🔅3🔅

141 26 4
                                    

–¡Eh, Jeongin! -El fuerte susurro atraviesa la niebla de mis pensamientos. Se trata de la joven draki que ha hablado antes conmigo
-. ¿Te encuentras bien? Tumbado de costado en el suelo, todavía aturdido por haber rozado la muerte, abro un ojo. La lucha con el draki kamikaze me ha dejado debilitado, por dentro y por fuera. Físicamente consumido. Mentalmente exhausto. Y ni siquiera llevo una hora aquí. ¿O sí? El tiempo pasa con una lentitud agónica. Me incorporo despacio, frotándome la cara.
-Sí. Estoy bien. ¿Cómo te llamas? -le pregunto, pues supongo que ya es hora de saberlo.
-Me llamo Momo. -Incluso a través de las paredes percibo su juventud e inocencia-. Es la primera vez que conozco a un ejemplar de draki piroexhalador. Yo no me molesto en señalar que, en realidad, no nos hemos conocido.
-Ah, ¿sí? ¿Qué clase de draki eres tú?
-Soy una draki acuática. Desde hace unos seis meses. «Una draki acuática como Felix», pienso, y noto una punzada en el corazón al acordarme de mi amigo. Me digo que esto no es el final, aunque en tan corto espacio de tiempo, este mundo, en mi papel como prisionero, me ha consumido. Parece que llevara días encerrado aquí. ¿Cómo será para los que llevan atrapados mucho más tiempo? Recuerdo al draki gris…, el anhelo de muerte de sus ojos, y supongo que puedo imaginármelo. Entonces asimilo las últimas palabras de Momo. ¿Seis meses?
-¿Qué edad tienes? -le pregunto.
-Doce años. ¡Doce! No es más que una niña.
-¿Cuánto tiempo llevas aquí?
-Hace ya un par de meses.
-Lo dice con tanta naturalidad que me estremezco. De pronto las paredes me parecen más próximas, aumentando mi sensación de claustrofobia, y me froto las sienes con fuerza, angustiada-. Perdona que no te haya avisado mejor sobre el gris… Yo niego con la cabeza antes de recordar que no puede verme a través de las paredes de la celda.
-Lo has intentado. No ha habido mucho tiempo para explicaciones.
-Nunca lo hay.
-¿Qué quieres decir?
-Lo primero que hacen cuando capturan a un draki es lanzarnos a todos juntos al bosque. Ahí es donde lo tienen a él.
-Ahora ya sé a quién se refiere-. Quieren ver cómo actúan los drakis nuevos entre la población de aquí. Bueno, básicamente quieren ver cómo reaccionan los drakis nuevos ante el gris. Ya sabes, si tenemos un buen talento o no…
-¿Qué es él? ¿De dónde procede?
-No es como ninguno de nosotros.
-Sí, ya me lo había imaginado, teniendo en cuenta su primer impulso de aniquilar a los de su propia especie. El draki del otro lado se une a la conversación:
-Es viejo. Tiene más años que todos nosotros.
-A mí no me ha parecido tan viejo
-comento.
-Yo apuesto a que es el más viejo de todos los drakis vivos. Es más dragón que humano. Yo frunzo el entrecejo y pregunto:
-¿Cómo sabes eso?
-Roc lo sabe todo -declara Momo-. Es realmente listo.
-Solo es una teoría -contesta Roc-. Conforme pasa el tiempo, nosotros nos volvemos más y más humanos. Supongo que antes nos parecíamos más a él…, parecíamos más dragones. Él es lo que éramos.
-Hace una pausa, y casi puedo verlo encogiéndose de hombros al otro lado de la pared-. Es lo que éramos hace, quizá, unos dos mil años, antes de que la civilización se impusiera. Primitivos. Salvajes. Yo me muerdo el labio. Puede ser… Pero también me pregunto si el draki gris no será sanguinario como resultado de lo que le han hecho los enkros. A lo mejor ha enloquecido al vivir en cautividad. Incluso ahora noto los nervios crispados. Trago saliva y sacudo la cabeza. No estoy aquí para resolver el enigma del draki gris. Estoy aquí para rescatar a Miram y, si es posible, echar abajo todo este tinglado. Acabar con estos enkros que quizá hayan tenido que ver con la desaparición de mi padre. Incluso aunque no haya sido así, hay que detenerlos. El silencio se cierne sobre mí, y sé que todos estamos rumiando nuestros propios pensamientos. En algún sitio distante, al final de la hilera de celdas, oigo una voz murmurando en lengua draki. Los enkros que hay en torno a la mesa de observación hablan en un tono bajo y monótono. Uno de ellos repara en que estoy mirándolo y yo aparto la vista, incapaz de sostenerle la mirada, como si él pudiera ver dentro de mí, escrutar mis secretos. Impaciente, me paseo por el estrecho espacio preguntándome cuánto tiempo habrá transcurrido desde que estoy en esta celda. Ya me parece demasiado. Yo no estoy hecho para esto…, para estar encerrado. Desde luego, nadie lo está, pero yo me siento especialmente nervioso. Como si fuera a arrancarme el pelo si no escapo pronto de esta caja.
-¡Miram! -la llamo al cabo de unos momentos, decidido a intentarlo de nuevo-. ¿Estás aquí?
-Por supuesto que está aquí. ¿Adónde iba a ir?-. Sé que estás aquí. Y sé que estás enfadada conmigo. Aparte de nuestra misión para rescatarla, en cierto modo se ha vuelto importante arreglar las cosas con ella. Desde mi enlace con Siwon, mis sentimientos hacia Miram no son tan… duros. Estoy seguro de que sentir las emociones de Siwon, el amor y el afecto que siente por su hermana, me ha influido.
-¿Enfadada? -La familiar voz por fin rasga el aire-. ¿Y por qué tendría que estar enfadada? ¡Tú solo conseguiste que unos cazadores me atraparan y me metieran aquí! Respiro hondo y reprimo las ganas de decirle que la culpa es tan suya como mía. Para empezar, ¡ella no debería haber estado siguiéndome y espiándome! Pero no he venido a discutir con Miram. Tengo que conseguir que entienda eso, que vea que somos aliados.
-Tu hermano está aquí, Miram. Hay una larga pausa antes de que ella pregunte:
-¿Siwon?
-Sí.
-¿Y ha venido a por mí?
-Sí. Todos hemos venido a por ti. Jisung también. Yo he dejado que me cazaran para que Siwon pueda localizarnos cuando entren aquí.
-Trago saliva-. Ahora él y yo estamos unidos. Él sabrá exactamente dónde me encuentro. Vamos a sacarte de aquí. No menciono a Hyunjin. Teniendo en cuenta que Miram no quiso huir conmigo la última vez porque Hyunjin me acompañaba, creo que lo mejor es no nombrarlo de momento. Todos los drakis que me rodean guardan silencio, y sé que Miram no es la única que está escuchando. Todos están asimilando mis palabras tanto como ella. En su lugar, yo estaría haciendo lo mismo…, mis pensamientos irían a toda prisa, como si así pudiera liberarme también.
-¡Escuchadme todos! -exclamo-. Vamos a salir de este lugar.
-¡Oh, gracias! -chilla Momo, emocionada.
-Ya veremos -se limita a mascullar Roc, pero yo capto un leve deje de esperanza en su voz.
-¿Qué tengo que hacer para ayudar? -me pregunta Miram. Mis hombros se relajan de alivio ante sus palabras: va a colaborar.
-Estate preparada -le respondo-. Haz lo mismo que yo, pase lo que pase. -«Incluso cuando veas a Hyunjin», añado mentalmente-. No puede ser como la última vez. No te dejes llevar por el pánico…
-Estaré preparada. Noto cierto enfado en su voz, y supongo que es normal. Puede que incluso sea bueno; un poco de rabia es saludable. Quizá hasta le dé valor cuando llegue el momento de actuar. Me deslizo hasta el suelo con la espalda pegada a la pared e inmediatamente la draki de la cantinela enloquecedora empieza otra vez. Por lo visto, ni se ha enterado de mi promesa de escapar de aquí. Pronuncia las palabras tan juntas y tan deprisa que ni siquiera logro distinguirlas. Me tapo las orejas con fuerza, intentando bloquear su estridente voz, pero resulta imposible. Roc le pega un grito y yo doy un salto, aunque la draki no para; si acaso, eleva el volumen. Otro sonido se une a la cacofonía: el de alguien aporreando las paredes. Suena casi como un cuerpo chocando contra una celda. Los golpes producen una vibración en el suelo que me sube por las piernas. Entierro la cara entre las manos, convencido de que acabo de aterrizar en un manicomio. Solo un día. Solo un día. El tiempo no avanza lo bastante deprisa.

🔅Alma de Luz🔅 [Hyunin#3]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora