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Era miércoles y yo ya estaba en mi casa tranquila, ya que el gordo me había dado unos días de descanso y hasta el lunes no debo ir, pero anoche le dije a Seokjin que hablaramos así que de todas formas iré a la agencia.

Hoy me había despertado bastante mejor, anoche dormí como una bebé.
Admito que si estaba emocionada por lo que había pasado con Kim, ¿a quién le metería embuste? Me encanta, lo estaba sospechando pero anoche terminé de pensarlo.

Me sentía rarita porqué nunca me había gustado nadie de esa manera, es decir, me han gustado chamos y vaina pero realmente nunca me había sentido de esta forma con alguien. En serio que Seokjin era un solecito.

Estiré mi mano y acaricié a Guggo que acababa de subirse en el sofá conmigo mientras miraba la televisión algo distraída.
Estaba pensando mucho, pero la verdad no era necesario, en el fondo sabía por que debía hacer.

Me estiré y agarré mi teléfono de la mesa de al frente, busqué a Daniel en mis contactos y lo llamé.

- Hey, hola. - Me saludó rápidamente.

- Hola. ¿Estás ocupado? - Pregunté dudosa.

- No tanto, ¿necesitas algo?

- Hablar, ¿quieres que nos veamos en una cafeteria?

- Claro, ¿a qué hora? - Sonaba agitado, como si estuviera corriendo o haciendo ejercicio.

- A las cinco, todavía debo preparme pero quería asegurarme que irías. - Dije viendo la hora en el televisor.

- Esta bien, te veré ahí en unas horas.

- Si, chao. - Colgué la llamada y me permití soltar un suspiro.

Me tiré hacia atrás y mi perro rápidamente recostó su cabeza en mis piernas. Sonreí, siempre era cariñoso, y de alguna forma sabía que yo no estaba bien del todo, así que se la pasaba encima.
En el momento, el timbre sonó, y lo hice a un lado para ver quien era.

Abrí la puerta y rápido Bae dejó de ver por la mirilla, ella se quedó tieza en el lugar. Jugaba con sus manos aparentando inocencia, pero yo solamente la miré directo causando que se enrojeciera nerviosa.

- Hola Andreina. - Saludó luego de pasar sáliva.

- Hola.

- ¿Sigues molesta? - Preguntó rápidamente.

- No tanto. - Dije entre un suspiro.

- ¿Me dejas pasar?

Me hice a un lado em silencio y entra algo timida.
Rápidamente se fue al sofá y acarició a Guggo. Esta era la segunda persona favorita de él.

- Disculpame, se que no hice bien, pero sabes que ese tipo no me cae y bueno...mierda, no tengo muchas justificaciones que no funcionan contigo. - Dijo riendose, resignada.

- Ganaste chama. - Dije de la nada.

Bae dejó de reírse y me miró sin expresión.

- La apuesta, la ganaste. Ya casi. - Admití todavía levantada.

- !¿Hablas en serio?! - Gritó ronca. Se levanta dejando a Guggo en el sofá y se acercó a mi corriendo.

En un momento, Tae pasó a la cocina viendonos raro.

- Seh. Anoche pasó algo con él y...me gusta.

- !Ay lo sabía! Cuando Jin oppa volvió sonriente, la verdad sospeché enseguida de que algo había pasado. - Indicó haciendo gestos con las manos. - ¡Que felicidad!

La Catira De Kim Seokjin © √ K.SKJDonde viven las historias. Descúbrelo ahora