Entre Las Sombras - Libro #1 Bilogia AS. COMPLETO.

Capítulo 8: parte II

Esta canción están Sabrina que aterra.

Sorry es un capítulo largo, hay demasiadas conversaciones e intervenciones y espero que tengan esa capacidad de observar como Sabrina. 

Y espero puedan disfrutar estos nuevos capítulos y escenas extendidas. 

Horas después.

Adam y yo decidimos no dormir juntos cuando llegamos a su casa. Lo ayude a preparar un pequeño colchón inflable y desde que llegamos no he dormido ni un coño, me la pase dando vueltas en la cama, cuando intentaba quedarme dormida, Tomas y Aaron aparecían en mis sueños entre los dos lograban arrastrarme y llevarme al lago cerca de mi casa para que me ahogara, gritaba por ayuda y nadie me escuchaba, les pedía a todos que no me dejaran morir, ninguno me ayudaba.

Ellos se burlaban, reían y pedían por mi muerte a gritos, Adam me miraba a lo lejos con una sonrisa triunfante como si hubiera ganado y mi muerte fuera la única solución. Presionando mis ojos con fuerza miro mis muñecas que tienen marcas rojas de arañazos, la sensación de ahogo, miedo e incertidumbre ocasionaron que me despertara en más de dos ocasiones.

Desde ese momento decidí no dormir, me acosté a contemplar a Adam que tampoco puedo conciliar el sueño, ninguno de los dos hablo sobre sus miedos o temores, tampoco sobre los demonios que nos atormentaban, solo nos miramos a los ojos y jugamos con los dedos del otro.

Y ahora a las 10:30 de la mañana no decidíamos si salir de la habitación, seria incomodo que Amelia y Patrick nos vieran mientras discuten en el pasillo, el llanto de Amelia es insoportable e incómodo, los gritos de Patrick y ella me incomodan.

—¿Es que no me amas? – pregunta ella – ¿dime estoy haciendo algo mal?

—Ay Amelia...

—Amelia nada, ¡Patrick necesito que pongas de tu parte en lo nuestro! – grita Amelia desesperada, aquello hace que me erice, recordándome conversaciones que tuve en el pasado con un viejo amor – te amo, de verdad lo hago. Me siento algo confundida hacia tus actitudes.

—Eres una niña caprichosa y quieres que haga todo lo que dices. Amelia la vida real no es así.

—No, quiero que te comprometas, que no me avergüences o digas tonterías como esas, mis padres te adoran, te ayudan económicamente, en tus estudios, pagan tus vacaciones, deberías agradecerme eso – grita ella y me siento molesta que lo humille de ese modo – tus padres o familia jamás se permitirían darte lo que yo te he dado en este corto tiempo, tu madre es una simple sirvienta, ¿o ella va a darte los lujos que mereces Patrick? – pregunta intrigada – es tu padre el que permanece en la cárcel por robo que te va ayudar.

—Mi padre no es un ladrón – le dice con voz dura y ella se calla – no te permito humillar o hablar mal de mi familia – le grita – no porque vengas de una maldita cuna de oro tienes derecho a referirte de los míos de ese modo.

—No te atrevas a darte la vuelta, cariño. Que no terminamos de hablar, hay niveles y debes respetarme – vocifera Amelia.

—¿Tu dinero y poder te da un nivel? – pregunta ofendido e irritado –, entre tú y yo, eres una... Me reservo las palabras. Las personas como tú me dan asco y espero alguna vez la vida te castigue. Maldita sea.

Cuando me giro a ver a Adam, él no los escucha a ellos. Adam parece estar entretenido viendo otra parte de mi cuerpo, cuando parece salir de la impresión Adam señala cierta parte de mi cuerpo, observo la camiseta y pantalones cortos que Dan me presto cuando se despertó en la mitad de la noche cuando me golpee con un mueble, pensaba que era un ladrón que había entrado.