9. El bebé de la familia.

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A las ocho menos cinco, Yoongi deshizo el camino por el laberinto de pasillos de la segunda planta del palacio, hasta dar con la escalera principal.

La doncella que se había pasado poco antes por su habitación para ver si todo era de su agrado, le había dado indicaciones de cómo llegar al comedor y Yoongi había pensado que podría encontrarlo solo.

Pero no tendría por qué haberse preocupado. En cuanto llegó a las escaleras, encontró a Seokjin esperandole.

Iba vestido con un traje oscuro, lo cual reafirmó la elección de su propio atuendo. No sabía muy bien cómo debería vestirse para su primera cena con la familia real, de modo que había optado por un sencillo vestido azul.

-Buenas noches -lo saludó Seokjin, observandolo fijamente mientras este bajaba las escaleras.

Yoongi era totalmente consciente de su mirada de los pies a la cabeza y se puso nervioso. Seokjin era un hombre peligroso, sin duda.

Si decidía quedarse, debería tener cuidado de no caer en la trampa de aquellos ojos avellana y aquel precioso rostro, y terminar haciendo algo que normalmente no haría.

-Buenas noches -respondió deteniéndose al pie de las escaleras.

-¿Me permites? -le preguntó ofreciéndole el brazo.

Yoongi vaciló un segundo antes de aceptar, y deslizó suavemente la mano por el hueco del brazo doblado de él.

-Estás preciosa -le dijo según atravesaban el suelo de mármol.

Habían encendido la araña de cristal, que reflejaba la luz por todo el vestíbulo y más allá.

-Gracias.

Seokjin le ahorró la incomodidad de tener que hablar, hasta que llegaron al comedor. Entonces abrió una de las altas puertas dobles y lo invitó a entrar.

La sala era tan opulenta como el resto del palacio. Estaba presidida por una larga y estrecha mesa rodeada de pesadas sillas de respaldo alto y el asiento decorado con lo que parecía el escudo de armas de la familia bordado.

La iluminación de la sala provenía de otra araña de luz colgada encima de la mesa y numerosos apliques de pared con una luz más tenue. El rey y la reina estaban sentados ya a la mesa, preparada con servicios para cinco comensales.

Seokjin lo guió hacia la mesa, y se detuvo delante del que Yoongi supuso sería su asiento.

-Madre, padre, me gustaría presentaros a Suga. Viene de Corea y será nuestra invitada durante el próximo mes, para ayudarnos a gestionar de manera más adecuada las organizaciones benéficas de Polonia. Y con suerte a aumentar el margen de beneficios. Suga, éste es mi padre, el rey Kim Hyojong, y mi madre, la reina Kim Hyuna.

El hombre se levantó y rodeó la mesa hasta llegar junto a Yoongi, le tomó la mano y depositó un delicado beso en sus nudillos.

-Bienvenida a Polonia, querida. Te agradecemos mucho lo que vas a hacer por nuestro país.

-Gracias, Majestad -replicó, sólo levemente intimidado por el hecho de estar hablando con un rey de verdad-. Es un placer conocerle. Se giró entonces hacia la reina y se percató de que no se había levantado de su asiento. Ni siquiera le ofreció la mano cuando se acercó a saludarla. -Majestad -murmuró Yoongi respetuosamente, haciendo una pausa delante de la mujer.

Por respuesta la reina se limitó a asentir con rigidez, dándole la incómoda sensación de que no era tan bienvenida en Polonia, como Seokjin o su padre le habían dado a entender.

-Por favor, siéntate -le dijo la reina-. Pronto servirán la cena.

De vuelta junto a Seokjin, Yoongi le permitió que le retirara la silla para ayudarlo a sentarse, antes de rodear la mesa y tomar asiento justo frente a él.

In the prince's bed [Jinsu]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora