Capítulo IV

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(Chace Miller en multimedia)

Llegue a la casa de los Holland con mucha suerte, estaba tan volada, que ni cuenta me di cuando llegué.

Entré y ví una mochila la cual no conocía y la de Thomas, que asco, Thomas. Rodeé los ojos y arrastré la mochila hasta la cocina, me calenté la pizza que había en el horno, ya que, todos se habían ido a la casa de la mamá de Nikki, y como era viernes, ya sabía que no iban a aparecer hasta el domingo. La semana pasada hicieron lo mismo,  así que supongo que hoy también.

Estaba comiendo casi la mitad de la pizza entera, cuando escuché las escaleras.

-Si seguís comiendo de esa manera te vas a ahogar- dijo Thomas, yo rodeé los ojos. Algo que odiaba del efecto de las pastillas, era el sarcasmo, porque todo me lo tomaba literal, y el hambre, ese maldito hambre que me dan ganas de comer hasta reventar.

-Que bueno que no me importe tu opinión- dije con la boca llena y seria, pero él se rió- que te parece divertido?- pregunté.

-Nada, solamente digo, que si alguien te viera comiendo de esa manera se asustaría- levantó los hombros.

-No me importa, y por cierto- agarré la caja de pizza y una botella con jugo- me voy a mi cuarto, ya que, Chace Miller viene dentro de- miré mi celular- dos horas, nos vemos- sonreí y antes de que pudiera decir algo me fui a mi cuarto y la cerré con llave.

Lo único que me dediqué hacer en esas dos horas fue comer pizza, mirar televisión, acomodar mi cuarto, soy muy desordenada, y ordenar sería meter la ropa en los muebles y hacer mi cama, eso era ordenar para mí. Y escuchar música.

Saqué mi caja y guardé las pastillas, en eso tocaron la puerta y yo alterada casi tiro todas mis cosas al piso, la cerré y la guardé.

-Ya voy- dije. Dejaron de tocar, me saqué mi ropa para ponerme algo más cómodo. Volvieron a tocar la puerta- dije que ya voy- volví a decir. Me estaba poniendo el pantalón y la puerta volvió a sonar- DIJE QUE YA VOY- grité abriendo la puerta con odio, aunque terminó siendo de sorpresa. Chace estaba en mi puerta con una mochila en su hombro y sonriendo.

-Hola- dijo mostrando sus malditos y perfectos dientes blancos.

-Hola- tragué saliva.

-No te quería molestar, pero Tom dijo que estuvo tocando y como se cansó dijo que suba, no te molesta no?- preguntó, yo negué- como te escuché gritar- me miró a los ojos, pero no parecía muy seguro.

-Si, perdón es que ya había dicho más de dos veces que iba, pero pensé...- hice una pausa- no importa, pasa- me hice aún lado y cerré después de que pasara. Pero seguía estando nervioso.

-Gracias, lindo cuarto- dijo mirándolo.

-Gracias? Pero, por qué no me miras?- pregunté- no soy un monstruo- bromeé.

-No es eso, es que no tenes remera- miró el piso riendo. Yo abrí los ojos y me miré, era verdad, me había olvidado.

-Dame un minuto- dije, asintió y yo me puse una remera que me quedaba gigante, pero era cómoda, ahora que me daba cuenta, me gustaba vestirme como mendiga.- lista- se dio vuelta y sonrió.

-Empezamos?- preguntó, yo asentí y empezamos a estudiar.

Habían pasado  dos horas y Chace seguía explicándome cosas que claramente no entendía. Yo asentía y no prestaba atención, solamente miraba sus ojos, su boca y su perfecto cuerpo, que me daban ganas de agarrar, morder, chupar y besar a cada rato, éste hombre era tan sexy, no puedo controlarme estando al lado de él.

-Estas bien?- yo salí de mi trance.

-Si, estoy bien, por qué?- pregunté nerviosa.

-Tu respiración es pesada y no parabas de ver mi boca- me puse roja.

Familia por conveniencia (Tom Holland y Tu) +18Donde viven las historias. Descúbrelo ahora