Juntos

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-Amo Sebastian- susurró una mujer rubia tratando de despertar al muchacho que dormía profundamente. -Señor, es importante. Debe levantarse.

-¿Por qué interrumpes mi sueño? - susurró Sebastian con odio teñido en la voz- vete y déjame descansar. - finalizó volviendo a acomodarse en la cama. Su naturaleza demoníaca lo obligaba a dormir de día cada tanto.

-Señor - repitió la mujer nerviosa- su... su hermana está aquí.

En cuanto ella terminó su frase Sebastian abrió sus ojos de sopeton y todas las fibras de su cuerpo se tensaron en alerta, haciendolo olvidar de su cansancio. Abandonó la habitación a trompicones dirigiéndose al salón principal y la vió. Allí estaba, sentada en uno de los sillones negros. Estaba vestida con el equipo de combate típico de los cazadores de sombras y tenía su cabello rojo recogido en una coleta desprolija. Miraba con curiosidad en todas las direcciones, comiendose la sala con la vista. Clary todavía no se había percatado de su presencia, Sebastian inspiró profundamente, adoptó una postura erguida y con su mejor cara de póker se adentro al salón con pasos ligeros que simulaban calma.

-Que agradable sorpresa hermanita -exclamó a modo de saludo- ¿Qué te trae hasta aquí? Es sorprendente que hayas encontrado mi morada.

-Sebastian -saludó ella con tranquilidad. El muchacho no lograba distinguir si la calma de Clary era tan simulada como la suya.- te he logrado rastrear, he venido a ofrecerte un...trato.

-¿Me estás diciendo que viniste sola? - preguntó él con verdadera curiosidad. Que Jace no estuviera a su lado era de verdad una gran sorpresa. Sebastian habría jurado que Jace la estaba esperando afuera, o quiza escondido.

-Sí, estoy sola. Quise venir a hablarte a solas.

-Soy todo oídos - repuso sentandose frente a ella en su trono aterciopelado.

-Quiero quedarme aquí contigo. Me he dado cuenta que esta guerra no tendrá fin a menos que yo me una a tí, como siempre has querido. Sólo tienes que prometerme que no le harás nada a las personas que amo- le informó Clary con voz firme y decidida. Sebastian no sabía qué pensar.

-Clary, no lo entiendo- susurró él desconcertado - ¿Jace sabe que estás aquí?

La mención de su nombre hizo que el cuerpo de Clary se helara pero bajo ningún concepto dejaria que Sebastian lo notara.

- Aún no lo sabe, se enterará pronto -se las arregló para responder encogiéndose de hombros intentando restarle importancia.

-¿Por qué haces esto?- preguntó Sebastian.

-Ya te lo he dicho, debo hacerlo si quiero que no lastimes a mi familia y amigos. Quizá mi lado siempre estuvo junto a ti y no lo noté. Sé que seguiras con la guerra y estoy de acuerdo siempre y cuando no lastimes a los que quiero. Esto incluye a Isabelle. Quiero que la liberes.

-Clarissa, eres noble y sé que amas a Jace, deja toda esta farsa

-Es la verdad sé que puedo hacerlo. Déjame quedarme Sebastian. Déjame estar a tu lado. Olvidaré a Jace, aprenderé a amarte - susurró Clary, odiandose más y más con cada palabra, pero sabía que Sebastian no podría resistirse a ellas- ¿Que dices hermano? ¿Estamos juntos?

Sebastian no le respondió, hizo un ademán con la mano y la mujer rubia que antes lo había despertando entró en el salón.

-Libera a Isabelle Lightwood del calabozo- le ordenó sin quitar la mirada de Clary.

Ciudad del fuego celestial fanficDonde viven las historias. Descúbrelo ahora