Pov Natalia
- Mami.- me susurran al oído, me giro hacia el lado de dónde proviene la voz, abro los ojos lentamente y ahí está mi pequeño remolino despertandome
- Buenos días, peque.- le doy un beso en la frente
- Buenos días, mami. La tita me ha dicho que venga a despertarte a ti y a mamá para irnos a la playa.- noto la ilusión en su mirada y aunque no me apeteza nada salir de la cama, haría lo que fuera por ver ese brillo en sus ojitos
- Pues, baja a ayudar a la yaya y a la tita a hacer el desayuno mientras yo despierto a mamá.- sale corriendo de la habitación y dejo caer mi cuerpo encima del de Alba para comenzar a besarle toda la cara. Empieza a hacer ruiditos que me indican que se está despertando.- Albi, despierta, amor.- susurro en su oreja
- Cinco minutitos más.
- Venga, cariño, que estan todos abajo.- suspira con resignación y abre lentamente los ojos. Paso la yema de mi pulgar por las ojeras que tiene debajo de los ojos.- Tenemos que reducir nuestra sesión de orgasmos diaria.- suelta una pequeña carcajada más ronca de lo normal
- Ni se te ocurra pensar en eso.
- Luego la insaciable soy yo, no te jode.
- Y lo eres. Dices que tengo derecho a dos orgasmos diarios pero siempre me convences a seguir y acabo con el doble.- joder esta mujer no para de vacilarme
- Qué coño estás diciendo?
- Qué coño? Pues espero que solo el mío.- me coge de la nuca y estampa sus labios contra los míos
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- Albi, ponte crema que con lo blanquita que eres te quemas enseguida.
- Ya voy, mamá.
Termino de ponerle crema a Mateo y me acerco a ella. Está tendiendo nuestras toallas y las de Mateo. Paso mis brazos alrededor de su cintura, abrazandola por detrás.
- No lo decía en modo mamá protectora, lo digo porque si te pones morena tendré que cambiar la letra de tu canción.- le doy un beso en el cuello y la dejo seguir con lo que estaba haciendo
- Mami, mira un castillo.- Mateo llama mi atención apuntando con el dedo índice al montón de arena que formaba un castillo
- Qué chulo, me enseñas a hacer uno de esos?
- Sí!
Acabamos por hacer una ciudad de castillos de arena. Podía contar alrededor de unos veinticinco castillos. Mis movimientos son interrumpidos por los brazos de una rubia abrazándome por los hombros por detrás mío.
- Me pones cremita en la espalda que no llego?- susurra en tono de niña pequeña en mí oído
- Ya voy, ve tumbandote en la toalla que aprovecho y te hago un masaje.- giro mi cara hacia ella y le doy un pico
- Te amo.
Termino el castillo que estaba haciendo y le explico a Mateo que no puedo seguir, entonces mi madre y mi hermana lo llaman para jugar con las raquetas. Voy a la mochila dónde estaba la crema solar y la cojo para después ir dónde Alba que ya estaba tumbada boca abajo en su toalla. Me siento encima de su culo y ella da un respingo porque no se lo esperaba.
- Joder eres tú, me has dado un susto de muerte!
- Pero quién más piensas que se sentaría encima de tu culo?
- Aquel chaval por ejemplo, no para de mirarme.- miro hacia unos metros adelante y de hecho veo un chico mirando a Alba sin ningún tipo de pudor.
- Joder qué asco, está a nada de saltarte encima.
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Qué más da?
Fiksi PenggemarNatalia Lacunza, 20 años, de Pamplona, abiertamente lesbiana y apasionada por la música. No tuvo una infancia feliz pues perdió a su hermano y a su padre en un accidente de tráfico cuándo tenia 10 años. Se mudó a Portugal con su madre y su hermana a...