Viernes... estúpido viernes, bufé. Habían pasado 3 días desde que le confesé a Tom de mi viaje a Nueva York, me sentía fatal.
Me ignoraba en la escuela, y cuando era hora de sacar la basura, yo salía al mismo tiempo, para encontrármelo, pero siempre salían los gemelos, o Nikki.
A comparación de Tom, Nick lo tomó con calma, solamente me dijo que no me olvide de él y que no lo deje como su mejor amigo, dije que iba a ser imposible reemplazarlo. Solamente Nick sabe como sacarme de mis casillas, hacerme reír, y llorar a la vez.
Harrison, fue el mismo caso con Nick, no lo tomó mal, se puso un poco triste, pero le dije que iba a volver y fingió llorar como si fuera la peor cosa del mundo, lo bueno es que va a tener un moretón en su brazo durante algunos días, porque lo golpeé.
Jack se había ido a Nueva York ayer, dijo que tenía que ver el departamento nuevo para nosotros dos. Ya consiguió una escuela para mí, empezaba ese mismo maldito lunes.
-NICHOLSON- el maestro me molestó por décima vez.
-QUE- dije en su mismo tono.
-Va a prestar atención o se va a quedar mirando a la nada- algunas personas me miraron.
-Y usted va a dejar de engañar a su esposa o va a bajar de peso de una vez?- mierda, me pasé.
-FUERA- cerré mis cosas con fuerza, sin dejar de ver su estúpida cara. Guardé mis cosas y las agarré, me fui del salón- y ni se le ocurra volver a mi clase por el resto del día- dijo detrás de mí, mientras salía. Yo me reí y me di la vuelta.
-Me importa un carajo su clase, y quédese tranquilo, que no pienso volver a ésta mierda de escuela- cerré la puerta de un portazo. Me fui enojada de ahí hasta llegar a mi casillero, agarré todas mis cosas y las puse en mi mochila, cerré de un golpe, que hizo llamar la atención de algunas personas que estaban ahí. -QUE MIERDA MIRAN- les grité, ellos siguieron con lo suyo.
Harta de toda ésta mierda me fui a los casilleros del gimnasio, al abrirla, saqué lo último que tenía en ellos, que eran dos cosas nada más.
Pateé con fuerza las bancas que estaban ahí y cerré una vez más con fuerza.
Me senté en una de las bancas las cuales pateé anteriormente, y saqué un cuaderno de mi enjambre de mochila, una lapicera y una cinta chica .
Escribí con mucha ira algunas cosas y arranqué la hoja misma. La doblé y la dejé aún lado mío. Guardé las cosas, menos la cinta y cerré mi mochila. Tomé el papel y me levanté poniéndome mi mochila.
Salí de los vestidores y me volví a los casilleros del pasillo y busqué el casillero de Thomas. Una vez encontrado, puse la hoja en frente de su casillero y la pegué con la cinta. Si él no quería hablar conmigo, no me iba a quedar otra que dejarle un puto mensaje.
Estaba tan enojada que podría matar a cualquier persona que se me cruzara en el camino.
Me fui hasta la oficina del director y agarré mis llaves de los casilleros, la secretaria me atendió.
-Si?- preguntó amablemente.
-Vengo a dejar las llaves de mis casilleros. Se los dejé en el mostrador.
-Está bien- la miré rara, pensé que iba a preguntarme el porque o lo que sea, pero no. Yo no respondí me fui de ahí y encaminé hasta mi casa, o lo que quedaba de ella.
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Ya era de noche, mi vuelo salía el sábado a las cuatro de la mañana, DE LA MAÑANA. Que no podía conseguir un vuelo más tarde?
Agarré mis últimas, cosas. Literalmente no había nada en mi casa, una valija y mi mochila. Nada más. Ni si quiera estaba mi cama, se la llevaron a la mañana cuando yo estaba en la escuela.
No hablé con Nick en todo el día, y para mi, eso estaba mejor. No tenía ganas de hablar con nadie, sinceramente.
