T-ODD-O [REESCRIBIENDO] [+18]✔️

CAPÍTULO IV

[Editado]

Punto de vista de Colette Stansonn

Había logrado sobrevivir tres días de pura explotación y mlatrato. Mi cabeza no podía entender el nivel de odio que Odd sentía por mí cuando fui yo la victima de todo.

Oh es cierto, no le he dicho nada.

Y tampoco se lo diría, no quiero que se atreva a sentir aunque sea un poco de lastima hacia mi.

Hoy me había levantado sorpresivamente más tolerante de lo normal, sentía que iba a ser un gran día. Lo primero que hice fue tomarme mis patillas, luego salí de camino hacia el baño a tomar una rejuvenecedora ducha.

Salí relajada, me vestí un poco más arreglada de lo normal y por primera vez en un año me coloqué tacones altos de nuevo.

Baje a la cocina encontrándome a Adler y a Isa desayunando juntos. Ambos al verme abrieron los ojos.

—Buenos días—dije tomando asiento en la mesa.

—Buenos días Colette, que bien te ves esta mañana.

Sonreí a Adler quien se miraba sorprendido ya que hasta me había puesto un poco de maquillaje para no verme tan muerta.

—Gracias—dije tomando una tostada y untándole mantequilla de maní.

Isa se mantuvo callada hasta la hora de salir, Adler había caminado hasta el auto dejándonos a ambas solas en la cocina.

—Te ves bien.

—Gracias—dije sonriendo

—¿Segura que todo esto no es por Odd?

Su pregunta me había desubicádo. No era por Odd, por el amor de Dios, no quiero acercarme más a ese semejante y malditamente guapo ser humano. Bueno si, si era por Odd, joder.

—¿Que dices? Claro que no es por Odd.

Me hice la desinteresada y avancé por la cocina para salir de allí pero Isa venia detrás.

—Colette, sé que es difícil porque aún lo amas pero debes saber que te hizo daño y no debes permitir que vuelva a lograrlo.

—Yo mas que nadie lo sabe Isa, el dejó con sus acciones muy en claro que ya no siente lo mismo por mi y yo tampoco estaré detrás de él.

Isa asintió y ambas salimos sonriendo de la casa de Adler.

Montadas en el auto nos mantuvimos en silencio hasta llegar a la empresa. Ya no era la chofer del Señor Wallace y tampoco tenía auto, todas nuestras cosas viejas las vendimos a la hora de mudarnos con Adler. Se podría decir que ahora estamos mejor económicamente.

Llegamos a la Empresa, seguidamente nos bajamos del auto y caminamos hacia adentro.

Subimos el elevador y cada quien se dispuso a dirigirse a su respectiva oficina.