Ya han pasado tres meses desde que nos enteramos de que íbamos a ser padres. Ahora vamos de camino a la consulta del tocólogo para saber si nuestro bebé está bien.
Nuestra hermana es la que menos nerviosa está, es más, es ella la que nos intenta calmar a nosotros. Será una gran madre y seguro que a mí me va a tener que ayudar mucho y va a tener que tener mucha paciencia.
- Todo va a estar bien, bobos -se hacía la fuerte por nosotros y era capaz de bromear. Una Márquez en toda regla.
- ¿Y si hay algo mal? ¿Y si es por culpa mía? -Àlex estaba muy estresado.
- Àlex tranquilo. Vete así no es bueno ni para mí ni para nuestro pequeño.
- Àlex no te estreses más, Laia tiene razón -la verdad es que me había asustado algo con su última frase.
Àlex parece que ya está más calmado, pero yo no. No digo nada, pero ella puede notar que no estoy bien. A través del retrovisor nos vemos y me da una mirada de tranquilidad. He de decir que no funcionó del todo.
- Ya hemos llegado.
Àlex ayudó a bajar a Laia y yo, discretamente, le di un apretón en el culo.
- Qué ganas le tengo a tu culo, hermanito.
- Vosotros, pervertidos. ¿Qué tal si vamos a ver cómo va el bebé?
- Sí, vamos -mis hermanos empezaron a caminar.
- ¡Te lo voy a rellenar antes o después! -dije gritando para después ir tras ellos.
Cuando llegué a donde estaban, mi hermana se reía a más no poder y Àlex estaba completamente rojo.
- Me gusta que estés rojo, pero te prefiero rojo debajo de mi cuerpo.
- Estamos aquí por el bebé. Luego te bajo ese mástil que tienes por miembro.
- Hay habitaciones vacías -de verdad quería hacerlo con Àlex
- Laia, Marc y yo queremos quitarnos los nervios.
- Id a follaros. Nosotros estaremos bien -nuestra hermana se veía segura de sus palabras.
Àlex me dio un empujón y salimos de la sala de espera donde se quedó el resto de la familia. Paseamos por los pasillos del centro hasta que encontramos una habitación vacía lo suficientemente lejos para que Àlex gritara todo lo que yo quisiera.
- Esta es perfecta. Está alejada para poder hacer ruido.
No le di tiempo a responder porque mis labios ya cubrían los suyos. En nada nuestras lenguas ya estaban jugando y entrelazándose. La boca de mi hermano sabía a mi hermana.
- Has estado besando a mi bebé.
- También es mi hermana y sí, soy culpable.
Llegamos a la camilla y tumbé a Àlex en ella y me puse encima de él. Nuestros miembros solo separados por la ropa. La misma que empezamos a quitarnos el uno al otro.
- Joder… Marc me pones tanto…
- Hazme lo que quieras. Soy tuyo.
Mi hermano sonrió pícaramente y nos dio la vuelta. Ahora él estaba encima, los dos desnudos, piel contra piel.
- Me apetece probar lo rico qué estás.
No dije nada. Ya tenía la lengua de mi hermano haciendo el recorrido de cada abdominal. Me empezaba a volver loco.
- Àlex, joder… Para de hacer eso…
- ¿Desesperado? -miró mi p*olla-. Está tan lista para romperme el culo.
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Amor fraternal
FanfictionTres hermanos. Tres Márquez. Una casa. Un amor... ¿fraternal? Sí, llamémoslo así. Esa casa será testigo de un amor, no de hermanos, pero sí entre ellos. ¿Cómo acabarán?