Capítulo XXIV

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Media hora más tarde, el Uber llegó al aeropuerto, le pagué, y bajé del auto; el hombre bajó para sacar mi valija del baúl. 

Le agradecí, y él respondió con un "buen viaje". No contesté, asentí y entré.

Al entrar, había algunas personas, no muchas por suerte. Odio las multitudes, seguramente por eso Jack pidió un vuelo a las cuatro de la mañana. Vi a un señor que forraba las valijas y bolsos, sonreí. 

Busqué un baño y al encontrarlo encaminé para ese lugar. Cuando entré me fijé que no haya nadie, y efectivamente tenía razón. 

Puse mi valija arriba de los lavamanos y la abrí. Saqué de mi mochila el pasaje, mi documento y mi visa; dejándola a un costado de ella.

Saqué mi bolsa de drogas, y un frasco chico de plástico del tamaño de mi meñique. saqué de la bolsa una bolisita con éxtasis; puse unas pastillas en el frasco y le puse la tapa. Volví a guardar todas las cosas, excepto el frasco. Eso lo puse en mi zapatilla derecha del lado izquierdo. 

Guardé las drogas en mi valija y la cerré. No se permitían cámaras de seguridad en los baños, esa fue una oportunidad única para mi. 

Bajé la valija y me puse mi mochila. En eso la puerta se abre, algo alterada, pensé en la primer cosa, me saqué la mochila, abrí el agua y me mojé la cara. Me sequé y cerré la llave. Les sonreí a la mujer y supongo que su hija, quien andaba de la mano con la primera.

Me puse mi mochila. Agarré las cosas que dejé en la mesa, mi valija y me fui.

Al volver otra vez al centro de toda ésta locura, caminé hacia el chico que fundaba los bolsos.

-Cuantos?- preguntó.

-Uno sólo- mostré, no le tomó mucha importancia. La agarró y la puso en la plataforma. Le dio unas 20 vueltas y me la dio. Le pagué y me fui hasta el gran mostrador, donde estaban los recepcionistas, quienes afirmaban los vuelos.

-Buenas noches- sonrió una mujer rubia.

-Buenas noches- respondí.

-Si- dijo, para que le de el pasaje.

-Tengo un boleto para Nueva York, a las 4:00 am- dije dándole el pasaje, mi documento y mi visa.

-Gracias- lo recibió- un momento- yo asentí y luego suspiré. Tocó algunas cosas en la computadora y después me miró sonriendo.- puerta 9- afirmó dándome mis cosas- quiere meter su equipaje por la cinta?- preguntó, yo asentí- perfecto- se lo di, y ella le puso una cinta color verde, con mi nombre. Sonreí un poco.- adelante, por la puerta 9, pase por el detector de metales primero. Asentí.

-Gracias- dije.

-Que tenga buen viaje- sonrió y yo me encaminé hasta la puerta 9.

Al llegar, puse mi mochila en el escaner y después pasé por el detector de metales. 

La mierda esa sonó y yo me puse nerviosa. El guardia se acercó.

-Lleva algo de metal?- lo miré obvia.

-Seguramente, si no, no hubiera sonado no?- pregunté sarcástica. Él me miró mal. 

-Vuelva para atrás y póngase en la linea amarilla- yo rodeé los ojos e hice lo que me pidió.- abra las piernas y los brazos- yo me reí por su comentario, pero de igual manera lo hice.

-Invíteme un café primero- eso hizo reír a la señora que estaba detrás del mostrador del escaner.

-Silencio- reí y rodeé los ojos. Pasó por cuerpo ese palo extraño que detecta los metales. Empezó por mi cabeza, cuello, brazos hasta llegar a mi muñeca, la cual sonó- quítese el saco- le sonreí con la boca cerrada- no lo haga más difícil- comentó. Me lo saqué sin dejar de sonreír. Pero dejé de sonreír al darme cuenta de lo que había causado el sonido. Era una pulsera de plata, que Tom me había regalado una vez.- quítesela- lo hice, se la di, y él continuó con su "búsqueda". 

Pasó por todo mi cuerpo, hasta por mis zapatillas, eso me puso algo nerviosa, pero actué calmada. Por suerte el frasco era de plástico y estaba entre mis medias y mi calza.

-Listo?- pregunté, ya que, no sonaba más esa cosa.

-Listo- afirmó- pase de nuevo- agarré mi saco y pasé una vez más, ésta vez no sonó-

-Por una tonta pulsera no me dejó pasar, ni que haya sido un bomba- le dije mientras me ponía mi saco y agarraba mi mochila.

-Siga- dijo ignorándome.

-Si señor- imité un saludo militar. Me miró mal, y yo solamente me limité a reír un poco y seguir con lo mío.

Llegué a un tipo de vestíbulo, lleno de sillas, pantallas y más puertas. Me senté en una silla cerca de la puerta de entrada. Hasta esperar a que sea la hora. 

Saqué mi celular de mi mochila y me fijé la hora. 2:23. Cuando pasó tanto tiempo?

En fin, me puse a ver que pasaba en el mundo de las redes sociales. Ninguna llamada o mensaje de Thomas, solamente mensajes de Nick, Harrison, Nikki, y de Jack.

Todos preocupados, felices y ansiosos por que llegue a Nueva York.

-Entonces...- me dije a mi misma viendo que no había nada interesante en mi celular. Lo puse en modo avión y lo volví a guardar en mi mochila.

Moví mi pie inconscientemente, para saber que cosa podría hacer, hasta que me acordé.

Me levanté y me fui al baño. Entré a un cubículo y saqué el frasco con las pastillas de éxtasis, y saqué mi billetera, y un billete. Puse una pastilla en el porta rollo de baño plateado y puse el billete encima de éste. pasé con la tarjeta para que se parta y se haga polvo. Saqué el billete y acomodé las pastillas haciendo tres lineas. 

Las miré por un rato y un recuerdo vino a mi mente.

Flashback:

-Si queres me drogo antes de ir a la escuela, así no te olvidas- yo reí, pero él no.

-______, no- dijo serio- necesito que me prometas algo- lo miré atenta- mientras estemos juntos, te pido, por favor que no consumas drogas, ninguna, solamente la legal- advirtió. Lo pensé por unos momentos, pero tenía razón, yo consumo cuando estoy triste, enojada o aburrida, pero cuando estoy con Tom, yo no vuelvo a hacer esas cosas.

-Te lo prometo- hice una pausa- pero, si me prometes que no me vas a dejar- me acerqué a él. Tom tanbién lo hizo y sonrió.

-Te lo prometo- me dio un beso.

Fin flashback

-Al parecer ninguno de los dos puede prometer nada- dije susurrando, una lágrima me cayó, y me agaché para aspirar una línea. Cerré mis ojos con fuerza, de lo fuerte que era, hace mucho no consumía y me había dolido un poco.

Guardé las dos lineas en el frasco, y guardé todo lo que había sacado.

-Pasajeros con destino a Nueva York, vuelo 12, presentarse en puerta. Pasajeros con destino a Nueva York, vuelo 12, presentarse en puerta- la llamada se cortó. Y yo abrí la puerta de golpe, eso hizo asustar a una señora que entraba al baño. Me estaba haciendo efecto.

-Perdón- dije y salí del baño con mi mochila en la mano.

Llegué a la puerta otra vez y le di mi pasaje a la señora que estaba ahí.

Me dijo en asiento y yo asentí, no me quedaba de otra, estaba drogada, acelerada y sentía que iba a desmayarme en cualquier momento.

Caminé, o mejor dicho corrí por todo el pasillo hasta la entrada. 

Me indicaron el asiento y yo lo busqué, puse mi mochila en el compartimiento, por suerte me tocó ventana. Era un vuelo largo, así que, me senté y me quedé quieta. No se si era el efecto o que mierda, pero me sentía tranquila.

-Permiso- una chica se sentó a mi lado, yo no hablé, no dejaba de mirarla, era muy hermosa, tenía ojos azules y pelo rubio y con tremenda sonrisa.

No sé si era efecto de las drogas, pero no podía dejar de verla.

-Si..- susurré. Me acomodé. Y dejé de hablar.

La azafata dijo algo, no se que era, yo me di la vuelta y miré la ventana. Me puse el cinturón y no sé que más había pasado, porque todo el sonido del mundo se fue.

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Familia por conveniencia (Tom Holland y Tu) +18Donde viven las historias. Descúbrelo ahora