Capítulo 1

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Puedo oler a Izaya desde hace un buen rato, pero no he dado con el todavía, quiero golpearlo hasta matarlo porque su existencia me irrita. Cruzo por un callejón y su aroma se intensifica de golpe, freno con toda mi fuerza, me adentro en el con intensiones asesinas pero...

—¿Qué diablos? —el cuerpo inerte del suelo desprende el mismo olor que Izaya, pero es imposible, él jamás caería ante la fuerza de alguien más que no sea yo. Le doy la vuelta para cerciorarme de su identidad, efectivamente, es Orihara Izaya, su rostro está lleno de moretones y cortes, imagino que su cuerpo igual—eh, levántate—le pico una costilla con una vara pero no responde—el camión de la basura no se llevara cadáveres a estas horas—ni siquiera se mueve, pienso en dejarlo ahí tirado y largarme, al fin y al cabo, es mejor para mi si muere, pero algo pica en mi pecho, miro su pálido rostro—no puedo dejarte aquí—al moverlo puedo ver un charco de sangre, mi mano también ha quedado impregnada del líquido rojo cuando toque su estómago.

—Ren—le escucho pronunciar por lo bajo—perdón—una lagrima resbala por su mejilla, es tan cristalina y brillante como un pequeño diamante.

Evito mirarlo más, solo lo cargo y me dirijo a mi casa, Shinra se ha ido de viaje junto a Celty, así que no puedo contar con su ayuda, tampoco puedo llevarlo conmigo al hospital, pensaran que yo tuve la culpa y me incriminaran. Así que no es una opción.

Al llegar a casa, lo recuesto en mi cama, humedezco una toalla, le retiro la ropa mientras limpio su cuerpo, veo un vídeo para realizar un vendaje correcto y aplico lo aprendido después, le pongo una de mis poleras más pequeñas y un pantalón corto.

Termine asegurando las vendas con cinta adhesiva y clips, funcionan perfectamente, debería pedirle a Shinra que me enseñe a hacerlo algún día correctamente. Llevo su ropa a la lavadora, saco de la chaqueta un celular junto a la navaja que siempre trae consigo. La dejo ahí, para ponerla a secar más al rato.

Regreso al cuarto y dejo su celular en la cómoda, Izaya parece tener un mal sueño, no deja de fruncir el entrecejo y sujetar las sabanas con fuerza.

Me da algo de pena verlo tan lastimado y saber, que no es por causa mía. Me enoja eso. Su celular comienza a timbrar impaciente, no sé si deba contestarlo, quizás son sus hermanas y en tal caso, debo informarles del estado actual de su hermano. Lo tomo y cuelgan la llamada, mensajes comienzan a llegar enseguida. Al leerlos no comprendo del todo quien es, pues su celular no ha sido registrado con ningún nombre o apodo y el contenido de los e—mails son bastantes asquerosos de leer. Inmediatamente entra una llamada del mismo número así que contesto.

—¿Diga?

—¿Esta muerto? —se por el tono que es un hombre el que ha llamado—pedí que no lo mataran, pero no siempre hacen caso.

—¿Quién eres?  —del otro lado escucho una risa que me pone de muy mal humor.

—Cuídalo un tiempo, pero no te atrevas a tocarlo ni un poco—vuelve a reír—después de todo, me pertenece a mí—finaliza la llamada.

Dejo el celular de nuevo en la cómoda, ¿Quién coño se cree para hablarme así? Leo nuevamente los mensajes con detenimiento, "déjame en paz" fue el primer mensaje que la pulga uso para responder a ese tipo luego de una serie de mensajes incongruentes y vulgares, "si esto sigue voy ir a buscarte, esta vez no podrás huir", fue la segunda respuesta de la pulga, "te quiero, te amo" al leer esto me descoloco un poco, aquello lo ha envido ese tipo de antes hace dos días, me pone algo nervioso así que devuelvo el celular a su lugar.

Me dispongo a preparar la comida, pero un tirón a mi muñeca me lo impide, me vuelvo y observo al chico con una cara seria, sus ojos rojos parecen esperar algo de mí.

—¿Lo has recordado? —Susurra—¿lograste recordar? —me palpita el corazón, aunque quizás, este alucinando que soy otra persona—Shizu-chan—trago saliva—no escuches a Ren... no, no lo escuches, no confíes en sus palabras—comienza a colgarse de mi brazo desesperado—Shizu-chan—lo sujeto por los hombros al darme cuenta que está actuando bastante asustado—debes irte, sí, eso es mejor, toma a tu hermano y vete del país, así Ren no podrá hacerles nada—su cuerpo comienza a temblar ligeramente, y no sé porque, pero al ver esa mirada temerosa en sus ojos yo solo.

—Está bien, todo estará bien—paso mi mano por su cabello y lo acerco a mi pecho—no hay nada que temer aquí—su cuerpo deja de temblar después de unos segundos, se aferra a mi espalda con fuerza y sin saber porque, me siente bien de esta manera.

—Está bien, todo estará bien—paso mi mano por su cabello y lo acerco a mi pecho—no hay nada que temer aquí—su cuerpo deja de temblar después de unos segundos, se aferra a mi espalda con fuerza y sin saber porque, me siente bien de esta manera

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Rosez |Shizaya|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora