40

3.8K 310 457
                                    

Al día siguiente...

Zayn de nuevo se encontraba fuera de la preparatoria –dos horas antes de que salieran–, estaba más que impaciente por poder volver a poseer a su hermoso novio. Metió su mano en uno de los bolsillos delanteros de sus jeans negros y sacó el celular para enviarle un mensaje al susodicho.

Ya estoy aquí afuera.
Salte ahora para poder
pasar este tiempo juntos
y que después te lleve a
casa el papá de Camila.
12:01 p.m.

Lo envió y mientras esperaba una respuesta alternaba entre mirar la pantalla del móvil y las puertas abiertas de par en par de la institución.

No puedo ahorita, amor,
tengo clase de matemáticas
y no me va muy bien que
digamos como para saltarmela.
12:05 p.m.

Me lo prometiste :(
12:06 p.m.

Sí, pero a la salida.
12:06 p.m.

Su entrecejo se frunció, él definitivamente no quería esperar una hora más de la que ya llevaba allí.

Está bien, quédate en
tu clase. Ya me voy.
Nos vemos el jueves.
12:07 p.m.

Zaynie, no me
hagas esto.
12:07 p.m.

Leyó el mensaje, pero no contestó, sabía que al ignorarlo Liam cedería por sí solo.

Zaynie :(
12:09 p.m.

Nuevamente lo dejó en visto.

Está bien. Salgo en
un momento, ¿sí, papi?
12:11 p.m.

Aquí te espero,
bebé xx.
12:11 p.m.

Sonrió victorioso –como siempre que quería algo– y, después de bloquear su móvil, lo volvió a guardar en el bolsillo delantero de su pantalón.

Liam salió corriendo del edificio aproximadamente seis minutos después del último mensaje.
—Perdón —jadeó, apenas llegó frente a su chico—, no fue muy fácil salirme.

—No pasa nada —aseguró el moreno, con una cálida sonrisa, antes de presionar un suave beso en los regordetes labios del menor—. ¿Nos vamos? —dijo, tomándolo de la mano y llevándolo con él hasta donde su motocicleta se encontraba aparcado en la acera.

—¿A dónde?

—A un motel —respondió Malik, quitándole la mochila y guardandola en el compartimiento debajo del asiento.

—¿A un motel? —cuestionó el rizado, fruncido el entrecejo.

—Uh-huh —afirmó con simpleza—. Lo pasaremos muy bien —aseguró, entregándole su casco.

—D-de acuerdo —concedió el menor, un tanto inseguro, mientras se colocaba la protección en la cabeza.

Ambos se montaron en la motocicleta y emprendieron el viaje.

☢☢☢

No tardaron mucho en llega a su destino, tal vez fueron quince minutos de camino como máximo.

Mi perdición || ZiamDonde viven las historias. Descúbrelo ahora