T-ODD-O [REESCRIBIENDO] [+18]✔️

39. Miedo

Colette Stansonn

Ya era tarde, después de la pequeña pelea que tuve con Odd me mantuve un poco alejada, no sabía la razón de su enojo y mucho menos la razón por la cual estar alterado solo por haberme salido de su oficina.

En este momento estaba en mi oficina, Odd me había pasado unos documentos que trajo firmados de los Coreanos y tuve que ordenarlos conforme a los años que habían estado haciendo la sociedad. Me pasé todo el día encerrada en mi oficina sin muchas ganas de hablar con nadie.

Había elegido la boda con color Rosado Viejo, era un color sutil y de igual forma delicado. Lo centros de mesa eran de cristales, los adornos eran colgantes rosados y telas finas blancas que caín por los ventanales del salón. Esta seguramente sería la mejor boda del siglo.

Aún faltaba tallarme el vestido que usaría pero ya tenía la idea de cómo sería y el lugar donde iría. Estaba muy afanada en loq je hacía hasta que Odd abrió la puerta interrumpiéndome.

—Colette—dijo entrando y cerrando la puerta detrás de él—Tu sabes que te amo, de verdad que si.

Su declaración me había tomado por sorpresa, yo sabía su afecto hacia mi pero no sabía la razón por la cual estaba diciéndomelo en este momento.

—Si—dije extrañada, vi cómo se acercó hasta mi asiento rodeando mi escritorio—¿Sabes que todo lo que hago es por ti?

—Odd, ya dime qué pasa—estaba nerviosa por su lenta plática. Odd se inclinó sobre mi asiento dejándome atrapada.

—Quiero hacerte una pregunta—suspiro antes de verme a los ojos pero prosiguió—Si no hubiera sido por el contrato, ¿Me hubieras dado una oportunidad? Sabiendo todo el daño que te hice.

—No—dije sin pensarlo y vi en sus ojos desilusión—Hace un tiempo atrás no hubiera pensado tan siquiera en volver a esta empresa pero algo en ti me hizo volver a confiar. No quería estar cerca tuyo pero si era para ayudarte a recuperar las empresas lo haría porque en el fondo, ya te amaba.

Odd sonrió de lado y terminó de inclinarse para darme un beso corto en los labios.

—Siento haberme comportado como un imbécil hace un rato.

—Me molesta cuando te pones de esa manera, como un simio loco.

—Oye me estoy disculpando...

—Estas disculpado, te conozco y sé que cuando algo no se hace a tu manera sales de control.

Sonrió de nuevo y volvió a inclinarse para darme otro beso. Tierno.

—Lo siento, es solo que mi madre me está metiendo presión con todo lo de la boda, no me deja respirar.

—Oye—dije colocando una de mis manos en su cabeza—No dejes que juegue con tu mente, aquí estoy yo para ayudarte—y esta vez fui yo quien se acercó a él para besarlo.