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Intercambiamos muy pocas palabras después de mi regreso a la furgoneta con Hyunjin. Estamos todos en estado de shock , con expresión anestesiada. Tengo el estómago revuelto. Primero el encuentro con los cazadores, luego el descubrimiento de que Miram es una bomba de relojería, y por último la noticia de mi padre… ¿Qué será lo siguiente? Noto que la furgoneta se detiene con una sacudida, como si también ella estuviera exhausta. Por fin hemos llegado al restaurante de carretera donde dejamos aparcado el Land Rover de Hyunjin. Aquí es donde se supone que Hyunjin, Jisung y yo vamos a separarnos de Siwon y Miram. Aquí es donde por fin dejaré la manada a mis espaldas. Solo que no puedo hacerlo. A estas alturas ya debería saber que nada es tan sencillo como me esperaba. Incluso aunque no hubiera averiguado la verdad sobre mi padre, todavía está el tema de Miram. Hay que hacer algo con su implante localizador. Aunque sea la hija de Severin, e incluso haya trabajado para él espiándome, no voy a desquitarme con ella. Parpadeo dolorosamente. ¿Esto se volverá fácil alguna vez? ¿Alguna vez dejará de ser tan… duro? Tras bajar de la furgoneta, miro a mi alrededor. Hemos aparcado detrás de una gasolinera abandonada que nos tapa la visión de la carretera y de los coches que pasan a toda prisa. Cambio el peso de pierna. El asfalto suelto se desmenuza bajo mis pies; entre las grietas irregulares crecen malas hierbas. El Land Rover de Hyunjin está cerca de nosotros, justo donde lo dejamos. Las puertas de la furgoneta se quedan abiertas, pero Minho permanece escondido en su interior. Jisung sale, aunque no se aleja de las puertas, con el cuerpo inclinado hacia el descomunal draki gris cuyos ojos jamás se despegan de el. Desde nuestro encontronazo con los cazadores, entre estos dos se ha formado un extraño vínculo… Es como si estuvieran ligados por una especie de lazo invisible. Yo pongo los ojos en blanco. No es momento para que Jisung se encapriche de un draki que ni siquiera puede ya acceder a su lado humano. De pronto esto me resulta especialmente irónico, pues no hace mucho que Jisung era incapaz de acceder a su propio draki.
-¿Y ahora qué? -me pregunta mi hermano, mientras su mirada se desvía hacia Minho. Yo lo miro intencionadamente.
-Él tiene que ir al pueblo, como ha dicho Siwon. Jisung aprieta los labios hasta que se convierten en una fina línea. Conozco bien sus expresiones. Si la idea de abandonar a Minho lo perturba tanto, es que se ha encariñado con él mucho más de lo que yo pensaba. Parece a punto de decir algo, pero entonces habla Hyunjin.
-Bueno, entonces supongo que esto es una despedida -anuncia. Nada puede ocultar el brillo de impaciencia de sus ojos. Ha esperado esto mucho tiempo. Los dos hemos esperado mucho. Sin embargo, yo no puedo pasar por alto la pequeña llama de pánico que parpadea en mi pecho. Tengo que decírselo.
-Supongo -repite Siwon con brusquedad, sin revelar nada de su pena por separarse de nosotros, de mí. Pero yo la noto igualmente, es un ardor punzante detrás de los ojos-. Nos llevaremos la furgoneta. Gracias a Jisung, no creo que los cazadores la recuerden. Gracias a Jisung, los cazadores no deberían acordarse de nosotros. Y punto. Yo lanzo una ojeada a Miram. Se ha alejado un poco de nosotros. Está abrazándose a sí misma con la vista fija en los árboles distantes, y me pregunto qué estará pensando. Entonces la voz de Hyunjin suena detrás de mí.
-¿Listo? -Me giro para mirarlo fijamente un largo rato. Lo bastante largo para que él sepa que algo va mal, lo bastante largo para que el recelo aparezca en su cara. Sus ojos destellan-. ¿Jeongin? Yo me encojo de hombros débilmente y levanto una mano a modo de súplica, deseando que comprenda lo que estoy a punto de decir. Y lo único que veo en ese instante es el anillo de plástico morado de mi dedo, que se burla de mí mientras las palabras brotan de mi boca.
-No podemos permitir que regresen solos. Siwon todavía no está al cien por cien. ¿Y si los cazadores dan con ellos antes de que lleguen al pueblo? Y hay más. Más de lo que puedo admitir en voz alta. Quiero vengar a mi padre. Quiero que todo el mundo sepa lo que le ocurrió. Quiero que el asesino de mi padre acabe ante la justicia. Mis manos se tensan fuertemente a mis costados, abriéndose y cerrándose. Siwon me lanza una mirada de curiosidad, y yo obligo a mis manos a quedarse quietas. Puesto que soy el primer draki en colarse en un cuartel general de los enkros, tendré credibilidad. He ayudado a rescatar a Miram… y a otro draki: un testigo de la muerte de mi padre. Minho es la única prueba que necesito. La manada lo escuchará, y entonces Severin tendrá que someterse a juicio ante todo el mundo…, quedará expuesto por sus crímenes. Se me acelera el pulso ante la simple idea. Siwon nos mira a Hyunjin y a mí con ojos repentinamente brillantes. Siento su esperanza, que crece en mi interior como un torrente vertiginoso y burbujeante.
-Ven conmigo, Hyunjin. Ayúdame con esto -le suplico, y lo observo expectante. Espero sin aliento, con el pecho insoportablemente tenso ante la idea de que se niegue, de que no quiera acompañarme. Temo que, tras oír mis palabras, se aleje de mí. Giro el anillo con el pulgar y añado -: Sé que es mucho pedir… Lo entenderé si no puedes venir conmigo… «Pero se me partirá el corazón», pienso.
Él se marcha enfurecido sin pronunciar ni una palabra y algo se estremece en mi interior al ver que se aleja. No se dirige a la furgoneta, sino hacia el deteriorado edificio de la gasolinera. Lanzo una breve mirada a los demás y salgo corriendo tras él.
-¡Hyunjin! ¡Hyunjin, espera! Él rodea el edificio. Al pasar ante una vieja máquina expendedora, se da media vuelta y le propina un puñetazo al viejo y manchado frontal de plástico. El plástico amarillento se rompe en pedacitos que se esparcen por todas partes. Yo me detengo resollando, menos por el esfuerzo de la corta carrera que por la ansiedad de alcanzar a Hyunjin. Él se agarra a ambos lados de la vieja máquina, con la cabeza inclinada y los músculos del cuello tensos. Yo me humedezco los labios y miro atrás para asegurarme de que nadie nos ha seguido.
-Hyunjin…
-Jamás lo había visto tan enfadado…, tan descontrolado. No sé muy bien qué decir-. ¿Estás bien? Él levanta la vista de golpe, enfocándome con unos ojos relucientes de furia.
-¿Que si estoy bien?
-Yo contengo el impulso de retroceder. Me limito a mover la cabeza-. ¿Estás de broma?
-El sonido de su voz me atraviesa. Ahora mismo no es el Hyunjin que conozco. La tierra se agita a mis pies, y sé que esto es obra de Hyunjin; es su ira, que afecta al suelo sobre el que nos apoyamos-. Estoy empezando a pensar que nunca vamos a estar juntos, Jeongin.
-No digas eso.
Él sacude una mano y replica:
-No quieres dejar atrás nada de esto. Ni siquiera por mí.
-Eso no es cierto.
-Ah, ¿no? -Me examina ladeando la cabeza-.
¿Puedes asegurarme que alguna vez serás capaz de dejarlo todo atrás? ¿A la manada? ¿A Siwon?
-Sí -respondo, contento de que mi voz suene fuerte y firme-. Lo haré. Solo tenemos una última misión que cumplir…
-Volver a la manada no es una nadería. Especialmente para ti.
-Traga saliva y observo el movimiento de los músculos de su garganta-. Ni para mí, ya de paso. Yo suelto aire y asiento, notando la aprensión en el estómago. Estoy pidiéndole mucho. Demasiado.
-No puedo esperar que lo hagas, tienes razón.
-Me muerdo el labio, marchitándome por dentro por lo que eso significa-. A estas alturas, Corbin ya les habrá hablado a todos de ti. Hyunjin se queda paralizado.
-¿Qué estás diciendo? «¿Qué estoy diciendo?», pienso, y trago saliva, cada vez más angustiado.
-Podemos separarnos. Temporalmente, por supuesto -me apresuro a añadir-. Nos reuniremos más adelante… Hyunjin vuelve a la vida. Sus manos se cierran alrededor de mis brazos.
-No. Otra vez no. No voy a dejarte de nuevo, Jeongin. No permitiré que te enfrentes solo a esto. Me invade el alivio, pero insisto.
-No, Hyunjin, tienes razón -replico, decidido a mantenerlo a salvo, pero no menos decidido a acabar con esto y hacer justicia-. El riesgo es demasiado grande para ti… Él sacude la cabeza ferozmente, con ojos destellantes.
-Lo haremos.
-Me pasa una mano por la cara, acariciándome la mejilla-. Y después veremos si se te ocurre otra razón para evitar que estemos juntos. Entonces lo sabré.
Yo niego con la cabeza.
