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Domingo.
9:30 a.m.

Después de haber desayunado, decidieron volver a subir a la habitación de la morena para charlar con mayor privacidad sobre lo acontecido el día anterior.

—Y ¿les dirás a tus papás que te robaron el celular? —cuestionó Harry a Camila.

La nombrada negó.
—No tienen por qué saber que me lo robaron —dijo—. Simplemente les diré que se me cayó o algo así.

—Yo creo que deberías decirles la verdad —comentó Liam—, así quizás ellos puedan hacer algo para llevar a esos vándalos a prisión.

—No quiero que los lleven a prisión —dijo ella—. Además es un tonto teléfono, no es como que vaya a morir por no tenerlo.

—Yo sí moriría sin mi celular —dijo el ojiverde—. Pero si tuviera que decidir entre el o que llevaran a Louis a prisión, definitivamente les entregaría mi móvil por más que me doliera.

—En serio están mal —dijo Payne, mientas negaba levemente—. Hablan como si los conocieran, o peor aún, como si fueran algo suyo.

—Ya deja de negar que ese chico moreno te gustó —dijo Camila.

—No estoy negando nada —dijo Payne, sintiendo sus mejillas calentarse—, solo digo que es tonto hablar de ellos, y más si es de esta forma. Son chicos malos. Ma-los, ¿pueden entender eso?

—Sí —respondió Harry—. Además están fuera de nuestro alcance.

—No, no lo están —dijo la morena—. Apuesto a que ellos aceptarían salir con nosotros sin pensarlo dos veces.

—Claro que no —dijo Liam.

—Dejen de ser pesimistas, chicos —dijo la morena—. ¿Recuerdan su "trato" para dejarnos ir? Ellos querían que los besaramos. Además no paraban de decir lo lindos y sexys que somos —añadió, meneando las caderas, haciendo reír a sus amigos—. ¡Somos sexys!

—No tanto como Louis —dijo el ojiverde—. Sus ojos, su rostro, sus brazos... Dios, todo él es perfecto. Imagínense que tantas maravillas oculta su ropa... Especialmente la interior —añadió, mordiendo su labio inferior.

—Harry, por Dios —regañó el ojimarrón, bajando sus piernas y cruzandolas nuevamente cual indio—, los papás de Mila están abajo, podrían escucharte.

Siempre que hacían pijamadas hablaban sobre las personas que les gustaban o las que sencillamente les parecían atractivas, pero rara vez tocaban el tema del "sexo" o algo parecido. Veían las cosas más bien como en los hermosos cuentos de hadas que tanto amaban leer y ver; en como encontrarían a su pareja ideal, se amarían, darían su primer –y mágico– beso y después vivirían felices por siempre.

—Lo siento, no pude evitarlo —dijo Styles—. Es que es realmente sexy. ¿Acaso no notaron su —Se relamió los labios—... Mmm... Su perfecto trasero y sus torneadas piernas? ¡Oh, buen Dios!

—Harold, por favor, que cosas dices —dijo Camila entre risas—... Aunque... Lauren también es muy sexy.

Los tres rieron por lo bajo y sus rostros comenzaron a colorearse de un ligero carmesí.

—¿Y tú, Li? ¿Crees que Zayn es sexy? —preguntó Harry en un susurro.

—Bueno, si ignoran su forma de ser, él fácilmente podría pasar por un Dios grieso... omitiendo la característica nariz, claro. Y cuando pasó su lengua por mis labios —Cerró sus ojos recordando el momento—, fue aún más sexy —admitió sonrojado a más no poder.

Mi perdición || ZiamDonde viven las historias. Descúbrelo ahora