8.Terriblemente sexy

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Alexia.

Serà capullo. Me ha dejado allí plantada mirando como se iba, de esta no se libra. Le voy a dejar las cosas claras. No le voy a ir detrás ni de broma, el que se ha pasado de listo ha sido él.

¿No?

Bueno, he dicho cosas que quizás le han molestado y quizás lo he tratado mal sin razón.

Ugh, a veces odio saber ponerme en el lugar de los demás.

Vale...mierda me he pasado bastante. Pero él me ha dejado plantada, no sé que es peor. Me he pasado toda la hora que quedaba de literatura esperando por si volvía, pero no lo ha hecho.

Llevo desde que me he despertado cabreada con Logan, cuando él no me ha hecho nada. Simplemente, siento que él tiene la culpa de mi mal humor. Sé que no tiene sentido, me siento una inmadura.

Tengo una sensación de enfado hacia él que cuando me habla crece, cuando me mira, cuando me sonrie y ríe.

El timbre suena sacándome rapidamente de mis pensamientos. Me levanto, recojo rápido mis cosas y miro mi horario. Me toca matemáticas, clase que comparto con Logan, haber si se digna a venir. Voy hacia la clase donde si tengo suerte me encontraré con Logan y intentaré disculparme, solo espero que no se haya ido a casa.

Digo intentaré, porqué soy malísima en pedir disculpas y sobretodo odio admitir que no tengo la razón.

Cuando entro en el aula le veo sentado en su pupitre. No tengo más remedio que disculparme ya que me siento a su lado, así que tarde o temprano tenemos que hablar. Respiro hondo y me acerco a él y me siento en mi silla, él está sumergido en su libro de matemáticas. O está muy concentrado e interesado en los cálculos o me está ignorando.

Me aclaro la garganta para que se de cuenta de que estoy allí. Él gira la cabeza y me mira en silencio esperando a que diga algo.

Me aclaro la garganta y desvio mi mirada.

-Lo siento-le digo en un susurro restándole importancia.

-Perdona pero no te he escuchado-me dice.

Suspiro frustrada.

-Ya me has oído.

-Puede, pero quiero que me lo digas de verdad.

-Lo siento. ¿Vale?-le repito con la mirada fija en mi regazo.

-Pues yo creo que no lo sientes Alexia.

Subo mi mirada para verle directamente a los ojos y me quedo unos segundos admirando  sus preciosos ojos azules.

Adoro sus ojos porque son muy expresivos, casi puedo ver todo lo que se le pasa por la cabeza solamente mirándole a los ojos.

-Lo siento de verdad- le digo esta vez enserio y con un tono de voz un poco más alto- me he portado como una inmadura y me he pasado de la raya.

Una fugáz ráfaga de tranquilidad pasa por su cara, finalmente suspira y esboza una pequeña sonrisa.

-Yo también lo siento, por dejarte ahí sola.

Le doy una sonrisa y él me la devuelve.

-¿Entonces todo arreglado?- le pregunto.

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