Capítulo 3: On y va à Paris

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Viernes, 12 de julio de 2019


- ¿Lista? - preguntó Clarke mientras esperaba que su novia se pusiera el casco.

- Nunca estaré lista para un paseo en motocicleta, Clarke - respondió Eva sonando indiferente. - Menos mal que pueda recuperar mi coche hoy... ha sido una semana larga.

- Oh, vamos, ha sido una buena manera de prepararse para nuestro viaje en moto.

- ¿Qué viaje en moto? - Eva frunció el ceño mientras se sentaba detrás de Clarke.

- El que he estado tratando de convencerte de que hagas conmigo desde que comenzamos a salir - aclaró la rubia. - Podríamos viajar por Andalucía para empezar, y quién sabe... podríamos ir a Cataluña si quisiéramos.

- De ninguna manera, Clarke... Te dije que no me gusta ir largas distancias en tu moto - Eva estaba decidida. - Ahora, por favor, llévame al taller a buscar mi coche.

Clarke suspiró y arranco la moto, decidiendo no insistir con el tema que siempre llevaba a una pelea y definitivamente no estaba de humor para eso. 

Sabía que Eva no era una gran fanática de su motocicleta, pero esperaba que con el tiempo las cosas cambiaran y que estuviera abierta a una aventura con ella. Para Clarke, se sentía como si su novia no confiara en ella para mantenerla a salvo y se estaba convirtiendo en un problema entre ellas, incluso después de que habían hablado de eso y Eva le había asegurado que ese no era el caso.

Después de un corto viaje, Clarke dejó a Eva en el taller y se fue a su casa. 

En la entrada del edificio, se encontró con Julio, el superintendente, quien la saludó con una sonrisa en su rostro.

- Hola doctora, ¿qué tal tu día? - preguntó educádamente.

- Hola Julio, estuvo bien, gracias - respondió ella. - ¿Y el tuyo?

- No está mal, aunque debo decir que hoy he estado sintiendo el dolor en la espalda baja nuevamente... Desde la caída cuando estaba limpiando la piscina, parece que no se me quita.

- Pero la caída fue la semana pasada, Julio... estas cosas necesitan tiempo para sanar.

- Lo sé, lo sé... pero pensé, tal vez podrías pincharme algo, como cuando me caí - la miró con una súplica en los ojos.

- No hace falta, te lo prometo... Simplemente toma las pastillas que te di por una semana más y con un par de sesiones de fisioterapia estarás como nuevo - explicó Clarke caminando hacia el ascensor.

- De tus labios al oído de Dios, doctora - Julio se dio por vencido y decidió agradecerle, regalando a su médica favorita una bolsa de tomates frescos que trajo de su jardín. 

Ella aceptó el regalo y tomó el ascensor hasta el octavo piso.

Clarke llegó hasta el apartamento y oyó un sonido de música, el volumen aumentando con cada paso hacia la puerta. Entró y vio a Raven vistiendo nada más que un bikini y bailando "Alors on dance" de Stromae junto a un montón de ropa esparcidas por el sofá.

- ¡Bonjour, Clarkie! - gritó cuando vio a Clarke mirándola con una expresión divertida en su rostro. - Estoy haciendo mi maleta para el fin de semana, no puedo decidir qué llevar conmigo...

Clarke sonrió y tomó el control remoto del sistema de sonido para bajar el volumen.

- ¿En serio, Raven? ¡Es solo un fin de semana, tía! Y llevamos solamente equipaje de mano, ¿recuerdas?

- ¡Sí, ya lo sé! Ese es exactamente el problema, tengo que tomar las decisiones ahora en lugar de más adelante en el hotel, ¿sabes a qué me refiero? Tengo que combinar dos atuendos para viajar, uno más para el sábado por la noche y otro para la convención del domingo. ¿Qué vas a llevar tú?

SIEMPRE NOS QUEDARÁ PARÍS (CLEXA AU)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora