Capítulo 26

2.4K 77 2
                                    

Pov Alba

- Nat, mi amor, así no puedo abrir la puerta.- ni puto caso me hace

Son las nueve de la mañana y estamos en la puerta de casa. Mientras que yo estoy intentando abrirla sin hacer mucho ruído, Natalia me abraza por detrás comiendome todo el cuello. No hemos dormido nada porque nos hemos pasado toda la noche haciendo el amor, pero esta mujer parece que no se cansa.

- Mi amor, eres insaciable de verdad.- me giro entre sus brazos y estrello nuestros labios fundiendonos en un intenso beso- Basta, nos hemos pasado toda la noche haciéndolo!- me vuelvo a girar hacia la puerta

- Ai pero es que eres como una droga para mí.-dice sobre la piel de mi cuello

- De verdad, cariño, sueltame un poquito para que pueda abrir la puerta sin despertar a nadie.

- Noooo.- dice como si fuera una niña pequeña

- Además has sido tu la que ha dicho que volvamos a casa.- la regaño

- Vale, te dejo de besar... Pero no te voy a soltar.- reforza el agarre en mi cintura y yo río por lo infantil que puede llegar a ser

Abro la puerta y entro con Natalia abrazandome por detrás. Caminamos hasta la cocina como pinguinos para hacernos el desayuno y recuperar fuerzas por todo el esfuerzo físico.

- Anda pero mira quienes son!- Elena nos mira con una sonrisa pícara

- Hola, chicas. Hay café hecho, haceros unas tostadas y desayunais con nosotras.- Maria es más discreta y no le gusta incomodarnos

- Gracias.- Nat y yo nos hacemos un par de tostadas y nos sentamos con ellas a desayunar

- Y Mateo?

- Durmiendo aún.- miro a Maria y le digo un "gracias" sin sonido

- Y qué? Ya te puedo llamar cuñada?- Maria le da una colleja a Elena y Natalia me mira sonriente

- Sí.- le decimos al unísono

Elena y Maria hicieron una fiesta con la nueva noticia y se notaba la felicidad en el ambiente. Desayunamos juntas entre risas várias y alguna que otra conversación vergonzosa. Ahora estamos solo Nat y yo en la cocina terminando de fregar los platos.

- Amor, voy a ver a Mateo y despertarlo, me esperas en el salón y vemos alguna cosa en la televisión?- la abrazo por detrás mientras ella termina de limpiar la mesa del desayuno

- No, espérame y voy contigo.

- Nat, cariño, que seamos oficialmente novias no te obliga a hacerte cargo de mi hijo.- se gira entre mis brazos y me acuna la cara con sus manos

- Nadie me obliga a nada. Quiero a Mateo como si fuera hijo mío.

- Ya, Nat, pero eres muy joven y aunque pienses que no, un niño te corta un poco las alas.

- Albi, no me importa. Daría mi vida por ese niño. Y aunque no sea su padre ni lo haya tenido contigo, si a ti no te importa yo también quiero ser su madre. Ese niño junto a ti es lo mejor que me ha pasado en la vida. Aunque parezca una idea disparatada quiero formar parte de vuestra familia, Alba. Quiero cuidarle, ayudarle con los deberes cuándo sea mayor, enseñarle a tocar la guitarra. Quiero consentirle y que tu me riñas por ello. Quiero en un futuro llegar a casa y que vosotros dos me recibais con los brazos abiertos. - una lágrima se resbala por mi mejilla. Me ha demostrado varias veces que nos quiere muchísimo pero nunca llegué a pensar que quisiera ser la otra mamá de Mateo pero me encanta la idea- No voy a obligar a Mateo que me llame "mamá" ni nada pero si lo hace no le digas que no lo vuelva a hacer para que yo no me sienta incómoda porque no será así. Si alguna vez me llama así yo seré la persona más feliz del mundo, te lo juro.- corta la distancia entre nosotras para sellar nuestros labios- Vamos?- asiento con la cabeza y entrelaza nuestros dedos tirando de mi hasta la habitación de Elena

Qué más da?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora