Un cosquilleó en mis cachetes me hizo mover la cara con fastidio. Por unos segundos dejó la vaina y me decidí por seguir durmiendo, pero nuevamente sentí cosquillas, como si algo rozara suave mis cachetes.
Chasqueé la lengua y volví a mover mi rostro, pero cuando sentí por tercera vez la guevonada, me decidí por abrír los ojos.
- !¿Qué coño e la madre estás haciendo, estúpido?! - Grité histérica cuando encontré a Jimin a pocos centimetros de mi, sin parar de picar mis cachetes con sus dedos. Por impulso, levanté mi puño y terminé dándole un coñazo trifásico en la quijada que lo hizo perder el equilibrio y caer de culo sobre el piso.
Por el fuerte golpe mis audífonos se salieron, los guardé enseguida en mi abrigo.
- Auh, auh, auh. - Susurraba quejándose mientras se sobaba la quijada el enano er coño.
Enseguida oí las risas de los demás al otro extremo de la sala.
- ¿Cuál es la risa? - Pregunté de forma tranquila pero por dentro ardía en fuego por caerlos a lepes a toditos. Eso sólo bastó para que dejaran de reírse de repente colocandose serios.
Me tiré hacia atrás soltando un suspiro y frotando mis ojos. Seguían más pesados que nunca.
Una de la tantas cosas que odio, es que me despierten. No me gusta que me interrumpan para nada, incluso si me dormía con hambre.
Me levanté bruscamente del sofá y me acerqué a Jimin que seguía en el suelo quejandose sobandose la quijada. Sin aviso, agarré con cuidado su rostro con mis manos viendo para asegurarme de que no lo haya herido, si llegaba a lastimarlo iba a tener sendo peo con el gordo. Como idols tenían que proteger su apariencia, lo sabía, pero había sido un impulso.
- Eso me dolió. - Murmuró viéndome directo a los ojos. Ladeé su rostro y miré otro poco, hasta que vi en la quijada derecha que no había marca, sino una mancha roja.
- No vuelvas a despertarme. - Le avisé mientas lo soltaba.
- Oh disculpa, no sabia, no dices nada. Tampoco soy un adivino. - Soltó cruzándose de brazos aún en el suelo. Me quedé de pie enfrente de él y no pude evitar sonreír al verlo de esa forma, se veían tan cómico e infantil cuando quería. Supongo que ese es su encanto.
- Lo único que deben de saber de mi es el español. - Dije serena. Lo escuché soltar un bufido.
- ¿Por qué tienes que ser así, ah? - La voz de Ariana hizo que levantara la vista. Ella estaba cruzada de brazos mirandome feo. - Eres tan intensa.
- Perdón, pero no sé otro idioma para enseñarle a tus gafos. - Dije como si nada, pero eso sólo le causo más molestía ya que dió un pisotón infantil contra el suelo.
- No es eso...!Hablo de ti y tú actitud tan mierda...!De vaina y sabemos tu nombre! - Gritó molestia mientras gesticulaba con las manos insistente, ya estaba comenzando a enrojecerle sus cachetes.
En ese momento los miré confundida, ¿qué era lo qué me estaba reclamando aquella loca? Creo que la estupidez se le subió a la cabezita.
Los demás se acercaron a Jimin sentandose a su lado mientras que Ariana seguía de pie con los brazos cruzados y como el resto ahora tenía a los ocho viéndome con atención mientras yo estaba parada frente a ellos.
- Ah pero si no nombras que saben de donde soy, de mi edad. Y también donde vivo, es más información de la que deben de saber. - Acusé negando con la cabeza, divertida.
Yo sé muy bien del porqué estaban tan molestos, pero como deje bien en claro, mi intención en este lugar es enseñar español, nada más.
- Sabemos bien que no quieres mantener una relación amistosa con ninguno de nosotros, pero queremos saber tus razones. - Dijo Namjoon con tranquilidad.
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La Catira De Kim Seokjin © √ K.SKJ
FanfictionLas Venezolanas son las chicas más alegres y coquetas que hayan existido en latinoamerica. Se identifican por sacarle una sonrisa al ser más plasta del mundo y hacer reir a la persona más odiosa del planeta. Ahí es donde medio entraba Andreina en la...