Qué más da?

Capítulo 37

Pov Natalia

- MAMIIIS!- Mateo viene corriendo hacia nosotras mientras nosotras nos agachamos para abrazarle.

Ya era viernes y como lo habíamos hablado con la Rafi, hoy Mateo se vendría con nosotras para pasar el resto de las vacaciones juntos. Alba y yo le habíamos echado mucho de menos, aunque todos los dias habíamos hecho videollamada con él para verle la carita y que nos contase todo lo que hizo en el día. Somos una familia y cada dia me doy más cuenta de eso. Normalmente una chica de mi edad se acojonaria con la responsabilidad que conlleva tener un hijo. Pero yo no. Yo ya no me imagino una vida sin Mateo. Y pensaréis que es una locura, que llevamos saliendo poquísimo, pero yo siento a Mateo tan hijo mío que me da igual llevarme una hostia.

- ¿Te has portado bien, mi amor?

- Yo siempre me porto bien, mamá.

Saludamos a la Rafi y a Marina y nos ponemos al día. También las siento a ellas como parte de mi família. Las dos están como una puta cabra. La Rafi aprovecha cada momento para contarme escenas vergonzosas de Alba. Y Marina se pasa la vida intentando avergonzarme a mí. Y entre que Alba se contiene para no matar a su madre, Marina saca el tema de verme en bolas para bochornarme y Mateo diciéndome que me quiere, al oído,  solo puedo sonreír feliz ante la estampa tan doméstica y familiar que estamos teniendo en un restaurante en la costa de Valencia.

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- Mami, ¿me cantas la canción de mamá?

Después de comer con mi suegra y mi cuñada, nos despedimos y nos volvimos a casa de Julia. Nos echamos una siesta los tres juntos, porque no hay más camas y Mateo tendrá que dormir con nosotras el resto de las vacaciones, y ahora, mientras Alba y Julia preparan la merienda, yo dibujo con Mateo.

- Mami no tiene la guitarra, cariño.

- ¿Y la amiga de mamá no tiene?- Mateo llama así a Julia porque no la recuerda, la ultima vez que se vieron él tenía año y medio y aún no le tiene tanta confianza como para llamarla por su nombre.

- No lo sé, mi amor.- hace un puchero y a mi se me parte el alma. A Mateo le encanta que cante esa canción, siempre que podía me pedía que lo hiciese y ya hace tiempo que no lo hago.- Corre a la cocina y preguntale.- mi niño me regala una sonrisa preciosa y corre como un rayo hacia la cocina. No se le debe quitar la ilusión a un niño. Y si a MI niño le hace ilusión que le cante la canción que compuse para su mamá, yo misma iría a comprarme una guitarra ahora mismo para hacerlo.

- Mami, mami!- Mateo vuelve corriendo- La amiga de mamá dice que tiene una abajo en el trastero. Vamos, mami, rapido.- me coge la mano y tira de mí hasta fuera del piso.

Bajamos las escaleras de la mano para que Mateo no se cayese y llegamos al pasillo dónde están los trasteros de cada piso. Y caigo que no he traído la llave para abrirlo.

- Mami, vamos!- me había parado para volver arriba

- Mami no ha traído la llave de la puerta, tenemos que volver arriba.

- La amiga de mamá me la ha dado, mira.- saca una llave del bolsillo de sus pantalones cortos y yo sonrío cogiéndolo en brazos

- Eres el niño más inteligente del mundo.- le doy varios besitos en el cuello provocándole cosquillas.

Entramos al trastero de Julia y cogimos la guitarra que tenía colgada en la pared. Subimos arriba, nos sentamos en el sofá y mientras le quito el polvo a la guitarra y afino las cuerdas, Mateo recoge todos los dibujos que están esparcidos por el suelo.

Empiezo a rasgar las cuerdas de la guitarra y entono las primeras notas de la canción que, sin duda, se quedará grabada a fuego en mi memoria para siempre. Canto la canción mirando a los ojos de mi hijo para que sepa que el también es mi persona favorita. Para que sepa que, para mí, él nunca será una molestia. Llega el refrán y al instante oigo una voz tímida acoplandose a la mía. Le regalo una sonrisa a mi pequeño animándole a seguir.