Me fijé la hora. 11:40, era algo tarde, pero antes de irme tenía que hacer una parada. Pedí un Uber hasta mi casa, y que haga dos paradas, una de ellas, era el aeropuerto, no iba a levantarme a las 2 de la mañana para estar allá en media hora.
El auto llegó, guardé mi valija y me subí con la mochila y el pasaje en ella.
Nos fuimos a la primer parada y avisé que iba a tardar, no le importó mucho, asintió y yo bajé. Toqué el timbre unas 3 veces, hasta que la luz de entrada se prendiera. Yo sonreí triste cuando él me vió.
-______? Que haces acá y tan tarde? Cerramos hace media hora ya- preguntó Carla confundida.
-Perdón que moleste Carla, pero está Bert? Tengo que decirle y pedirle unas cosas, nada más. Dudó un poco, pero me dejó pasar.
-Ya vuelvo... BERT.. _____ ESTÁ ACÁ- gritó yéndose.
Unos segundos después Bert apareció.
-______, cómo estás- él me abrazó, pero yo no quería soltarlo.
-Tranquila, por suerte - sonreí.
-Me parece genial, hace mucho tiempo no te veía por acá- sonrió.
-Si, estaba ocupada con muchas cosas, una de ellas es que me voy a ir... a Nueva York.. yeii- fingí entusiasmo.
-Te vas? Cuando?- preguntó preocupado.
-Ahora, tengo un auto esperando- lo señalé.
-Entiendo, y que pasó- dijo.
-Bueno, antes de que me vaya, necesitaba pedirte unas cosas- sonreí inocente.
-No me digas, cocaína, marihuana, cogollos y éxtasis?- asentí- no puedo dártelo- mi cara cambió. Se cruzó de brazos.
-Porqué no?- pregunté triste y confundida.
-Por que estás triste, y eso no va a ayudarte- dijo, pero yo no quería una estúpida enseñanza.
-Por favor Bert, va a ser la última vez, te lo prometo, no voy a volver a comprarte nada más- supliqué- por favor?- estaba necesitada y a punto de llorar.
-Y con eso que _____, de igual manera en el aeropuerto, te lo van a sacar- dijo obvio.
-Va a ser mi culpa si eso pasa... por favor?- él seguía de brazos cruzados. Bufó.
-La última vez?- preguntó.
-La última vez- afirmé. Se descruzó de brazos y se fue a la bodega. Agarré de su muestrario un armador, y una pipa chica, las guardé en mi mochila y saqué la billetera. Él volvió con las cosas que le pedí. - agarré un armador y una pipa chica- informé.
-Ya sé, hay cámaras- las mostró, y yo asentí.
-Cuanto es?- pregunté, él negó.
-Si va a ser la última vez que vengas a mi tienda, no pienso cobrarte nada- se ofreció.
-Qué? Pero si es mucho- volvió a negar.
-No me interesa, ni a Carla, por eso tardé- explicó.
-Okay...- dije, agarré las cosas y las guardé en mi mochila, me fui hasta el mostrador y lo abracé- gracias... por todo- una lágrima se me escapó.- te quiero Bert- dije triste.
-Yo también te quiero _____- dijo sin dejar de abrazarme.
Me separé de él y sin que se diera cuenta dejé un billete de 100 libras en su bolsillo.
-Me voy- dije triste, él asintió. Salí del local y me metí al auto.
-Al aeropuerto?- yo miraba la ventana.
-Si, por favor- dije secándome las lágrimas.
El conductor no dijo nada, y yo me limite a ver la ciudad de Londres...
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DOS CAPÍTULOS Y SE TERMINA....
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Familia por conveniencia (Tom Holland y Tu) +18
Hayran KurguThomas Stanley Holland, 18 años, ojos marrones, cabello oscuro, rostro y cuerpo demasiado perfecto para un chico de su edad. Es obvio que él era el chico más popular de todo el colegio, incluso tenía las mejores notas, era el primero al mando del e...