Había llegado hace unos segundos a la agencia, pero ahora mismo estaba caminando apuraita a la oficina del gordo ya que apenas que di un paso adentro del edificio, el mismo hombresito que hacia vigilancia me dijo que me estaba esperando en la oficina. ¿Qué querrá? Ni puta idea.
Arreglé mi cabello un poco antes de tocar la puerta y cuando escuché el típico Pase entré cerrando la puerta con cuidado.
- Buenas tardes, señor. - Saludé al gordo estando frente de él y le hice una reverencia.
Bang sonrió asintiendo a mi saludo. - Celine, que puntual es. - Comentó viendo de reojo su reloj, faltaban dos minutos para las tres. Supongo es un punto a favor. - Tenga.
Fruncí suve el ceño mirando que en sus manos me extendía unas hojas. Yo los agarré con cautela.
No pregunté que era, ya que había leído las letras en negro sobre ellas; era el contrato sobre una semana a prueba. Todo es a través de esta broma, parece ser. La otra era una ficha de datos para llenar.
El gordo como me vió leyendo por encima las hojas, entrelazó sus manos sobre su escritorio. - Tranquila, puedes leerlas y entregarmelas después de la clase.
Levanté la mirada viendo mi pequeño reflejo en sus lentes. - Ah bueno, como diga. - Dije asintiendo por encima de lo que dijo.
Vi que entrecerró sus ojos, inclinandose más a mí lado con diversión. - ¿Por qué estás usando lentes de sol?
Bajé un poco mis lentes a la punta de mi nariz, dejando ver mis bolsas debajo de mis ojos. - Porque ahora soy un mapache.
Enseguida su rostro divertido se esfumó, a lo que yo sólo encogí mis hombros.
- ¿Acaso no estás descansando? - Alzó una ceja.
- La verdad duermo poco, no me afecta en nada. Me compro un refresco antes de venir y ya, no hay peo, no se preocupe por mi, i'm fine. Estoy haciendo bien con los chicos. - Aseguré rápido antes de que me cuestionara sobre las clases o algo así pensando que no estaba yendo bien porque no estoy descansando como se debe.
- De acuerdo. Pero te sugiero que descanses más. - Opinó dejando su ceja bajar. - ¿Cómo van mis chicos? Sé que empezaron ayer, pero quiero saber si hay algo que quieras comunicar, lo que sea.
- Golpeé a Jimin. - Él negó con la cabeza soltando una risita nasal. - Fue porque hizo un chiste. En las clases, todos van bien, han entendido todo lo que les he explicado. Taehyung y Namjoon tienen el mejor manejo con algunas cosas, ya que Namjoon domina el inglés y Taehyung un poco, de igual forma los demás se están esforzando. - Le aseguré.
Alzó ambas cejas, asombrado. - Vaya...Que bueno, me alegro saber aquello, espero que sigan así. Usted traigame el contrato firmado, tómelo con calma. Y ante cualquier ocurrencia o caso con esos niños, me avisa. - Ofreció rápido. Sonreí asintiendole, di una reverencia y piré de allí.
Caminé de nuevo al pasillo y entré a la sala encontrándome a los siete sentados en sus pupitres, callados y tranquilos. Disimulé mi sorpresa con una sonrisa tenue.
- Llega tarde, profesora. - Acusó Jimin entrecerrando sus ojos semi acostado en su pupitre.
- Fue porque el gordo me llamó. - Expliqué enseguida mostrando las hojas.
Namjoon se fijó más en ellas. - ¿Qué son esas hojas?
- El contrato por una semana de prueba.
Me saqué los lentes y cubrí mi boca cuando bostecé, me sentía cansada, burda.
- Deberías de descansar más. - Seokjin me regañó mirándome feo, le sonreí de lado.
- Debería. - Repetí con ironia, me quité la sudadera ya que estaba empezando a sentir calor. Creo que tenían la calefacción prendida, no me extrañaba, aquí todo era fresco. - Me supongo que han estudiado. ¿Verdad?
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La Catira De Kim Seokjin © √ K.SKJ
Fiksi PenggemarLas Venezolanas son las chicas más alegres y coquetas que hayan existido en latinoamerica. Se identifican por sacarle una sonrisa al ser más plasta del mundo y hacer reir a la persona más odiosa del planeta. Ahí es donde medio entraba Andreina en la...