Capítulo 2

764 24 6
                                    

No paran casi nunca en casa. Me aburro mucho sola, así que he hablado con papá y mamá y voy a ir a darles una sorpresa a los chicos a Le Mans.

- Cuida de tus hermanos.

- Lo haré mamá.

Papá me lleva al aeropuerto y en 3 horas ya estoy en el circuito. Emilio me lleva al box para poder dejar allí las cosas antes de ir a darles la sorpresa a mis hermanos.

En el box de Marc todos me conocen y me guardan las maletas. Ahora es Santi el que me lleva al Motorhome de Àlex. Santi me deja sola y yo entro para ver algo que hace que mi boca se haga agua. Mis hermanitos están tumbados en la cama masturbándose entre ellos.

- Y eso que la sorpresa la iba a dar yo.

- Laia -dijeron a la vez.

- Pero no paréis. Quiero ver como acabáis.

- Pero ven a la cama, bebé.

Hice lo que me dijo Marc y me tumbé a su lado para que pudiesen seguir con… sus cosas.

- Àlex haz más fuerza.

- Marc… más… más rápido.

Me subí al torso de Marc y empezamos a besarnos mientras me tocaba el culo con su mano libre.

- ¿Y yo?

- Cuando me vaya a entrenar es toda tuya, hermanito.

- Bésame Marc.

- Ahora mismo bebé.

Quería que acabasen y, por eso, me moví encima de Marc y llevé mi mano donde estaba la suya, al miembro de Àlex.

- Me voy a correr.

- Hazlo Àlex, yo también estoy a punto de hacerlo.

Me moví mucho más rápido y mis dos chicos se corrieron a la vez. Àlex apartó nuestras manos y me sacó de encima de nuestro hermano mayor.

- Lo siento pequeña, pero tenemos que limpiarnos.

- ¿Y no podía hacerlo yo?

- Bebé, quiero limpiar yo a Àlex.

- Sí, y a ti ya te tocó la ultima vez comerle la p*olla a Marc.

- Pues os dejo. Me voy a pasear por el circuito.

- De eso nada bebé. Tú te quedas aquí con nosotros.

- Sí claro. Yo aquí cachonda perdida y vosotros ahí, a daros placer. Pues no.

- Haz caso a Marc pequeña. Quédate.

- Pues no me ignoréis.

Mis hermanos se colocaron y empezaron a “limpiarse”. Me sorprendí al notar la mano de Marc dentro de mí.

-Bebé, estás muy mojada.

- Eso quiero verlo.

A la mano de Marc se le unió la de Alex, que dijo exactamente lo mismo que él. Mientras ellos se chupaban el uno al otro sus manos me llevaban a un paraíso de jadeos y gemidos.

- Ahh… seguid… ahh…

Marc dejó de meter y sacar sus dedos para jugar con la parte exterior de mi zona intima. Àlex seguía usando mi humedad para penetrarme con sus dedos de forma muy rápida.

- Pequeña, solo faltas tú.

¿Cuándo se habían corrido esos dos? Estaba tan absorta en mi mundo que no me di cuenta.

Amor fraternalDonde viven las historias. Descúbrelo ahora