Espinas

7.¿Estás celosa?

Logan.

Alexia me tiene mal.

No sé que hacer ni como sentirme respecto a ella. No sé si quiere intentar algo conmigo, si somos amigos, si somos algo más...

Espera.

La pregunta es: ¿Queremos ser algo más?

¿Siento algo por ella? Y si la respuesta fuese sí...

¿Que es lo que siento exactamente por ella?

¿Me gusta?

No, no me gusta. Ni siquiera la conozco. Nos conocemos desde hace 2 días. ¿No te puede gustar alguien en 2 días no?

Pero siento que la conozco desde hace mucho.

Bueno, ese no es el caso, la cosa es que ella me confunde.

Estoy cansado de este: ahora si, ahora no.

Me pone incómodo y nervioso.

Y no estoy seguro de si eso me encanta o lo detesto. Es una sensación que nunca había sentido. En dos días Alexia me ha confundido más que en toda mi vida.

Yo siempre he sido un chico sencillo, sé lo que me gusta y lo que no. Sé lo que quiero, el como y el cuando. Pero esta chica rompe todos mis esquemas.

Con esos pensamientos bajo a la cocina de casa de mi madre a desayunar.

-Buenos días cielo-me saluda mi madre.

-Buenos días mamá-le respondo todavía con la cabeza en mi mundo.

-¿Te pasa algo?-me pregunta con cara preocupada.

Eso hace que mi cabeza vuelva aterrizar en la realidad.

-No, no solo que no he dormido muy bien-digo fingiendo un bostezo.

-Ay pobrecito, si quieres no vayas hoy al instituto-dice mi madre peocupada.

-Mamá no exageres, solo estoy cansado es normal.

-Vale... pero si te encuentras mal de camino no vayas y vuelve hacia casa-me advierte.

-Sí, mamá- le digo pasando por su lado y dándole un beso en la mejilla.

-¿Ei tú, donde te crees que vas?-me pregunta.

-Al instituto- le digo encojiéndome de hombros.

-¿Sin desayunar?-me pregunta alzando una ceja.

Estoy tan ausente que ni siquiera me acordaba.

-Buf, perdona esque estoy muy dormido-le respondo.

Cojo unas tostadas y me las como rápido. Me despido de mi madre mientras cojo mi mochila y me voy rapidamente de casa.

Llego con tiempo al instituto y voy caminando por los pasillos. Muchas chicas se girar a mirarme y yo bajo la cabeza avergonzado.
Odio ser el chico nuevo, hace que todo el mundo me preste atención y eso me pone incómodo, prefiero pasar desapercivido.

Una chica rubia con ojos claros se acerca a mí.

-Hola-me dice.

-Um, hola-le respondo avergonzado.

-¿Eres nuevo verdad?-pregunta curiosa.

-Sí llegué hace poco-le explico.

-Entonces normal que no me sonaras, no olvidaría nunca un bombón como tú-me dice sonriendo coqueta.