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06/03/19

Grecia

Salimos del salón cuando el timbre sonó, dando fin al día en este lugar. Espere en la puerta a Mara que estaba hablando con Manu, ya que él iba a su casa, Mateo se acercó a mi y me dió un beso en cachete.

- ¿Puedo ir a tu casa? - me pregunto cuando pasé mis brazos por su cuello y lo acerqué a mí- mis viejos no están, Santiago se queda hasta la una, y Emi lo trae la mamá de un compañero- yo asentí y este acomodo su cabeza en mi cuello, dejando besos ahí- sos la mejor.

Mara y Manu salieron, y salimos de la institución para empezar a caminar para donde yo vivía. Una vez que llegamos a la casa de Mara, la cual vivía a dos casas de la mía, nos despedimos y con Teo seguimos hasta la mía. Apenas pise la vereda, agarre las llaves y abrí el portón, para después abrir la puerta.

Entre a mi casa y mi hermano estaba en cuero buscando una chomba, y mi ahijado en el sillón viendo la granja, me acerqué y lo salude con un beso a los dos, mientras que Teo los saludaba con las manos.

En la cocina saque las milanesas, prendí la hornalla y puse el sartén con aceite, mientras tanto Teo lavaba el tomate, zanahoria y lechuga. Una vez hecho todo, Lucas puso la mesa y trajo a Santino, su hijo, a la mesa; él comió rápido y se fue a la escuela. Mientras nosotros nos tomábamos nuestro tiempo.

Lucas tenía 18 años y ya era papá. Santi su hijo tenía dos años y meses, si lo tuvo a los 16. Como Lu no había terminado el secundario, mi mamá dijo de mantener a Santi y yo de cuidarlo, mientras él trabajaba y estudiaba.

- Manina-habló Santi- ¿po que vino Teo? - reí ante su modulación, y mire a mi amigo el cual lo miraba con ternura-

- Porque somos amigos, y él quería verte- respondí- ¿Queres dormir? - él asintió y me estiró los brazos.

Lo agarre y me senté para empezar a hacerlo dormir. Cuando se durmió, camine hasta la pieza de mi hermano y lo acosté en su cama. Salí de ahí y Mateo me esperaba en la cocina, ya con la mesa levantada.

- piedra, papel o tijera y él que pierde lava los platos- me dijo y yo reí, negué-

- los lavo yo.

Una vez todo limpio, fuimos a mi pieza y nos pusimos comodos para dormir, pero un llanto me impidió, bufé y fui a buscar a san.

- No durmió nada- me dijo Teo apenas entre a la pieza, yo negué y me acosté con él y Santino en el medio, este hizo puchero, pero al toque saque mi celular para ponerle la granja y así se pueda volver a dormir. Teo se acomodó abrazándonos y le sonreí cuando se me quedo mirando.

- Sos hermosa wacha- dijo y me planto un beso en el cachete, yo le sonreí-.

- vos no te quedas atrás- le respondí y me acerqué más a ellos, pero Teo me agarro de la cintura y me subió a horcajadas de él-. Teo- lo llame cuando cerró sus ojos, este hizo un ruido para que siga hablando- te quiero- le di un beso en el cachete y me acosté arriba de él-

- Yo más- me respondió, y puso sus manos en mi espalda baja, yo le saque el celu a Santi, para dormir.

Me desperté y seguíamos en la misma posición, me levanté y fui a lavarme la cara. Volví a la piezas a buscar mi celular, cuando lo agarre salí para la cocina, donde estaba todo vacío. Puse la pava y saqué 4 tazas, 1 saquito de mate cocido, 2 de té, una de café y le busque la mamadera a Santi para ponerle leche sancor bebe 3, y llevarla al microondas. Agarre mi celular y llame a Mara.

𝖒𝖊𝖓𝖔𝖗𝖊𝖘 - TruenoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora