La chica yacía muerta, con el rostro morado y la boca abierta en una expresión de horror mientras yo lloraba en una esquina, con el rostro hundido entre mis rodillas.
¿Qué había hecho? Cuando había dicho que sería capaz de matar, jamás me imaginé haciéndolo tan pronto o en aquellas circunstancias. Supuse, cuando Tyler me lo había preguntado que lo hacía para saber hasta que instancias estaba dispuesta a llegar para sobrevivir, para saber si tenía lo que se necesitaba para salir de Dema y para sobrevivir fuera de ella. Supuse que se refería a matar a un Obispo o a un Guardia que intentara atacarme. Pero nunca imaginé que podría tratarse de una pobre chica desquiciada por los horrores de aquel lugar. Una víctima inocente. Una chica que fácilmente pude haber sido yo.
Un golpe de adrenalina fue lo que me hizo levantarme de golpe y mirarme en el espejo. Tenía algunos rasguños en el cuello que se extendían hasta mi barbilla y mis ojos verdes estaban abiertos como platos y lucían desconcertados, casi tanto como habían lucido los de la chica cuyos ojos no volverían a lucir como nada, nunca más.
Abrí el grifo y lavé la sangre que cubría mis manos. Acto seguido lavé mi cara y mi cuello con desesperación, intentando remover las marcas de lucha de mi piel. Algunas desaparecieron, otras no. Sequé mi rostro y mi cuello con brusquedad y entonces comencé a quitarme la ropa que traía puesta casi con asco. Estaba manchada de sangre y de homicidio.
Una vez me hube quedado en ropa interior, usé la ropa que me había removido para limpiar la mancha en la pared y la mancha en el suelo, que se agrandaba conforme la herida continuaba sangrando. Tenía que hacer algo al respecto. Con gruesas lágrimas rodando por mi rostro, pasé mis brazos por debajo de los hombros de la chica y la cargué, justo como hacía cuando cargaba los cadáveres con Tyler, hasta la tina, en donde la deposité.
Restregué la mancha en el suelo con fuerza, y me pregunté a dónde demonios se había ido la fuerza que me había permitido matar a una chica y porque me abandonaba ahora cuando más la necesitaba. Mis brazos se sentían cansados, entumecidos, reacios a responder a las órdenes que le dictaba mi cerebro. Como si pelearan en mi contra, como si no quisieran ayudarme a encubrir lo que había hecho. Como si estuvieran castigándome por ser una asesina.
Cuando finalmente logré eliminar ambas manchas, mis manos volvieron a estar cubiertas de sangre y aquella visión me provocaba una opresión en el pecho. Obsesivamente volví a lavar mis manos mientras estrujaba las ropas que había usado para limpiarlo todo. Tan pronto como los últimos restos de agua tintada de rosado descendieron por el lavabo, giré sobre mis talones y miré a mí alrededor frenéticamente en busca de cualquier otro rastro de sangre.
Además del hilillo de sangre que seguía brotando de la cabeza de la chica en el interior de la tina, no había nada. Al menos eso fue lo que creí hasta que un dolor punzante en la pierna me hizo bajar la mirada hasta mi muslo. La maldita mordida. Tomé una toalla limpia, la humedecí y limpié con cuidado el área que estaba roja y comenzaba a tornarse morada. No había sido tan profunda por lo que unos cuantos segundos de presión habían sido suficientes para detener el sangrado que además era mínimo. El dolor, sin embargo, temía que permanecería por un par de días y no tenía otra alternativa más que soportarlo. No era que pudiera ir a la enfermería a pedir algo para el dolor sin tener que explicar porque tenía una mordida en la pierna.
Aquel pensamiento me hizo regresar a la situación en la que me encontraba. ¿Qué demonios iba a hacer? ¿Cómo iba a deshacerme del cuerpo? ¿Cómo podría explicar lo que había sucedido sin hundirme a mí misma en el proceso? Porque seguro, podía alegar que la chica había perdido la cabeza y me había atacado sin razón aparente y deshacerme de todas las cosas de Clancy, en caso de que me investigaran. Pero entonces habría atención extra puesta en mí, que no iba a ayudarme en absoluto a escapar el día de la Asamblea. Estaba jodida de cualquier manera.
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WELCØME TØ TRENCH | [Josh Dun]
FanfictionWhen Bishops come together they will know that Dema don't control us... - Inspirado en el universo de Trench de la asombrosa banda Twenty One Pilots. Todo lo que creas conocer probablemente sea de ellos, lo que no... es cosa mía.