Capítulo 15: Contando las horas

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Se miraban intensamente, ya habían dejado de reír y su respiración se estaba volviendo más pesada.

Los ojos de Octavia pasearon por el rostro de Raven, desde sus ojos marrones hasta sus voluminosos labios, y la latina no pudo evitar hacer lo mismo cuando notó que Octavia se estaba mordiendo el labio inferior. 

Octavia aprovechó el contacto visual perdido para llenar la palma de su mano con agua y la echó sobre Raven, riéndose de ella. 

Raven abrió la boca por el shock, mientras Octavia intentaba coger más agua para continuar con el "ataque" y Raven la agarró por las muñecas, evitando que ejecutara el plan y la inmovilizó en la pared, sosteniendo sus brazos sobre su cabeza.

Su ritmo cardíaco aumentó cuando sus miradas se volvieron a encontrar, solo que esta vez a una distancia tan corta que Octavia podía oler el aroma dulce que emanaba de la piel de la latina. Raven sintió la necesidad de presionar sus labios contra los de Octavia; tenerla tan cerca era demasiado peligroso y no confiaba en sí misma para quedarse un segundo más allí con ella. 

Soltó sus brazos y dio un paso atrás, mirando hacia otro lado antes de darse la vuelta, y luego comenzó a alejarse.

- ¿Ya está? ¿Eso es todo lo que tienes? - Octavia la provocó.

Raven dejó de caminar.

Su corazón latía con fuerza, todo su cuerpo ardía y necesitaba desesperadamente a Octavia para apagar el fuego dentro de ella. 

¿La estaba tomando el pelo porque sabía que podía? 

¿Era solo un juego para ella? 

Esta vez, Octavia no estaba borracha y no estaban en un club nocturno ni había música; solo era un simple baño de restaurante en un día normal en la playa. 

Y sin embargo, allí estaba ella, desafiándola. 

Ciertamente sentían que ambas querían que sucediera, o incluso más, NECESITABAN que sucediera.

Lo necesitaban con urgencia.

Finalmente se dio la vuelta y vio a Octavia en la misma posición en que la había dejado, con la espalda apoyada en la pared; su pecho se movía hacia arriba y hacia abajo bastante rápido, y sus ojos penetraban a Raven.

En ese momento estaba segura de que la deseaba y de repente nada más importaba.

- ¡Ni por asomo!- respondió ella y caminó rápidamente hacia Octavia que tenía una sonrisa pícara en el rostro.

En el momento en que sus labios se tocaron fue una sensación única de anhelo y lujuria; no fue un beso delicado y suave, por el contrario, parecía que estaban a punto de devorarse. Sus manos estaban examinando sus cuerpos, sintiendo cada curva, despertando una nueva terminación nerviosa con cada toque mientras sus dedos se hundían, apretando con fuerza. 

El calor de sus lenguas luchando dentro de sus bocas, junto con los suspiros amortiguados y los gemidos que salían de sus gargantas eran como un afrodisíaco, aumentando la humedad entre sus piernas que ambas necesitaban sentir, saborear, gozar. 

De repente, oyeron que se abría la puerta y se alejaron rápidamente la una de la otra antes de que la persona que entrara pudiera ver el apasionado intercambio de saliva entre ellas.

- ¿Estáis esperando para ir al baño? - preguntó la mujer desconocida.

- Eh... no, no, nos íbamos, en realidad... adelante - respondió Raven, todavía visiblemente sin aliento.

La mujer entró en uno de los cubículos y Raven miró a Octavia, que estaba apoyada en la pared, tratando de recuperar el aliento.

- Deberíamos volver a la mesa - dijo ella y Octavia solo asintió en respuesta.

SIEMPRE NOS QUEDARÁ PARÍS (CLEXA AU)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora