Me pregunto, en mi soledad, si tú, ¿aún me amas? acaso, ¿me esperaras en la puesta de sol si te llamo? en el alto cielo nocturno, veo dos estrellas idénticas a nosotros, ¿tú también puedes verlas? aquí, a mi lado, me pregunto si vendrás.
Las rosas...
Regreso a su casa por la madrugada, hace solo unos minutos atrás la había estado pasando bien en casa de Shinra por la Navidad, pero cuando se dio cuenta que su archienemigo no estaba más con ellos, su ánimo fue en picada, con su nueva actitud pensó que se quedarían charlando hasta caer dormidos, lo cual no paso.
Tomo sidra y un buen vino -cortesía de su hermano- así que se sentía un poco mareado, entro en su casa, en la que había estado viviendo desde siempre, solo su hermano se mudó a otra residencia debido a sus fans, observo detalladamente el interior, había una caja de festivo papel esperando sobre su desayunador, un presente del pelinegro que había llegado esa mañana y por las apuraciones, no tuvo tiempo de abrir.
Retiro la tapa con cuidado, desdoblo las hojas de papel encerado que siguieron, un traje azul Klein satinado de tres piezas con un juego de camisa blanca y una pajarita tartán roja, en la solapa de la chaqueta tenía un pañuelo mostaza. Era muy hermoso, incluso para él, que no conocía sobre moda como su hermano.
"De: LP" rio al darse cuenta que provenía de Izaya, vaya, ahora se sentía un poco mal por su pequeño regalo, acomodo el traje en un gancho y lo cubrió con el único porta trajes que tenía a la mano. Al sacar el pantalón, encontró otra nota, "usalo para pedir la mano de tu amada, J " no pudo evitar reír nuevamente. Cerró la caja y subió las escaleras, abrió la puerta del estudio de su padre.
Recorrió la habitación con sus ojos, no había entrado en años por el frio sentimiento de nostalgia que le representaba, pero esa noche, estaba bien con ello.
Su dedo retiro el polvo del escritorio, dejando una línea semi-recta, tomo algunos libros polvosos y los devolvía a su lugar en seguida, recordaba haber estado metido ahí de niño tratando de leerlos cuando no sabía hacerlo, un destellar provino de la otra estantería frente a él, un libro en especial parecía querer hacerse notar, camino hasta esa unión de viejas páginas.
Las yemas de sus dedos delinearon suavemente las letras grabadas en dorado, la tapa era color purpura, "Romeo & Julieta", negó divertido con la cabeza, una de las festividades más románticas del año en las que él nunca tuvo una pareja y ahora, sostenía en sus manos el libro de romance trágico más famoso del mundo, parecía un mal chiste, estaba por devolverlo cuando un golpeteo en el ventanal lo alarmo.
Un avecilla de dorado plumaje golpeaba insistente con su pequeño pico el cristal, le hizo un ademan con su mano para que se alejara, ¿Qué no todas las aves emigran en invierno?, pensó, más el pajarillo siguió en su demanda.
Acerco de nuevo el libro a su lugar y noto que el ave era mucho más insistente que cuando lo alejaba, ¿quizás quería que lo leyera?, de acuerdo, el alcohol si le estaba afectando, suspiro sin creerlo.
—¿Quieres que lo lea? —Elevo el libro un poco, se sentía un demente—¿y bien? —Juraría que el animal asintió—debo ir con un psicólogo más pronto de lo que creía—tomo aire—debe ser el estrés.
No muy convencido de no haber perdido la razón, giro la tapa, unas hojas después, encontró algo muy extraño. Una foto. Una muy extraña a sus ojos, ¿Por qué había algo como eso ahí dentro?
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