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De nuevo en casa, en la montaña, pisando el suelo que conozco tan bien, me siento recuperado, reanimado. Una bruma baja flota sobre una hierba exuberante que me roza las piernas mientras caminamos a través de la densa vegetación, donde no existen sendas. Siwon es el único que podría conocer esta montaña mejor que yo. Avanzamos cuidadosamente. Aparte de nuestros congéneres, que podrían estar acechando en los árboles, intentando decidir qué hacer con nuestro variopinto grupo, los cazadores no pueden estar muy lejos. Siwon abre la marcha, con pasos algo más enérgicos y las heridas menos evidentes, y sospecho que estar de regreso lo ha rejuvenecido también a él. Nos guía hasta un lugar donde esperar -ocultos de los cazadores y de la manada al mismo tiempo- mientras él habla con su padre. Al menos ese es el plan por el que nos hemos decidido. Primero debemos arreglar el asunto de Miram. Mi venganza tendrá que esperar hasta que haya pasado el peligro. Hemos dejado los vehículos al pie de la montaña. Hyunjin está tenso y vigilante.
-Jisung -le digo solo a mi hermano, que avanza a mi lado-. Todavía pienso abandonar la manada. No sé por qué me siento empujado a contárselo. Como si el, al igual que Hyunjin, dudara de mi capacidad de cortar amarras. Como con él, espero sacarlo de su error.
-¿De verdad lo crees? -replica con una sonrisa traviesa-.
Recuerdo haberte oído decir eso mismo con anterioridad.
-Arreglaremos lo de Miram, ajustaremos cuentas por lo de papá y luego nos iremos. Empezaremos de cero y encontraremos a mamá, tal y como…
-Yo no voy a irme.
Me detengo para mirarlo. Pero el sigue adelante, de modo que tengo que apresurarme para alcanzarlo, mirando a los demás con cautela por encima del hombro. Casi como si temiera que hubieran oído la declaración de Jisung.
-¿Y qué hay de tus planes? -le pregunto-. ¿Y qué pasa con mamá?
-Los planes cambian, Jeongin. Además, yo nunca he tenido mucho tiempo para pensármelo bien. Era tu plan, no el mío, pero estaba tan ofuscada por tu enlace con Siwon que no veía las cosas con claridad.
-Eso es cierto -recuerdo-. Estabas furioso por mi enlace forzado. Porque la manada desterrara a mamá. ¿Por qué ahora quieres quedarte?
-Porque me necesitan. No todo el mundo es Severin. No quiero abandonar a toda la manada solo por su culpa. Él puede ser destituido; y lo será. Siwon u otro asumirá el poder. Es hora de que haya un nuevo liderazgo, y quiero estar ahí para ayudar. Lo necesito. Puedo ser útil y hacer algo bueno. Jisung haría grandes cosas, desde luego. Es inteligente y sensato…, ve las cosas desde todos los ángulos. Y la manada lo recibiría con los brazos abiertos. De eso no cabe la menor duda. Me falta un poco el aire. Dejar a la manada para siempre podría implicar una pérdida mayor de lo que había imaginado si significa perder a mi hermano. Era un consuelo saber que iba a venir conmigo. Sin embargo, tendré a Hyunjin.
-Entonces, ¿lo harás por la manada?
-¿Tanto te cuesta creerlo?
-Hum, para ser sincero, sí. Durante años ha detestado a la manada…, ha querido librarse de ella. Yo era el único que quería quedarse. Entonces mi hermano se delata. Sus ojos se desvían ligeramente hacia un lado. Sigo su mirada hasta el enorme draki gris que flanquea a nuestro grupo. Cuando me giro de nuevo hacia Jisung, el ya está mirando hacia delante, intentando actuar como si yo no hubiese advertido su desliz inconsciente. Pero es demasiado tarde: lo he visto. Yo ya sospechaba que había algo entre ellos dos, al menos el principio de algo.
-Todos cambiamos -dice Jisung vagamente.
-Sí, así es.
Supongo que el hecho de que mi hermano mire a alguien distinto de Siwon lo corrobora. Tiene razón.
Todo cambia…, evoluciona. Y entonces siento que una sensación expectante burbujea en mi interior, impaciente por el futuro que me espera con Hyunjin. Suceda lo que suceda, sé que nosotros dos estaremos juntos. Aminoro un poco la marcha para colocarme al lado de Hyunjin. Él me mira y yo le sonrío, contento, aliviado de tenerlo aquí conmigo. Con mi sonrisa intento transmitirle que esto no es para siempre, que pronto nos marcharemos. Yo no soy Jisung. Puede que la manada lo necesite a el, pero a mí no. No voy a defraudar a Hyunjin…, ni a mí mismo. Hyunjin me observa con mayor atención, con curiosidad.
-Ya estamos -anuncia Siwon al llegar a un pequeño claro del bosque. Se quita la mochila ante un muro de maleza enmarañada. Lo observo mientras lo retira pieza a pieza, depositando en el suelo las ramas espinosas para dejar a la vista una profunda cueva. Yo doy un paso adelante para asomarme al interior, y me sorprende descubrir que dentro ya hay un montón de provisiones. Miro a Siwon inquisitivamente. Él se encoge de hombros.
-Nunca se sabe. Hombre prevenido vale por dos.
-¿Qué es este sitio? ¿Lo conoce la manada? ¿Y tu padre?
-No. Solo yo.
Vuelvo a mirar las bolsas de comida, los utensilios variados y el equipamiento, y lo veo todo como lo que es: un almacén. No puedo creer que Siwon haya pensado alguna vez en tomar tales medidas. Si alguna vez la manada se viera en problemas o en peligro, yo había dado por supuesto que Siwon lo sufriría, no que escaparía. Eso es lo que me ha hecho creer. Contemplando las provisiones, veo que incluso hay piedras preciosas. No es solo una reserva de emergencia. Es todo lo que un draki necesitaría si huyera de su pueblo para empezar de cero en otro lugar. Un lugar nuevo. Siwon termina de despejar la abertura y se pone a examinar sus pertrechos, lanzándome cortas miradas mientras trabaja; es evidente que nota mi perplejidad.
-¿Habías pensado en abandonar a la manada? -le pregunto, luchando por conciliar al Siwon que creía que conocía con el Siwon que tengo ante mí. Él siempre ha vivido por la manada…, haciendo lo que fuera mejor para la comunidad. Pero esto… Mi mirada recorre el bien provisto surtido de víveres. Me pregunto si Siwon tendría otros planes, planes que no incluyeran convertirse en el futuro alfa de la manada. Siwon vuelve a encogerse de hombros, y yo paso de la confusión a la irritación. Él ha sido mi conciencia, la voz de mi cabeza que, en estos últimos meses, ha hecho que me sintiera culpable por decepcionar a la manada. Él es quien me ha recordado una y otra vez que la manada es más importante que ninguno de nosotros individualmente. Y aquí está ahora…, con un plan de huida preparado. Dejo que sienta mi malestar ante su hipocresía…, y por una vez disfruto de que pueda sentir mis emociones. Siwon parpadea y desvía la vista, con un rubor ardiente bajo su piel morena. Finalmente accedemos al refugio de la cueva. Minho tiene que agachar la cabeza para no tropezar con el bajo techo. Pegando sus grandes alas correosas contra el cuerpo, sigue de cerca a Jisung mientras el empieza a examinar las provisiones.
-Deberíais estar bien hasta que regrese -dice Siwon.
-No quiero que te vayas. No me dejes -replica Miram, pegándose a él. Siwon le da un apretón reconfortante en el brazo y le asegura:
-Estarás bien. No te separes del grupo. Los demás te protegerán si te localizan los cazadores, ¿vale? Miram gimotea y se estremece.
-Estoy asustada, Siwon. Entonces él la abraza, y mi malestar se desvanece. Comprendo el temor de Miram, su necesidad de aferrarse a su hermano. Cuando yo no tenía amigos en la manada, cuando era virtualmente una paria, también me aferré a él. Me acerco a tocarle el brazo, intentando consolarla a mi vez.
-No puedo llevarte al pueblo -le contesta Siwon-. Ya lo sabes. Te prometo que no tardaré mucho. Encontraremos una solución, y muy pronto estarás durmiendo de nuevo en tu cama.
-Entonces me mira y añade-: Puedes confiar en Jeongin. Miram me observa un instante y luego asiente. Resulta bastante extraño, pero supongo que mi enlace con su hermano la tranquiliza de algún modo, mientras que antes la molestaba. Siwon tiene que despegarse de su abrazo. La contempla otra vez, luego a mí y después a los dos sucesivamente.
-No tardaré -repite, y luego sale agachando la cabeza. A continuación oímos cómo recoloca las ramas sobre la entrada de la cueva, dejándonos en la penumbra. Hyunjin se acuclilla junto a los pertrechos, y pronto brota un leve resplandor procedente de un farol eléctrico. Hyunjin se levanta. La lámpara proyecta sobre él una misteriosa luz amarilla.
-Alguien debería montar guardia fuera -sugiere-. Iré yo.
-¿Estás seguro de que es una buena idea? Solo puedo pensar en que alguien de la manada lo descubra, en que Corbin lo descubra, y me estremezco ante la posibilidad de que el primo de Siwon consiga esta vez lo que no ha podido hacer antes: matar a Hyunjin. Por muy peligroso que esto sea para mí, lo es aún más para él.
-Tendré cuidado y me esconderé bien -me asegura, pero eso no me calma. Hyunjin suspira ante mi expresión seria y añade-: Mira, alguien tiene que vigilar. No podemos permitir que nos acorralen en esta cueva. Consciente de la amenaza a la que se enfrenta ahí fuera, niego con la cabeza, temiendo dejarlo solo en el exterior.
-Hyunjin tiene razón, Jeongin -tercia Jisung, mirándolo-. Nos turnaremos. Minho asiente; al parecer, también él está de acuerdo. Aun así, no puedo quitarme el miedo de encima. ¿Es que yo soy el único que considera una mala idea que Hyunjin se interne solo en territorio draki?
-Iré contigo -decido finalmente.
-Tú te quedas aquí. Necesitas descansar. No servirás de nada si no recuperas fuerzas.
-Lanza un vistazo a Miram y apunta-: Si los cazadores vienen a por ella, tendrás que defenderla. Cruzo los brazos sobre el pecho y mis ojos se desvían hacia Miram. Ella tiene la vista fija en el farol,

🔅Alma de Luz🔅 [Hyunin#3]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora