Mi perdición || Ziam

16

Liam había ido a casa de Zayn al día siguiente, y al siguiente y al siguiente, pero los tres días no fue recibido. Le parecía irónico el hecho de que cuando fue para pedirle al moreno que se alejara completamente de él, haya dado todo un giro inesperado y ahora él era al que le pidieron alejarse.
—Que tonto soy, tengo su número —se dijo antes de sacar su celular y entrar directamente a los SMS con Malik.

"Zayn❤"

Quiero verte, necesitamos
hablar, por favor.
3:04 p.m.

Se quedó mirando la pantalla del móvil hasta que su mensaje fue respondido.

No.
3:09 p.m.

De acuerdo. Te espero
afuera de la prepa a las
9:00 p.m. Adiós :)
3:09 p.m.

Soltó el aire que estaba reteniendo y apagó su celular. No esperaría una respuesta ni pensaría dos veces lo que estaba haciendo.

"Deja de cuestionarte todo, por eso no puedes disfrutar de todo lo bueno que hay. Menos plática y más acción".

Recordaba las palabras de Zayn a la perfección, y es que tal vez tenía razón, Liam se cuestionaba todo un millón de veces antes de hacerlo.
—Que nada influya y que todo fluya —respiró profundo y se quitó la ropa para darse una ducha, quería verse especialmente lindo esa noche.

☢☢☢

Pasaron las horas, Liam ya estaba más que listo, había hecho su tarea y sus deberes en el hogar, solo faltaba pensar en cuál sería la mentira que le diría a su madre para poder salir a esa hora y tardar un rato.

No podía decirle que iría a ver una serie de estreno con sus amigos, pues eso ya lo había hecho la vez que Malik lo citó en la escuela. Su cabeza estaba en blanco, realmente no se le ocurría nada.

—¡Liam, la cena está lista! —anunció su madre desde la planta baja.

El rizado bajó corriendo, quizás se le ocurriría algo mientras cenaba.
—¿Por qué a esta hora? —cuestionó acercando su plato hacia su lugar—. Apenas son las ocho y media.

—Tu padre se quedará un par de horas extras en la oficina —respondió—, así que decidí hacerla ya.

—De acuerdo. Gracias —tomó asiento y comenzaron a cenar en un cómodo silencio—. ¿Mami? —habló apenas terminó su cena.

—¿Sí?

—¿Puedo quedarme a dormir en casa de Mila?

—No, mi amor, mañana en la noche iremos a cenar con los jefes de tu padre, ya lo sabes.

—Sí, lo sé, pero yo me refiero a quedarme a dormir esta noche.

—¿Esta noche? ¿Alejandro vendrá a recogerte?

—No, yo tomaré el bus. Es que fue de imprevisto, los padres de Camila tuvieron que salir y se quedó solita, así que me habló para que fuera a hacerle compañía, ¿puedo?

—De acuerdo, déjame terminar de cenar y te acompañaré hasta allá.

—No, no hace falta, mami. En serio, ya estoy grande, además a esta hora aún hay gente en las calles. Estaré bien, ¿sí?

—Mmm... No lo sé, me da algo de miedo, cariño.

—Por favor. Llevaré mi celular como siempre y te avisaré en cuanto llegue. —Su madre seguía notablemente insegura—. Por fis, por fis, por fiiiis —Colocó sus manos juntas como súplica e hizo un tierno puchero.