Destrucción

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Jace y los demás se encontraban frente al mismísimo castillo Morgenstern, con el hechizo rastreador no había sido complicado localizar su paradero.

El muchacho había traído consigo una prenda de Clary, y como ella se hallaba dentro del castillo, el hechizo los había conducido directo hacía allí.

Jace dudó frente a los cimientos de la fortaleza un instante, Clary ya tendría que haber marcado todo el lugar con las runas de debilitación por lo que un simple golpe debería ser suficiente para que la estructura diera de si. El muchacho concentró todas sus fuerzas y con su cuchillo serafín propinó un intenso golpe al muro de piedra.

Nada ocurrió. Jace se quedó estupefacto, ahora debían pensar en otra manera de atacar. Comenzaba a organizar la retirada cuando el sonido de las piedras quebrarse lo alertaron, el muro comenzaba a romperse, no tardaría en caer por completo. Jace sonrió, Clary había cumplido, ella jamás le fallaría, un inmenso orgullo se instauró el su pecho.

-Vamos, hay que seguir golpeando las paredes si queremos ingresar rápido- ordenó y todos obedecieron. Magnus con su mágia era quien más efectivo era. Con pequeños ataques comenzaron a notar como el castillo se iba deformando, amenazando con derrumbarse por completo.

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Sebastian se encontraba en su despacho cuando Amatis le informó que estaban siendo atacados. Una furia inmensa lo invadió y al mismo tiempo que de daba cuenta de lo estúpido que había sido.

Clarissa, su hermana, le había engañado y él como un idiota había caído en su trampa, debía encontrarla antes de que se reuniera con los otros. Mientras corría en su búsqueda, pudo escuchar como el ala este del castillo se derrumbaba por completo, fue en ese momento en el que se percató que la frase de Valentine no era del todo correcta. No siempre amar es destruir, aveces amar es ser destruido. El amaba a Clary y ella lo estaba destruyendo, de todos modos, Sebastian no permitiría que lo vencieran, el era El Estrella del Alba.

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Cuando Clary escuchó el primer derrumbamiento respiró con alivio y supo que debía correr, Sebastian no tardaría en sumar dos más dos y darse cuenta de que ella estaba tras todo el sabotaje. Si quería seguir con vida debía salir del castillo y reunirse con Jace. Pudo sentir en su pecho la sensación de que una runa nueva estaba en proceso, cerro los ojos y logro visualizarla. No sabía muy bien para qué funcionaba pero tenía la gran certeza que debía aplicársela sobre su piel, tomó la estela y la dibujó lo más rápido que pudo, luego, se echó a correr.

En el instante en que comenzó a mover sus piernas supo que la runa era una runa de velocidad, pero no una común, una extra poderosa. Debía llegar hasta el otro extremo del castillo.

-¡Clarissa! -escuchó a su hermano bramar varios metros detrás suyo y luego como éste se lanzaba en su persecución. Sebastian era más rápido que cualquier humano.

Ella apuró el paso y pudo ver como la runa surgía efecto, haciéndola aumentar su velocidad vertiginosamente, dejando a Sebastian muy atrás, también observó como ésta comenzaba a perder tonicidad en los bordes, duraba muy poco, en algunos minutos desaparecería perdiendo efecto.  Clary siguió corriendo y al cabo de unos minutos pudo observar la salida, en realidad era un muro totalmente destruido y en la lejanía un muchacho rubio destruyéndolo aun más.

-Jace! -gritó Clary lo mas rapido que pudo sin dejar de correr en su dirección, haciendo que su voz sonara como un lamento rasposo. El muchacho reaccionó al instante al escucharla y la logró distinguir en la distancia, también vio a Sebastian casi pisándole los talones, sin duda la alcanzaría en unos segundos.

Jace corrió tan rápido como pudo en su encuentro, pudo sentir el fuego celestial ardiendo en sus venas pero poco le importó, casi por milagro llegó a ella antes que Sebastian, rápidamente la tomo por los brazos y la ubicó detrás suyo, protegiéndola, desenvainó el cuchillo serafín.

Sebastian ya se encontraba allí, frente a él, con su espada también desenvainada.

-Hermanito, ya comenzaba a extrañarte, veo que me han tendido una gran trampa- susurró Sebastian, el muchacho tenía la voz calma y para nada agitada como era de esperarse de alguien que acababa de correr. -fue una buena jugada, lo admito, pero de todos modos sabes que ganaré.

Cuando Sebastian terminó su frase, una nube negra se alzó en el cielo y varios demonios comenzaron a aparecer. Un grupo extenso de Cazadores Oscuros aparecieron detrás de Sebastian. Jace no se inmutó, seguía delante de Clary, Isabelle y Alec aparecieron de los costados y le cubrieron los flancos. Los demás se situaron en una formación semicircular detrás de él. Aprovechando la distracción de Sebastian,  Simon se acercó a Clary, y la alejó de allí para que ella pudiera reponerse y aplicarse runas de curación antes de volver a la pele. Jace se sintió mucho más aliviado una vez que Clary estuvo fuera de peligro, estaría a salvo por lo menos unos minutos.

-Que empiece la pelea -susurró Jace y se lanzó con furia hacía Sebastian reluciendo por el fuego celestial.

Ciudad del fuego celestial fanficDonde viven las historias. Descúbrelo ahora