Mi perdición || Ziam

9

El moreno comenzó a masajear el trasero de Liam con una mano y con la otra exploraba debajo de su camisa en un suave tacto haciéndole erizar la piel.

—Zayn, no podemos, es casa de mis padres —dijo Payne contra sus labios.

—No estamos haciendo nada malo. Deja de quejarte y preocuparte por un momento.

—Y tú deja de ser tan despreocupado —Dicho esto, se separó y se sentó. No fue a propósito, pero quedó sobre el pene de Zayn.

—¿Me estás provocando? —cuestionó, acariciándole las piernas.

—¿Qué? —Se dio cuenta de la posición en la que se encontraban y se bajó de inmediato—. Debes irte —dijo, sintiendo su rostro arder.

—Mmm —fingió pensarlo—... No quiero —Se sentó, se quitó la camisa y los zapatos y se volvió a recostar—. Ven aquí —dijo, palmeando sus muslos.

—No, Zayn. Hablo en serio.

—Está bien, está bien... Me iré si me dejas verte en bóxer —dijo, sentándose en el borde de la cama.

—¿Qué? No, no haré eso.

—¿Por qué no? Ambos somos hombres y no estarás completamente desnudo. Además no es como si fuera a abusar de ti. Solo quiero verte, ¿sí?

—No —Se cruzó de brazos.

—Anda, no te cuesta nada —insistió—. Solo te voy a ver, nada de toques. No es como si me estuvieses mandando fotos, solo quiero verte mientras te quitas la ropa.

Lo pensó durante unos segundos y le preguntó:
—¿Prometes que te irás en cuánto me veas?

Malik sonrió malicioso sabiéndose vencedor.
—Lo prometo.

—Vale —Liam estaba a punto de quitarse la camisa, pero se detuvo por la voz de Malik.

—Espera. Mejor yo quiero quitartela.

Payne se sonrojó violentamente.
—N-no.

—Vamos —Se acercó a él y lo tomó de la cintura—. Es igual, solo te veré, ¿sí? —Depósito un pequeño beso húmedo en su cuello.

—B-bueno. Pero no quiero que vuelvas a entrar a mi habitación.

—Pues no vuelvas a dejar la ventana abierta —dijo, lamiéndole el lóbulo de la oreja.

—Zayn —quejó.

—De acuerdo, no lo haré. Entonces ¿sí puedo? —Liam asintió aún más sonrojado y levantó sus brazos para que el moreno pudiese comenzar retirando su camisa. Zayn la tomó del borde y fue levantándola lentamente, admirando cada centímetro de la lechosa piel que desnudaba. Cuando por fin la quitó por completo, la lanzó al suelo y admiró todo el torso del menor—. Parece como si estuvieses hecho de porcelana. Un lindo muñequito de porcelana —halagó. Liam no dijo nada ante ese comentario, pero estaba gritando por dentro. Malik se arrodilló y le desabrochó los zapatos. Le elevó un pie y el castaño se sostuvo de sus hombros en busca de equilibrio. Cuando hubo sacado ambos zapatos y calcetines, subió sus manos hasta el botón y cremallera de aquellos lindos jeans ajustados—. No sé si quiero quitarte estos. Te ves tan sexy con ellos.

—Házlo ya y terminemos con esto de una buena vez —pidió el castaño, mientras miraba al techo.

Zayn rió.
—De acuerdo —Desabrochó su pantalón y con la misma lentitud de la camisa, los bajó y se los quitó. Se alejó un par de pasos para poder admirarlo. Se relamía y mordía el labio inferior una y otra vez, mirándolo de arriba a abajo. Después caminó lentamente alrededor de este para mirarlo también por detrás—. ¿Te han dicho lo exquisito que se ve tu culo?