Capítulo 28

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Pov Natalia

- Jo, es que Mateo es tan especial.

Estamos todos en el salón menos mi madre que estaba en la cocina haciendo la cena. Yo y Alba estamos en el ordenador buscando guarderías de confianza para Mateo, y Mateo y Elena están en la alfombra dibujando. Noto que el comentario de Elena hace que Alba se tense. La miro a los ojos y veo que está al borde del llanto.

- Mi amor, estás bien?- me mira y niega con la cabeza. Es la segunda vez que le pasa esto cuándo dicen que Mateo es especial. Sé que es algo relacionado con el parto, la Rafi me contó que fue muy duro pero no me dió más detalles.- Quieres que vayamos a la habitación y hablamos?- asiente con carita de cachorro abandonado y a mi se me rompe el corazón verla así- Nosotras vamos arriba y ya volvemos vale?- Elena asiente y vuelve su atención al dibujo, cojo a Alba por los muslos haciendo que enrolle sus piernas alrededor de mi cadera y esconda su cara en mi cuello empezando a sollozar

Llegamos a nuestra habitación y la siento en la cama, cierro la puerta y me siento a su lado.

Pov Alba

Siempre que me dicen que Mateo es especial los recuerdos del parto vuelven a mi cabeza. Es horrible que me pase esto porque preocupo a los que me rodean, en este caso a Natalia, odio ver la preocupación en su mirada. Supuestamente ya lo tenía superado, es pasado. Mateo está con nosotras y sanísimo. Noto los brazos de Natalia rodeandome y me acurruco más a su pecho.

- Albi, ya está cariño.- me acaricia la espalda- Cuándo puedas hablamos, mi amor.- me permito unos minutos para calmar mi llanto y cuándo estoy más calmada le explico

FLASHBACK

- Hija, cariño, aprieta fuerte que casi está.- me dice mi madre mientras aprieta mi mano fuerte

- Dónde está el gilipollas de Rodrigo?- pregunta mi hermana a mi derecha apretandome la otra mano

- Está trabajando el subnormal.- mi madre responde por mí

Mi madre y mi hermana han llegado hace tres días cuándo les dije que ya había salido de cuentas. Y como Rodrigo estaba trabajando ellas decidieron estar presentes en el parto.

- Doctor, tenemos un problema.- dice la enfermera que tiene a mi hijo en brazos- El niño no tiene vida.

- Qué?!- gritamos mi familia y yo al unísono. Me empieza a faltar el aire y entro en pánico

- Cariño, calmate. Respira conmigo porfavor.- mi madre pone mi mano en su pecho y respira profundamente para que yo la imite- Venga, Alba, sígueme porfavor.- entonces veo que tiene la cara llena de lágrimas y hago el mayor esfuerzo para seguir su respiración

Cuándo ya tengo la respiración acompasada miro a dónde tienen mi hijo. Lo están intentando reanimar de todas las formas posibles y no reacciona. No me puede estar pasando esto a mí. Si todo estaba bien, estaba super sano, daba patadas como si mi barriga fuese un balón de fútbol. Me vuelvo a derrumbar y mi hermana me estrecha entre sus brazos.

- Marina, esto solo puede ser una pesadilla, porfa despiértame. No quiero seguir durmiendo despiértame porfavor.- le ruego entre sollozos y ella me aprieta más en sus brazos

En la sala solo se oían mis sollozos y los médicos intentando reanimar a mi hijo. Estuvimos así unos quince minutos, los más largos y dolorosos de toda mi vida.

- LO TENEMOS!- grita un médico entonces yo suelto a mi hermana y miro en su dirección. Veo como el pechito de mi Mateo sube y baja pero no llora y sus ojitos están cerrados

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