TEN

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Dongmin observó al menor, quien acababa de entrar por la puerta. Apenas podía recordar cosas, por ahora decidió ignorar lo que solo fue un sueño y solo pensar en el primer recuerdo que recibió. Sanha se sentó a su lado, verlo así de angustiado lo hacía sentir mal, no le gustaba verlo sufrir.

— ¿Por qué no me lo dijiste? Tú no eres solo un amigo, eres mi pareja y yo no lo recordaba. — dijo con algo de dificultad, apenas podía hablar.

— Y-Yo... — Sanha entró en pánico, no podía decirle toda la historia por el momento y tampoco podía decirle sobre su ruptura. E-Es complicado. Además, tus recuerdos apenas están llegando y deberías sentir emoción por ello.

— No la siento porque quiero recordar todo. Quiero saber como nos conocimos y anécdotas que hayamos vivido juntos. — Tomó la mano del menor con nervios, tratando de recordar algo más, pero le era imposible. Por favor... Cuentame sobre lo nuestro.

Otra vez, aquellos ojos suplicantes que lo doblegaban ante el mayor. No podía negarse, pero tampoco podía decir nada, era demasiado difícil aquella situación porque recordarle ocho años de noviazgo en poco tiempo no era algo fácil de hacer y tampoco debía hacerlo.

Debo hablar con el doctor, no puedo darte información hasta que él diga que está bien. — Dijo, tratando de convencer al pelinegro para que no preguntara.

Pues ve y preguntale, quiero saber todo.

Sanha no pudo negarse ¿Qué más podía hacer? Dongmin era muy insistente. Era un defecto que tenía desde que se conocieron y por más que los recuerdos no estuvieran ahí, su personalidad no había cambiado. Asintió y salió de la sala en busca del doctor, tenía un nudo en su estómago ¿Cómo le dices a tu ex todo lo que vivieron y perdieron por un error de ambos? De Dongmin por no luchar y suyo por no comprender la situación de su ahora ex pareja. Se adentró en el elevador con molestia, no podía pensar claramente en nada, era tan complicado todo y además tampoco podía dejar de pensar en Bin y en el daño que le había hecho, porque el peli-rosa lo amó de verdad. Bajó en el primer piso y buscó al doctor para poder hablar con este, pero cuando por fin lo encontró, sintió muchos nervios.

D-Disculpe... Venía a hablar por el paciente Lee Dongmin. — Dijo con dificultad.

Claro ¿Qué se te ofrece?

— Es que tuvo un recuerdo acerca de mi y él, pero ahora no para de preguntarme cosas e insistir en que le cuente todo ¿Qué debo hacer?

— Puedes empezar contándole pequeñas anecdotas de a poco y luego veremos como va todo, ahora debo ver como se encuentra después de recibir un recuerdo.

Ambos subieron a la habitación del pelinegro, el doctor le hizo algunas preguntas y revisó su estado. Dongmin no estaba mal, pero realmente deseaba saber todo acerca de su pasado y tener que esperar lo ponía nervioso. Sanha se quedó a solas con él nuevamente, sus manos temblaban y deseaba salir corriendo, pues no quería hablar sobre su relación. Dongmin lo observó con molestia, quería respuestas y no las que había recibido hasta ese momento. Al no oir ni una palabra salir de los labios del menor, se desesperó ¿Tan desastrosa era su relación como para no querer hablar de ella?

Ya habla, me pone nervioso que no seas capaz de decir nada acerca de lo nuestro ¿Tan mal nos va? — El sudor corría por las manos del castaño ¿Qué le diría? Era mejor ignorar esa pregunta y comenzar con algún recuerdo.

Tú me sobreprotejes mucho... Recuerdo que una vez no me dejabas soplar humo en invierno porque decías que podría enfermarme. — La melancolía lo estaba destrozando, pero no podía llorar, no mientras Dongmin estuviera en ese estado.

Tengo un vago recuerdo de ello pero... También está uno en que yo estoy sentado en la calle, llorando... ¿Qué pasó? ¿Por qué estos dos recuerdos se mezclan? — Lo observó sintiéndose culpable, pues apenas recordaba las cosas y ahora se mezclaban dos recuerdos entre si.

Eso no importa ahora... Debemos ir de a poco... — Su corazón latía con dificultad y sentía una molestia en su pecho.

Es más fácil recordar cuando tú me dices las cosas, estando yo solo me resulta más complicado.

— Eunwoo, quiero que sepas que a pesar de lo que puedas recordar o yo pueda decir... Te amo. — Dijo con rapidez, ya no podía contener las lágrimas por más tiempo. — Te amo demasiado... Y... A veces sientes algo por otra persona y te confundes, pero mi primer amor jamás podría olvidarlo. Osea... A ti.

— ¿A dónde quieres llegar con todo esto? ¿Acaso me engañaste o algo así? — Frunció el ceño.

No, no sería capaz de algo así. Pero si surgieron muchas cosas de las cuales te enterarás a medida que pase el tiempo. Ahora debes descansar... O si prefieres, podríamos ver alguna película o algo así.

— Esa idea me gusta más. — Admitió el pelinegro, tomando las manos del menor. — Y no llores, pase lo que pase, estoy seguro de que tú y yo estaremos juntos.

— Creeme que eso deseo... — Secó sus lágrimas y sonrió levemente. — Iré por mi computadora, así podremos ver una película y traeré dulces.

— ¿Seguro puedes ir solo? Está algo oscuro fuera. — Dudó en si dejarlo ir o no, el castaño se veía muy frágil.

Estaré bien, no te preocupes. Además, mi casa no queda lejos y... — El menor no pudo continuar su frase, porque Dongmin lo tomó de su remera.

Rápidamente, el pelinegro se acercó a los labios del menor, robándole un tierno beso. Aquel beso significó mucho para ambos, pero a Sanha lo destrozaba el hecho de que si Dongmin recordaba, todo volvería a ser como era, una vida horrible sin el mayor y su fuerte confusión entre si regresar con él o armarse de valor y pedirle otra oportunidad a Bin. Pero por el momento, disfrutaba de poder tener para si los labios del mayor, y poder ser feliz con él.

Continuará...

𝐅𝐑𝐎𝐌 𝐙𝐄𝐑𝐎Donde viven las historias. Descúbrelo ahora