💞Capítulo 4💞

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Narra Fer:

Todo parecía un sueño, la noche era perfecta y nos iluminaba solo la luz del fuego. Al oírla rogar que la amara no lo pensé dos veces y comencé a besar su cuello. Entre besos la dirigí hacia el sofá donde la senté sobre mi. Era glorioso tenerla así.

Primero acaricie sus piernas, y fui subiendo mis manos hasta encontrar el borde de su remera, se la quité, desabroche su brasier y admiré su belleza. Era perfecta, ella solo se sonrojo. Fui dejando besos por su pecho hasta llegar a sus maravillosos senos deleitandome con ellos. La oí gemir lo que hizo que se me erizara la piel. La necesitaba, quería hacerla mía.

Después de eso, ella tomó el control, me besó como si de eso dependiera su vida, besó mi cuello, me quitó la remera. Se levantó, se arrodillo delante de mi y mirándome de manera seductora comenzó a bajar mis jeans. Acarició mis piernas hasta llegar a mi intimidad que acaricio cual rosa, casi veo estrellas y fueron unas simples caricias. No aguantaba más.

-Te necesito ya - le dije en un suspiro. Subió la vista, me besó para luego ir dejando besos por mi abdomen mientras bajaba mis bragas. Era una tortura, la tortura más hermosa.

La sentí besar mi intimidad para luego asaltarla sin pesar alguno. Cerré los ojos y me deje llevar a otro mundo, una ola de placer tomo posesión de mi cuerpo, ella lo notó lo que la hizo introducir dos dedos dentro de mi, eso solo intensificó el placer y en menos de cinco minutos me encontraba temblando con las espada arqueada sobre el sofá.

Cuando mi respiración se normalizó, la miré y dije - te amo - sin darle tiempo de responder la recoste sobre la alfombra y comencé a besar su cuello, puse mi pierna entre las suyas y comencé a moverme. Su piel era tan suave que lo podía hacer por horas. La oí gemir más fuerte lo que sumado a la fricción nos hizo llegar al orgasmo juntas. No la dejé recuperar el aliento, bajé a su intimidad dejando besos húmedos y para luego complacerla aún más, cuando vi que estaba por llegar al clímax introduje mis dedos en ella lo que hizo gritara de placer.

Por amarte así Donde viven las historias. Descúbrelo ahora