Familia por conveniencia (Tom Holland y Tu) +18

Capítulo VIII

Maratón 2/3

-Si?- pregunté.

-Estás bien?- asentí.

-De maravilla- sonreí demasiado, para mi gusto.

-Okey, que suerte que te encuentro, yo no quise hacer la fiesta, en serio, Harrison me preguntó y yo- lo interrumpí.

-Ay Tom, no pasa nada, cosas que pasan- mis manos se agitaban demasiado.

-Segura estas..- hizo una pausa, miró a un lado de mi brazo y se puso serio- que estás escondiendo?- preguntó, yo negué.

-Nada- decía sin parar de negar, ______ CALMATE. Me decía a mí misma.

-____...- dijo en tono de advertencia, se aceró a mí y yo me fui para atrás, no sé como lo hizo, pero terminé en la pared y él viéndome preocupado y enojado a la vez- desde cuando- me hice la desinteresada.

-No sé de que me hablas- juro que lo que iba a hacer ahora iba a arrepentirme. Soplé la linea rápidamente, antes de que diga algo más y me acerqué a él- no pasó nada- sonreí.

-Inhalaste algo?- negué- segura?- asentí.

-Por qué no vamos a bailar?- ofrecí- vos casi me encontras drogándome y yo te quiero matar por haber hecho una fiesta, así que estamos a amano verdad?- pregunté.

No dije nada más, agarré su mano y antes de que me vaya, me fijé que las pastillas y el polvo estuvieran en mi bolsillo, al comprobar que estaban ahí seguí caminando con Thomas, y llegamos al living, me acerqué a él y puse mis manos en su cuello.

Tom no se movía, pero yo necesitaba que se distraiga, así que me acerqué a su oído, su piel se erizó.

-Por qué fumaste, si todo el tiempo me estás diciendo que está mal?- pregunté.

-Es la primera vez que lo hago, quería probar- respondió.

-Y te gustó?- esperé un rato largo a su respuesta, y asintió, yo sonreí- que suerte la mía entonces, porque me gustaría que pruebes otra cosa, no te preocupes, también es la primera vez que lo pruebo- dije, saqué una pastilla de éxtasis de color rosa y otra amarilla, me puse una en la boca y la tragué.

-ESTAS LOCA- gritó.

-Please Tommy Please- dije.

-Ni con Maze Runner me vas a convencer- yo reí fuerte.

-Pensá, música alta, gente loca, normalmente a ésta altura las flores que acabas de consumir se están apoderando de tu cuerpo y cerebro, haciendo que te sientas relajado, imaginate, si con solamente un poco más podrías alcanzar... el universo entero- dije. Besé su cuello y fui subiendo hasta su boca, estaba abierta, y metí mi lengua, me agarró fuertemente de la cintura y me besó.

Me acerqué aún más y me alejé para más aire, metí la pastilla amarilla en mi boca y volví a besarlo, no se si se habrá dado cuenta, pero sentí que ya no la tenia en mi boca, o en la suya, sonreí y Tom también.

-___...._____- dijo mi nombre, y yo gemí porque me mordió el labio- te necesi..t..to- me separé de él y lo miré a los ojos, sus pupilas estaban dilatadas al igual que las mías.

-En serio?- asintió, yo sonreí y volví a besarlo- nos vamos- dije agarrando su mano.

-A donde?- sonreí maliciosamente.

-Ya vas a ver- le di un beso- esperame afuera, ya vuelvo- me dio un corto beso y desapareció. Subí las escaleras y me fui al cuarto de los padres Holland, entré sin permiso y abrí un cajón de la mesita de luz de Nikki, saqué las llaves de mi casa y salí de ahí.

Bajé corriendo y me encontré con Chace.

-______ a donde vas?- sonreí no me daba cuenta de lo que hacía.

-Me voy, vuelvo más tarde- me hice aún lado, y me dispuse a salir, pero me di la vuelta- puedo ver tu billetera? -me miró extraño, pero aceptó, me la dio y agarré un preservativo- gracias- se la devolví.

-PERO..- corrí hasta la puerta y ahí estaba Tom, acostado en el pasto, yo me reí.

-Sabías que hace años no me acostaba en el pasto o en el jardín?- preguntó haciendo un ángel de pasto.

-No- dije, aunque fue más una pregunta.

-Me encanta. A donde vamos por cierto- lo levanté.

-Ya lo vas a ver- mordí mi labio.

-Tengo tantas ganas de besarte- iba a hacerlo, pero me corrí.

-Ahora no- tapé su boca, lo llevé hasta mi casa y la abrí. Empujé a Tom para que entrara y poder cerrarla. 

Corrimos hasta el cuarto de alguien y se sentó en una cama, yo cerré la puerta con traba. Si, todas las puertas de mi casa tenían traba, por suerte.

-Ahora si?- asentí, yo estaba apoyada en la puerta, tratando de respirar, y asentí. Sonrió y se aceró a mí, yo hice lo mismo y nos besamos, o mejor dicho, nos comíamos entre los dos.

Me sacó la remera y yo mis zapatillas. Le saqué su camisa y toqué su torso, gemí.

-Porqué mierda tenes un cuerpo tan bien formado?- pregunté.

-No voy a contestar a eso, lo que sí, porque tenes unos pechos tan perfectos y grandes- dijo sacando mi corpiño y agarrándolos.

-No voy a contestar a eso- repetí su respuesta, y lo besé. 

Nuestra ropa ya no estaba y me empujó a la cama, besó mi cuello y fue bajando hasta mis pechos, donde mordió, apretó y marcó por todos lados. Bajó a mi vagina y la lamió, yo gemí, me fui para atrás cuando sentí dos dedos dentro de mí.

-Más?- asentí, sacó sus dedos, y metió su pene en mi entrada, me retorcí. Empezó a embestirme rápidamente, yo me aferré a su espalda y crucé mis piernas en su cadera pidiendo más.

-Me vengo- dije sintiendo el orgasmo, quería más, pero Tom se separó de mí, lo miré extraña. De mirar el techo iba a mirarlo a él; pero sentí su miembro otra vez dentro de mí, pero ésta vez tenía protección, se sentía.

-Somos dos- dijo volviendo a besarme, llegamos al orgasmo, y Tom todavía no salía de mí.

Me separé de él y lo levanté, tal vez,haya llegado al orgasmo, pero eso no significa que estaba cansada, lo senté en la cama y abrí sus piernas, su pene aún estaba duro.

Saqué el preservativo y metí su pene en mi boca, gimió y yo sonreí, su mano agarró mi pelo para no tenerlo en mi cara y yo aumenté mis movimientos. 

Yo subía y bajaba a cada rato, usé mi mano para estimularlo aún más rápido, y unos minutos después sentí su líquido en mi boca, tragué un poco y después me levanté, me senté entre sus piernas y lo besé.

-Mi turno- mordí mi labio, entró un dedos en mí y empezó a moverlo, sentí dos dedos más y su pulgar en mi clítoris. Yo empecé a moverme en círculos.

-MIERDA- dije llegando al orgasmo y encorvandome para atrás.

Acomodé mi cabeza en su cuello agitada. Se acostó y yo  quedé encima de él. Sin moverme sentí una manta para que nos cubramos los dos.

-Que desacanses- dijo besando mi frente, yo sonreí.

-Igual- dije antes de quedarme dormida y sentir unas luces azules y un sonido molesto.