-No es así…
-¿No? ¿De verdad? ¿No te sientes atado a la manada? ¿A Siwon?
-puntualiza, sosteniéndome la mirada sin pestañear. El silencio se prolonga. Me humedezco los labios.
-Ese no es el motivo por el que…
-Entonces, ¿cuál es? -me pregunta, mientras sus ojos ahondan en mí, tiernos y dulces. No puedo despreciar el ruego que hay en ellos. Incapaz de reprimirme, apoyo la cara sobre la palma de su mano, deleitándome en la sensación de su piel contra la mía, de la aspereza de su piel en la curva de mi rostro.
-Mi padre… -empiezo. Me interrumpo cuando él entorna los ojos, comprendiendo, y mi voz se transforma en un susurro febril y apresurado. El dolor por la muerte de mi padre, por la traición que sufrió, me atraviesa con una repentina ferocidad. Dudo que desaparezca alguna vez. Siempre estará ahí, listo para recibirme cada mañana. Pero si consigo que el culpable reciba su castigo, quizá eso mitigue un poco el sufrimiento, lo torne más manejable.
-Todavía no puedo olvidarme de eso -declaro.
-¿Lo harás alguna vez, Jeongin? ¿Y si no consigues la justicia que buscas? ¿Durante cuánto tiempo podemos seguir así? ¿Durante cuánto tiempo volveremos a quedar atrapados en la telaraña de una vida de la que aseguras no querer formar parte?
-Tengo que intentarlo. Te lo diré cuando haya terminado-.
Ojalá pudiera darle una respuesta menos pobre, pero es demasiado complicado.
-¿Me lo dirás? -me pregunta Hyunjin, arqueando una ceja.
-Sí -contesto, y contengo la respiración, inseguro de lo que responderá a continuación. Entonces Hyunjin sonríe. Es una sonrisa retorcida y de autodesaprobación que hace que me dé un vuelco el estómago.
-De acuerdo, Jeongin. Cuenta conmigo. Me coge de la mano y tira de mí. Algo se afloja y revolotea en mi interior. Y estoy seguro como nunca lo había estado antes. Sé dónde se supone que debo estar. Por y para siempre. Tanto si vivo con la manada -una manada nueva, mejorada una vez que Severin sea depuesto- como en el mundo humano, o quizá a caballo entre los dos mundos. Estoy destinado a vivir con Hyunjin. Por eso es por lo que he estado luchando…, y en algún punto del camino lo había olvidado, demasiado ocupado en batallar por otras cosas: mi draki, mi madre, Jisung, mi padre, Miram.
-¿De acuerdo? -me pregunta hyunjin, deteniéndose antes de rodear el edificio, con sus ojos avellana clavados en mí. Yo asiento. Y me doy cuenta de que soy, a la vez, de lo más fuerte y de lo más débil cuando estoy con él. Supongo que eso es el amor. Cuando estás más vulnerable.
-Te quiero -le digo de repente. Hyunjin parpadea, como sorprendido por esas dos palabras. ¿Es que aún no se lo había dicho? Yo pensaba que sí…, en Chaparral, cuando tuve que separarme de él. Pero entonces estaba bajo mi forma draki; Hyunjin no pudo haberme entendido. Tras cogerle la cara entre ambas manos, me pongo de puntillas y repito, justo antes de pegar mi boca a la suya para darle un beso largo y lento:
-Te quiero. Él vacila solo un instante antes de atraerme más, de apretarme contra su cuerpo. La desesperación arde entre nosotros. Sus manos se pasean por mi pelo, por mis brazos, por mi espalda. Me tocan y me acarician por todas partes, como si fuera a esfumarme en una décima de segundo. Me apoya contra la pared de ladrillo. Su boca, mi boca…, no hay distinción… Solo hay ansiedad. Al cabo de un rato Hyunjin se separa, y su respiración entrecortada es como un ventilador caliente en mi oreja, que me estremece y me acelera el pulso. Su profunda voz colma mis oídos:
-Será mejor que nos pongamos en marcha. De mala gana, yo asiento con la cabeza y doy un paso atrás. Hyunjin mira por encima de mi hombro como si pudiera ver a los demás, que están a punto de doblar la esquina.
-Por culpa de ese dichoso chip localizador de Miram, los cazadores nos encontrarán. Solo es cuestión de tiempo.
Solo es cuestión de tiempo.
-Sí, claro. Doy media vuelta y echo a andar el primero, sujetando la mano de Hyunjin e intentando desoír la leve inquietud que siento en el corazón, pues esto podría ser un error. Debo creer que regresar a la manada con Hyunjin al lado es lo correcto.
La decisión correcta.

🔅Alma de Luz🔅 [Hyunin#3]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora