¿Era virgen?
¿Cómo demonios podía ser cierto que tuviera tan poca experiencia?
Seokjin repasó mentalmente todo lo que sabía de Suga. Todas las veces que había estado con ella, todas las veces que había hablado con ella y las veces que la había observado, sin que ella lo supiera. No había nada en su conducta que revelara indicio alguno de que fuera una chica inocente.
¿Y el escándalo en el que se había visto envuelta en su país? Su madre había disfrutado de lo lindo compartiendo con él los detalles de la indiscreción de Suga, una aventura con un hombre casado.
¿Había tenido una aventura con un hombre casado y era virgen? Seokjin la miró detenidamente con el ceño fruncido. Tenía el rostro tenso y era poderosamente consciente de la conexión física entre ambos.
—¿Pero cómo puedes ser virgen? —exigió saber, con tono áspero y más acusador de lo previsto.
—¿Qué te hace pensar que lo soy?
—Tu actitud.
Suga abrió los ojos sorprendida, pero la pasión seguía brillando en ellos. Se removió incómoda y se recolocó la sábana que le cubría, mientras miraba a cualquier parte menos a los ojos de Seokjin.
Se bajó de la cama aún con la sábana en sus manos, entonces se retiró los shorts sólo entonces dejó caer las sábanas.
Seokjin estaba anonadado ante lo que veía, si bien utilizaba a sus conquistas para lograr despertar interés hacia las mujeres y asumir su compromiso con Mina, pero resulta que la única que había logrado despertar ese interés en él estaba de pie en frente suyo... y con una erección entre las piernas.
—Yo... es decir tú-
—Olvídate de que lo soy y termina lo que has empezado.
Y para dar más énfasis a sus palabras, le rodeó el cuello con los brazos y elevó las caderas lo justo para enviar una oleada de sensaciones a lo largo de su rígido miembro.
Seokjin inspiró entrecortadamente, utilizando toda su fuerza de voluntad para no retomar el movimiento, lanzándose así a un soberbio, aunque prematuro final.
Ahuecó las aletas de la nariz conforme tomaba aire profundamente, contando hasta diez y luego hasta veinte. Cuando por fin pudo hablar sin gemir ni sudar demasiado, dijo:
—Soy partidario de seguir, pero en cuanto terminemos, te aseguro que querré hablar de esto.
Suga puso los ojos en blanco.
—Está bien. Espero que hagas de mí primera vez un recuerdo memorable.
El rostro de Seokjin se iluminó con una gran sonrisa y al momento se redujo la tensión que vibraba en el ambiente.
Tenía que haber vestigios de sangre regia en Suga. Poseía un aura imperial*.
—Cariño —murmuró él, inclinándose a besarla, bueno.. besarlo—, de eso puedes estar seguro.
Lo entretuvo con besos y leves caricias en el abdomen mientras lo tumbaba en cama. Y al mismo tiempo, empezó a mover sus dedos, lenta y cuidadosamente, empezando a prepararlo.
Para entonces, el cuerpo de Suga ya se había acostumbrado a la invasión de Seokjin. Tenía los músculos relajados y sentía el calor y la suavidad propios de la excitación.
Seokjin entró con sumo cuidado al principio, porque no quería hacerle daño ni asustarlo. No había estado con un virgen desde su primer encuentro con el sexo, y la verdad es que no sabía muy bien cómo actuar. Ni lo rápido que debía ir. Ni cuánto sería demasiado.
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In the prince's bed [Jinsu]
Fanfikce"En cuanto el príncipe Seokjin vio a la seductora Suga, deseó que se convirtiera en su amante. Con la intención de tenerla en su cama antes de Navidad, el príncipe la tentó con una oferta de empleo en el palacio. Seokjin no se detendría ante nada p...