía tanto calor, ¡No! Ella, lo provocaba, era quien me hacía sentir calor y no el abrasante verano.

Trage saliva con fuerza a la vez que sentía mi garganta igualmente seca mientras la contemplaba. Era un autentico delirio.

Un jadeo quedó ahogado en mi boca cuando ella sacó su rosada lengua y lo lamió de arriba a bajo soltando un sensual y condenado suspiro de gozo que solo sirvió para nublarme la vista.

Peko lamia desde la base del tronco hasta la humedecida punta y chupaba esta cuando llegaba con tortuoso sosiego.

Dejando todo el líquido espeso pegado a su lengua y posteriormente siendo tragado por ella. Apreté los puños en la toalla incrustándome arena entre mis dedos cuando una oleada de deseo me recorrió el cuerpo con autentico salvajismo.

Estabamos en plena playa, no podía hacer eso. Ni siquiera con las dos sombrillas de playa que tenían y que nos mantenían ocultos del sol y del resto de la gente que se estaba bañándo.

-Joder... -Maldije mentalmente cuando sus ojos rojos, grandes y brillantes me miraron con intensidad.

Un escalofrió me recorrió la espalda cuando me sonrió inocentemente con las mejillas sonrojas y se echó el pelo para atrás.

Quise gritar cuando ella cerró los ojos y se lo metió entero en la boca.

Demonios, era la cosa más erótica que había visto en mi vida. Observar como se lo metía y sacaba una y otra vez, o lo lamia para luego volver a metérselo en la boca era la imagen más pecaminosa que había visto en su vida.

Mucho mejor que las revistas porno que me había enseñado el idiota de Souda y Teruteru que guardaban en sus habitaciones minuciosamente.

Yo ya tengo a mi propia diosa volviéndome loco ahora mismo.

Mi respiración era errática mostrando que estaba lejos de perder mi juicio. Mordi mi labio con fuerza silenciando mi gemido eche la cabeza hacía atrás cuando Peko hizo un gorgojeo ahogado por meterlo hasta su garganta.

Toci con lágrimas en mis ojos mientras los restos blancos y pegajosos caían sobre sus apenas cubiertos pechos y manchaba su boca.

Eso fue el colmo para mi casi inexistente autocontrol.

- MAMI, PAPI, miren las olas.- Nuestra hija nunca pudo ser más oportuna, Peko dejo de comer el helado de vainilla que me pidió para ver a nuestra hija que estaba corriendo de las olas sin darse cuenta de lo que estuve apunto de hacer.

- Papi, porque estás rojo.- Casi caigo de espaldas al escuchar su pregunta, Natsumi era tan curiosa, algún día voy a morir por sus preguntas, Peko me miró y hubo un brillo en los ojos que me puso alerta.

- Cariño, Papi tiene mucho calor, eso es todo.

Peko se estaba riendo de mí lo notaba, ya comprendí que todo esto fue planeado, se acercó a mí y me susurró.

- Ahora te quedó claro que es lo que quiero Fuyohiko o esque te lo tengo que deletrear, cariño.- me mordió el óvulo de mi oreja para después levantarse y jugar con Natsumi.

Cai de espaldas irremediablemente, ahora entendía cada una de sus indirectas, acciones porque era tan estúpido, ví a Peko y a Natsumi y sonreí, no fue tan malo traer a mi familia a la playa.

Fin.

One-shots KuzupekoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora