Capítulo 14

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Sentía toda la ira consumiendo su cuerpo, cada vez que veía esa sonrisa sarcástica en la cara de su rival, le hacía querer partirle en dos la cabeza, es lo que planeaba hacer con sus puños, aunque muchas veces se había tenido que reprimir al ver la cara de terror de otras personas, esta vez, no podía pensar en dejarlo vivo, le odiaba tanto, ¿Por qué? Ni siquiera lo conocía realmente, solo sabía que si le dejase vivo, le quitaría a Izaya, sin lugar a dudas y eso, era un riesgo que no estaba dispuesto a correr.

—Mierda—se pasó la mano por la nariz, esparció la sangre hasta su mejilla—hijo de perra—escupió saliva rojiza—quería pelear limpio contra ti, solo por lo que él dijo—ambos tomaban aire, Ren tenía la espalda hacia la pared—¿Por qué insistes en quitármelo todo? —le miro lleno de enojo.

—¡¿Ah?!

—Tú lo tienes todo, siempre lo has tenido todo—le arrojo la lámpara a su lado—tienes un hermano que te adora, unos padres que te protegieron, tienes amigos y colegas que se preocupan por ti, ¡tienes el amor de Izaya!

—Se llama envidia, si realmente hubieras querido algo así te habrías esforzado por ello de manera correcta—se remangaba—no es mi culpa que hayas tenido una mala vida.

—Y luego está esa actitud que me molesta aún más—camino un par de pasos—somos iguales, ambos somos unos fenómenos, somos bestias, entonces, ¿Por qué? —Le soltó un derechazo—¡¿Por qué yo no tengo nada?! —Se arrojó sobre él, golpeándolo con todas sus fuerzas en la cara—¡¿Por qué?!

—¡¿Cómo quieres que yo lo sepa?! —le arrojo de una patada, su cuerpo volvió a chocar con la pared que se desquebrajo del impacto—si paras ahora, podemos resolverlo tranquilamente, hare mi mejor esfuerzo para controlarme.

—Voy a matarte—saco de su bolsillo una caja pequeña, también la jeringa—voy a borrar tu existencia de este mundo.

—Matarme no resolverá nada—dio un paso atrás—y dudo que lo consigas.

—Error—balanceo la jeringa en sus dedos—matarte resolverá todo, cuando termine con todos los que rodean a Izaya, entonces, solo podrá quererme a mí—sonrió fantaseando.

—Él no te amara si le quitas lo que ama—Ren puso su pierna derecha hacia atrás.

—El amor es algo que se aprende y habrá mucho tiempo para aprender después de sus funerales.

Se miraron un último segundo, corrieron con toda su energía hacia el otro, un par de puñetazos en los costados y en la mandíbula, Ren le metió el pie y le hizo perder el equilibrio, elevo la jeringa a la altura de su estómago, cualquier lugar estaba bien.

—¡Dejalo en paz! —le derribo por la derecha, rodaron por el suelo, se puso delante de Shizuo en seguida.

—¿Debo entender esto como una infidelidad? —se incorporó mirando esos satinados ojos rojos.

—Vete Shizuo—el rubio miro su espalda, esa chamarra negra con pelo que siempre solía llevar—llevate a Shinra y a Kadota, yo los cubriré—mostró su brillante navaja con un dragón grabado.

—¡¿Qué?! —gritaron los otros dos detrás suyo.

—¿Qué dices? —Se molestó—¡hemos venido a salvarte!

—Y lo agradezco, en verdad—sonrió dulcemente—yo lo arreglare.

—¿Piensas pelear contra mí? —se pasó la mano por el cabello—cariño, te destrozare. No quiero herirte más—sonrió confiado.

—Iré contigo—la sorpresa era evidente—dejaremos este lugar, haré todo lo que quieras. Renunciare a todo por ti.

—¿De verdad? —su cara se ilumino, estaba muy emocionado.

Rosez |Shizaya|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora