Capítulo XXIII

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Viernes... estúpido viernes, bufé. Habían pasado 3 días desde que le confesé a Tom de mi viaje a Nueva York, me sentía fatal.

Me ignoraba en la escuela, y cuando era hora de sacar la basura, yo salía al mismo tiempo, para encontrármelo, pero siempre salían los gemelos, o Nikki.

A comparación de Tom, Nick lo tomó con calma, solamente me dijo que no me olvide de él y que no lo deje como su mejor amigo, dije que iba a ser imposible reemplazarlo. Solamente Nick sabe como sacarme de mis casillas, hacerme reír, y llorar a la vez.

Harrison, fue el mismo caso con Nick, no lo tomó mal, se puso un poco triste, pero le dije que iba a volver y fingió llorar como si fuera la peor cosa del mundo, lo bueno es que va a tener un moretón en su brazo durante algunos días, porque lo golpeé.

Jack se había ido a Nueva York ayer, dijo que tenía que ver el departamento nuevo para nosotros dos. Ya consiguió una escuela para mí, empezaba ese mismo maldito lunes.

-NICHOLSON- el maestro me molestó por décima vez.

-QUE- dije en su mismo tono.

-Va a prestar atención o se va a quedar mirando a la nada- algunas personas me miraron.

-Y usted va a dejar de engañar a su esposa o va a bajar de peso de una vez?- mierda, me pasé.

-FUERA- cerré mis cosas con fuerza, sin dejar de ver su estúpida cara. Guardé mis cosas y las agarré, me fui del salón- y ni se le ocurra volver a mi clase por el resto del día- dijo detrás de mí, mientras salía. Yo me reí y me di la vuelta.

-Me importa un carajo su clase, y quédese tranquilo, que no pienso volver a ésta mierda de escuela- cerré la puerta de un portazo. Me fui enojada de ahí hasta llegar a mi casillero, agarré todas mis cosas y las puse en mi mochila, cerré de un golpe, que hizo llamar la atención de algunas personas que estaban ahí. -QUE MIERDA MIRAN- les grité, ellos siguieron con lo suyo.

Harta de toda ésta mierda me fui a los casilleros del gimnasio, al abrirla, saqué lo último que tenía en ellos, que eran dos cosas nada más. 

Pateé con fuerza las bancas que estaban ahí y cerré una vez más con fuerza.

Me senté en una de las bancas las cuales pateé anteriormente, y saqué un cuaderno de mi enjambre de mochila, una lapicera y una cinta chica .

Escribí con mucha ira algunas cosas y arranqué la hoja misma. La doblé y la dejé aún lado mío. Guardé las cosas, menos la cinta y cerré mi mochila. Tomé el papel y me levanté poniéndome mi mochila.

Salí de los vestidores y me volví a los casilleros del pasillo y busqué el casillero de Thomas. Una vez encontrado, puse la hoja en frente de su casillero y la pegué con la cinta. Si él no quería hablar conmigo, no me iba a quedar otra que dejarle un puto mensaje.

Estaba tan enojada que podría matar a cualquier persona que se me cruzara en el camino.

Me fui hasta la oficina del director y agarré mis llaves de los casilleros, la secretaria me atendió.

-Si?- preguntó amablemente.

-Vengo a dejar las llaves de mis casilleros. Se los dejé en el mostrador.

-Está bien- la miré rara, pensé que iba a preguntarme el porque o lo que sea, pero no. Yo no respondí me fui de ahí y encaminé hasta mi casa, o lo que quedaba de ella.

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Ya era de noche, mi vuelo salía el sábado a las cuatro de la mañana, DE LA MAÑANA. Que no podía conseguir un vuelo más tarde?

Agarré mis últimas, cosas. Literalmente no había nada en mi casa, una valija y mi mochila. Nada más. Ni si quiera estaba mi cama, se la llevaron a la mañana cuando yo estaba en la escuela.

No hablé con Nick en todo el día, y para mi, eso estaba mejor. No tenía ganas de hablar con nadie, sinceramente.

Me fijé la hora. 11:40, era algo tarde, pero antes de irme tenía que hacer una parada. Pedí un Uber hasta mi casa, y que haga dos paradas, una de ellas, era el aeropuerto, no iba a levantarme a las 2 de la mañana para estar allá en media hora. 

El auto llegó, guardé mi valija y me subí con la mochila y el pasaje en ella. 

Nos fuimos a la primer parada y avisé que iba a tardar, no le importó mucho, asintió y yo bajé. Toqué el timbre unas 3 veces, hasta que la luz de entrada se prendiera. Yo sonreí triste cuando él me vió.

-______? Que haces acá y tan tarde? Cerramos hace media hora ya- preguntó Carla confundida.

-Perdón que moleste Carla, pero está Bert? Tengo que decirle y pedirle unas cosas, nada más. Dudó un poco, pero me dejó pasar.

-Ya vuelvo... BERT.. _____ ESTÁ ACÁ- gritó yéndose.

Unos segundos después Bert apareció.

-______, cómo estás- él me abrazó, pero yo no quería soltarlo.

-Tranquila, por suerte - sonreí.

-Me parece genial, hace mucho tiempo no te veía por acá- sonrió.

-Si, estaba ocupada con muchas cosas, una de ellas es que me voy a ir... a Nueva York.. yeii- fingí entusiasmo.

-Te vas? Cuando?- preguntó preocupado.

-Ahora, tengo un auto esperando- lo señalé.

-Entiendo, y que pasó- dijo.

-Bueno, antes de que me vaya, necesitaba pedirte unas cosas- sonreí inocente.

-No me digas, cocaína, marihuana, cogollos y éxtasis?- asentí- no puedo dártelo- mi cara cambió. Se cruzó de brazos.

-Porqué no?- pregunté triste y confundida.

-Por que estás triste, y eso no va a ayudarte- dijo, pero yo no quería una estúpida enseñanza.

-Por favor Bert, va a ser la última vez, te lo prometo, no voy a volver a comprarte nada más- supliqué- por favor?- estaba necesitada y a punto de llorar.

-Y con eso que _____, de igual manera en el aeropuerto, te lo van a sacar- dijo obvio.

-Va a ser mi culpa si eso pasa... por favor?- él seguía de brazos cruzados. Bufó.

-La última vez?- preguntó.

-La última vez- afirmé. Se descruzó de brazos y se fue a la bodega. Agarré de su muestrario un armador, y una pipa chica, las guardé en mi mochila y saqué la billetera. Él volvió con las cosas que le pedí. - agarré un armador y una pipa chica- informé.

-Ya sé, hay cámaras- las mostró, y yo asentí. 

-Cuanto es?- pregunté, él negó.

-Si va a ser la última vez que vengas a mi tienda, no pienso cobrarte nada- se ofreció.

-Qué? Pero si es mucho- volvió a negar.

-No me interesa, ni a Carla, por eso tardé- explicó.

-Okay...- dije, agarré las cosas y las guardé en mi mochila, me fui hasta el mostrador y lo abracé- gracias... por todo- una lágrima se me escapó.- te quiero Bert- dije triste.

-Yo también te quiero _____- dijo sin dejar de abrazarme.

Me separé de él y sin que se diera cuenta dejé un billete de 100 libras en su bolsillo.

-Me voy- dije triste, él asintió. Salí del local y me metí al auto.

-Al aeropuerto?- yo miraba la ventana.

-Si, por favor- dije secándome las lágrimas. 

El conductor no dijo nada, y yo me limite a ver la ciudad de Londres...



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DOS CAPÍTULOS Y SE TERMINA.... 

Familia por conveniencia (Tom Holland y Tu) +18Donde viven las historias. Descúbrelo ahora